PUSC paga caro la salida del Doctor
Luis Fernando Cascante lcascante@larepublica.net | Martes 19 noviembre, 2013
Fallida campaña costó ¢108 millones
PUSC paga caro la salida del Doctor
Alta inversión en imagen de Rodolfo Hernández consumió presupuesto
El que la Unidad Social Cristiana repunte en las encuestas será una labor titánica, ya que el presupuesto para impulsar a su candidato, Rodolfo Piza, es limitado.
Los socialcristianos más bien están a la espera de un préstamo “puente”, que les sirva como solución en el corto plazo para arrancar con publicidad en televisión, y así posicionar la imagen de Piza, candidato desconocido aún para algunos.
El deseo del PUSC es apostar al lema “Un líder diferente”, alejado de la polémica, y dando prioridad al mensaje propositivo, con una amplia exposición en diciembre, y los días previos a las elecciones, será la apuesta de los socialcristianos para que su candidato repunte en el cierre de la carrera.
Esto sería posible, si el partido lograra esta semana el visto bueno para un crédito por ¢100 millones por parte de Banco Lafise, y que permitiría iniciar con la producción de la campaña televisiva.
El resto de la contienda se financiaría con un fideicomiso del BCR, entidad con la que se pusieron al día en el pago de deudas, como se hizo con la Caja y Fodesaf.
Mientras tanto, la campaña de Piza ya cuenta con la participación de Gráfica Medium, empresa que manejará las cuentas del expresidente de la Caja, en redes sociales.
La lucha por el dinero radica en la inversión de ¢108 millones en la imagen del doctor Rodolfo Hernández, quien en octubre pasado renunció como candidato del partido.
La Unidad gastó millones en publicaciones en medios impresos y televisivos, asesorías de comunicación, y una encuesta telefónica, todo esto a cargo de la agencia El Ático.
Si bien estos contratos no se han pagado en su totalidad, una vez que se haga la liquidación, el Partido espera recuperar un porcentaje de lo gastado, de acuerdo con Pablo Abarca, asesor de Tesorería del PUSC.
La plata desperdiciada en una campaña fallida, podría cobrarse como deuda política; sin embargo, el dinero no llegaría hasta después de las elecciones.
Dentro del presupuesto no figura ningún cobro de salario de Hernández, quien en su momento manifestó su interés por devengar un sueldo de ¢7,5 millones, afirmó Abarca.
La partida de Hernández supuso para el PUSC ceder a un segundo lugar en la intención de voto de los costarricenses, gracias a la utilización de una figura alejada de la política.
Con un 22% a favor de Hernández en la intención de voto, y solo superado por el 48% de Johnny Araya, parecía ser el contendiente del liberacionista, según la encuesta de CID Gallup para LA REPÚBLICA a finales de setiembre.
Sin embargo, los roces con figuras del Partido acabaron con su candidatura, renunciando a ella en dos ocasiones.
Antes de esto, el PUSC vivía un momento de resurrección política, logrando, en torno a la figura de un doctor, lo que no hicieron Ricardo Toledo ni Luis Fishman: Recuperar la confianza del electorado tras los escándalos de corrupción en que se vieron inmersos dos de sus expresidentes.
Ahora, el terremoto que sufrió el PUSC y el tardío inicio de campaña de Piza hicieron que el respaldo a los socialcristianos se desplomara.
Y en río revuelto, ganancia de candidatos.
La renuncia de Hernández añadió nuevos votantes a las campañas de Otto Guevara, del Movimiento Libertario, y de José María Villalta, del Frente Amplio.
Es así como en el sondeo de la UCR, el candidato del PUSC ahora se ubica en un quinto puesto, con solo un 3% de intención de voto.
Luis Fernando Cascante
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