Autor: Esteban Arrieta | E-mail: earrieta@larepublica.net | Actualización: Martes 14 enero, 2020 | Publicación: Viernes 25 mayo, 2018
Un año y medio después de asumir el cargo, la popularidad del presidente Carlos Alvarado va en caída libre mientras que él hace todos los esfuerzos necesarios para enderezar la economía y recuperar la confianza tras la aprobación de nuevos impuestos.
Y es que el 66 % de los nacionales no está de acuerdo con la labor del mandatario, mientras que un 24 % sí está satisfecho, según la última encuesta de CID Gallup dada a conocer a finales de mayo.
Para los costarricenses, la corrupción en el Gobierno (35 %) y el desempleo son los principales problemas del país.
Lo peor de todo, es que la mayoría de los costarricenses considera que, al terminar su gestión, Alvarado dejará el país “Muy mal”; se trata del 57 % de los encuestados, frente a un 37 % que opina que el país estará “Muy bien”.
La dureza con que los costarricenses califican al presidente se debe, en parte, a la aplicación de nuevos impuestos desde julio anterior, además del recorte de pluses salariales en el sector público.
La lucha por aprobar nuevos tributos le generó al mandatario un gran desgaste político, con motivo de una huelga de 86 días que realizaron los funcionarios públicos y que, en manejo de comunicación, dejó la duda sobre el equilibrio de los nuevos tributos.
Por otra parte, el país sufre las consecuencias de una desaceleración de la economía. Las exportaciones y las ventas van a hacia la baja, la confianza de los empresarios es escasa y no se prevén nuevas inversiones.
En el caso del desempleo, Costa Rica registra una cifra histórica de 296 mil ciudadanos desocupados, y las acciones emprendidas han sido incapaces de ganar la confianza para que el sector privado genere los puestos de trabajo que se requieren.
Sin embargo, los nuevos impuestos y otros ajustes fiscales que se aprobaron durante el primer año de gestión de este gobierno salvaron a Costa Rica de la quiebra, según Alvarado.
“Estuvimos al borde de la quiebra, pero Costa Rica fue capaz de tomar una decisión valiente, un cambio difícil pero necesario. Es por eso, que me comprometí a proteger a Costa Rica frente al riesgo inminente de una crisis económica y social debido al déficit fiscal tan alto”, dijo Alvarado.
El enderezar el rumbo del país no será nada fácil para el presidente, ya que aún hoy, existe resistencia de los empleados públicos y de algunas instituciones para supeditarse a lo aprobado en el plan fiscal.
Una rebelión contra el Gobierno crece por los cambios que traerá el plan fiscal en cuanto al empleo público.
La Corte Plena, las universidades estatales y la Caja se autodeclararon excluidos de las nuevas condiciones laborales.
Se trata de recortes en pluses salariales como anualidades y dedicación exclusiva, así como el congelamiento de salarios en algunos casos.
Para los trabajadores de la Corte, los cambios solo aplicarán si fueron contratados a partir del 5 de diciembre del año pasado —cuando se publicó la ley fiscal en La Gaceta—, por lo que, prácticamente, todos continúan con sus pluses, según un acuerdo tomado por los magistrados el lunes.
Las universidades públicas se oponen por la vía judicial, mientras que Román Macaya, presidente de la Caja, firmó un acuerdo con los sindicatos de la institución para garantizar la exclusión de sus trabajadores.
La rebelión es cuestionada porque el país atraviesa problemas económicos debido al déficit y, al mismo tiempo, por su potencial de extenderse a otras instituciones públicas, según Gonzalo Delgado, presidenta de la Uccaep.
La ley fiscal debe respetarse, y todas las instituciones públicas deberían cumplir con las nuevas condiciones que se estipulan, según Rocío Aguilar, ministra de Hacienda.
El problema fiscal lo arrastra el Gobierno desde hace más de una década, y fue en esta administración que se logró resolver el tema.
Costa Rica ocupa la casilla 30 global, y es tercero en América Latina en cuanto a déficit fiscal, según cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El país registra 6,2 % de déficit fiscal como porcentaje del PIB, número que refleja un desbalance entre los gastos del Gobierno y lo que ingresa.
En el mundo, el país con el mayor déficit es Venezuela, con un 23 % como porcentaje del PIB, mientras que Micronesia, un pequeño estado soberano en Oceanía que utiliza el dólar como moneda, tiene, un 14 % de superávit y lidera el ranking del FMI.
Pero, ¿quién es Carlos Alvarado? y ¿cómo es que un escritor, cantante de rock y amante confeso de Pink Floyd le dio vuelta a las encuestas políticas en la campaña 2018, para convertirse en el presidente número 48 de Costa Rica?
Carlos Alvarado nació en San José, capital de Costa Rica, un 14 de enero de 1980, en el seno de una familia de clase media conformada por Alejandro Alvarado y Adelia Quesada.
Cursó la primaria en la Escuela Anglo Americana y desde muy joven, se sintió atraído por la política, ya que en 1992, se convirtió en el presidente estudiantil de la mano de su partido PESC.
No obstante, al llegar a la secundaria en el Colegio Saint Francis, otros intereses empezaron a aflorar. La música y la literatura se convirtieron en sus pasatiempos y con el paso de los años, no solo aprendió a tocar la guitarra, sino también empezó a escribir cuentos y novelas.
Al jurar como presidente de la República de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada entró en la historia.
No solo porque se convirtió en el mandatario más joven del país con 38 años, sino también por la visión de país que pretende impulsar, en donde el matrimonio gay, el estado laico y el gobierno “multipartidista” tienen cabida.
En ese aspecto, el nuevo jefe de estado aspira ser una bisagra generacional, que no genere más separaciones entre jóvenes y adultos, sino “un entendimiento para sacar a Costa Rica adelante”.
Dos grupos de rock progresivo llamados “Por Partes” y “Dramática” contaron con su voz y habilidad en la guitarra, mientras que la banda británica Pink Floyd fue su modelo a seguir.
La voz de Roger Waters, cantante de dicha agrupación en temas como “Wish you were here”, “Comfortably numb”, “Hey you” y “Learning to fly”, inspiraron algunas de sus composiciones musicales, las cuales, el mandatario podrá disfrutar este 24 de noviembre, cuando Waters ofrezca un concierto en el país.
¡Será un gusto tenerte en CR @rogerwaters!
— Carlos Alvarado Q. (@CarlosAlvQ) 19 de abril de 2018
La Costa Rica del Bicentenario nos invita a derribar muros y tender puentes. ¿Quién mejor que Roger para eso?
¡Bienvenido a Costa Rica! https://t.co/YotqsAyYU2
Paralelamente, con el paso del tiempo un puñado de historias surgieron de su cabeza. En 2006 publicó la antología de cuentos “Transcripciones infieles” y “La historia de Cornelius Brown”, lo que le permitió ganar el Premio Joven Creación de la Editorial Costa Rica.
En 2012, publicó una novela histórica denominada “Las Posesiones”, la cual, denunció el obscuro período en Costa Rica, en donde el gobierno confiscó las posesiones de alemanes e italianos durante la II Guerra Mundial (1949-1945). Su libro más reciente es “Temporada de Brighton”.
Precisamente, la pasión por la literatura lo llevó a estudiar periodismo en la Universidad de Costa Rica, en donde obtuvo el grado de bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva, luego alcanzó una maestría en ciencias políticas.
Para el 2008, viajó a Inglaterra y obtiene una maestría en estudios para el desarrollo de la Universidad de Sussex. Al regresar al país, se casa con la arquitecta Claudia Dobles, quien fue su novia desde tiempos del colegio.
Sin embargo, esto no quiere decir que durante todo ese tiempo, el presidente se haya olvidado de la política, ya que en 2002 se convirtió en uno de los fundadores del Partido Acción Ciudadana (PAC).
En la agrupación rojiamarilla se desempeñó primero como asesor legislativo de la bancada 2002-2006, fue gerente de comunicación de la campaña de Luis Guillermo Solís, presidente ejecutivo del IMAS y también ministro de trabajo.
Para el 2017, se presentó como precandidato presidencial, ganándole el pulso a Wélmer Ramos en las primarias del PAC a mediados de julio, con una votación a su favor de 56%.
A partir de ese momento, Carlos tuvo que luchar contra el anonimato y la sombra de la corrupción que cubrió a la administración de Luis Guillermo Solís y el primer gobierno PAC.
Al iniciar la campaña por la presidencia de la República, Carlos se autoproclamó como “la continuidad” del cambio que proponía Luis Guillermo Solís, sin imaginarse que después se arrepentiría de ese paso en falso.
Y es que a las pocas semanas de iniciar su gestión como aspirante, se desató el escándalo del cemento chino, mejor conocido como “cementazo”.
El “affaire” -con gran repercusión en las redes sociales con diferentes hashtags- denunció un supuesto tráfico de influencias en la Presidencia de la República, el Congreso y hasta el Poder Judicial, para favorecer los intereses del empresario cementero Juan Carlos Bolaños, quien es señalado por el Ministerio Público por haber recibido favores políticos y por obtener un crédito con el BCR por $31 mil millones sin contar con una verdadera garantía.
Bolaños, quien es conocido como “El pulpito” por sus supuestas conexiones se encuentra en estos momentos tras las rejas acusados por la fiscalía.
Por estos hechos, varios altos jerarcas de la entidad bancaria y Celso Gamboa, exmagistrado de la Sala III, perdieron el cargo, mientras que el presidente Solís tuvo que comparecer ante los legisladores y al final, fue acusado de violentar el deber de probidad en la función pública.
Esto hizo que el PAC se hundiera en las encuestas de intención de voto y que Carlos Alvarado fuera señalado como la continuidad de un gobierno corrupto.
En aquel momento, las luces de emergencia estaban encendidas y el entonces candidato no tuvo otra salida más que cambiar de estrategia.
Los momentos clave en la elección del nuevo Presidente fueron cinco.
Consciente de que su campaña estaba hundida para diciembre de 2017, Carlos se acercó a Ottón Solís, fundador y líder histórico del PAC.
Ottón, por su temperamento, liderazgo e independencia en el Congreso en los cuatro años de la administración de Luis Guillermo Solís, se ganó el mote de “primer diputado de oposición”, puesto que era el más crítico del gobierno, aún cuando al mismo representaba a la bancada oficialista en Cuesta de Moras.
Carlos conocía de esta situación y por eso hizo todo lo posible por tomar distancia de algunas decisiones de su exmentor asociado a la corrupción y a un mal gobierno, con el objetivo de plegarse a Ottón, quien logró un gran posicionamiento como diputado del PAC, denunciando el caso del cementazo y promoviendo una cruzada ética por Costa Rica.
Conforme se fue acercando a Ottón, la imagen de Carlos empezó a mejorar; no obstante, convencerlo no fue sencillo, ya que el entonces legislador había indicado a LA REPÚBLICA que su labor fundamental estaba relacionada con la Asamblea Legislativa y que básicamente no tenía tiempo para andar en campaña.
No obstante, al final logró convencerlo y a partir de ahí, el legislador empezó a participar en anuncios de televisión, dio discursos y salió a pedir votos en su tiempo libre.
Para diciembre de 2017, a solo un mes de las elecciones nacionales, Alvarado se encontraba hundido en las encuestas del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la UCR y Opol Consultores , ya que apenas recibía el respaldo de un 4% de los votantes, mientras que Antonio Álvarez de Liberación Nacional y Juan Diego Castro del Partido Integración Nacional, parecían enrumbados a la segunda ronda electoral.
Sin embargo, todo cambió el 9 de enero, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dio a conocer una opinión consultiva a Costa Rica, sobre el matrimonio gay y otros derechos de las parejas del mismo sexo.
En aquel momento, varios días después de la marcha Por la Familia convocada por la Iglesia Católica y otras fuerzas conservadoras, la mayoría de los aspirantes presidenciales negaron el respaldo al matrimonio homosexual, con el objetivo de congraciarse con la gran masa de votantes que se identificó con el movimiento.
Mientras tanto, Alvarado y Edgardo Araya del Frente Amplio, alzaron la bandera de la diversidad y se enfrentaron públicamente a sus adversarios; no obstante, el aspirante rojiamarillo, sería el que obtendría los réditos.
Paralelamente, Fabricio Alvarado, candidato de Restauración Nacional, también aprovechó la oportunidad, pero en sentido contrario. El político denunció una injerencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los asuntos del país y hasta se comprometió a sacar al país de dicho foro multilateral de llegar la presidencia de la República.
La estrategia funcionó y los dos Alvarados se dispararon en las encuestas, a tal punto, que al final se colaron en la segunda ronda.
Con el tema de la diversidad sexual dominando los titulares de la prensa , los electores dejaron de lado el caso del cemento chino, la crisis de inseguridad, el desempleo y el déficit fiscal, entre otros temas nacionales.
Antes de que Carlos Alvarado empezara a tener protagonismo en las encuestas, su participación en medios de comunicación era bastante limitada.
Incluso, Extra TV Canal 42 se dio el lujo de no invitarlo a un debate antes de la primera ronda, dándole participación a otros aspirantes presidenciales.
Sin embargo, lo que más le preocupó al equipo de campaña de Alvarado fue la negativa inicial de Teletica Canal 7 de dejarlo por fuera del enfrentamiento político del día 30 de enero.
El comando de campaña sabía que la participación del candidato en dicho encuentro podía hacer la diferencia entre ganar o perder la elección.
Y es que a pesar de que el acceso a internet, lo cierto del caso es que una gran mayoría de costarricenses aún prefiere a la televisión como su medio favorito para informarse sobre la cobertura política.
Por eso, no es extrañar que aún los partidos dediquen millones dólares en campaña en anuncios de televisión, para atraer votantes.
Tomando esto en cuenta, la campaña de Alvarado lanzó una ofensiva para convencer a Ignacio Santos, director de Teletica, para que cursara la invitación al candidato del PAC.
Paralelamente, un movimiento en redes sociales surgió y demandó al canal de La Sabana que convocara a Carlos al debate.
Una vez en el debate, Alvarado tuvo la suerte de quedar en el centro del escenario y con un manejo adecuado de su imagen, aplomo y propuestas, logró convertirse en el mejor orador, mientras que sus rivales no aprovecharon la oportunidad para atacarlo.
El performance, también le abrió las puertas de Repretel y otros espacios importantes.
La efervescencia que vivió el país producto de la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, permitió a Carlos Alvarado construir un mensaje político acorde a los valores democráticos del país.
En ese sentido, la denuncia de un posible fundamentalismo religioso en el poder político, el eventual atropello de los derechos humanos de las minorías sexuales, el riesgo de retroceder en la lucha a favor de la igualdad de la mujer y los valores cívicos, se convirtieron en la punta de lanza de su campaña.
Esto le habría permitido ser uno de los candidatos más votados
Superada la primera ronda electoral, Alvarado tenía el reto de derrotar a Restauración Nacional y a su candidato Fabricio Alvarado, quien era señalado en las encuestas como el aspirante con mayor probabilidades de ganar las elecciones.
Incluso, Fabricio arrancó con una ventaja de unos 20 puntos porcentuales.
Fue en ese momento, cuando un colectivo ciudadano empezó a tomar fuerza entre la ciudadanía en las redes sociales.
Se trató del grupo Coalición Costa Rica, quien se presentó inicialmente como una fuerza neutral al inicio, para después transformarse en una palanca más a favor del candidato del PAC.
Por medio de reuniones, foros, actividades artísticas y culturales, pero sobre todo convenciendo a los votantes, la Coalición Costa Rica se convirtió en un actor político más, a tal punto, que fue denunciada por el bando rival.
En cierto modo, la ciudadanía adoptó al candidato del PAC y a partir de ahí, su mensaje se volvió viral.
Para respaldar el apoyo del colectivo de redes sociales, el aspirante tomó como suyo una hoja de ruta planteada por ese grupo y tras las elecciones, se comprometió a seguir trabajando con ellos.
BIOGRAFÍACarlos Alvarado Quesada |
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Cargo | Presidente de la República de Costa Rica |
Juramentación | 8 de mayo de 2018 |
Período Presidencial | 8 de mayo 2018 – 8 de mayo 2022 |
Vicepresidentes | Epsy Campbell Barr y Marvin Rodríguez Cordero |
Predecesor | Luis Guillermo Solís |
Cargos públicos anteriores | -Ministro de trabajo -Presidente ejecutivo del IMAS |
Información personal | |
Nacimiento | 14 de enero de 1980 |
Edad | 44 años |
Nacimiento | Pavas, San José, Costa Rica |
Religión | Católico |
Partido político | Acción Ciudadana |
Familia |
Padres Alejandro Alvarado Induni Adelia Quesada Alvarado Cónyugue Claudia Dobles Camargo Hijo Gabriel Alvarado Dobles |
Educación | Universidad de Costa Rica Universidad de Sussex |
Ocupación | Periodista y político |