Cultura de calidad en sitios turísticos
| Sábado 03 mayo, 2014
La gastronomía es apenas una parte de lo que hoteles, restaurantes y otros espacios podrían ofrecer al turista. Solo sería necesario reunir a lo más representativo de la cultura y a sus máximos exponentes para producir atractivas muestras que, bien manejadas, se vuelven rentables
Cultura de calidad en sitios turísticos
Según los datos, aumenta en el país la presencia de turistas europeos. Además, se estima que el principal interés de estos es conocer la cultura costarricense, nos dice una nota de este medio el viernes 2 de mayo. ¿Qué les estamos ofreciendo al respecto?
Es interesante y necesario volver sobre el tema, pero en realidad en este espacio nos hemos referido en varias oportunidades al mismo.
Para tener una buena oferta cultural hay que apreciar muy bien la cultura nacional y producir espacios o espectáculos capaces de mostrarla en su más alto nivel (sin desvirtuarla).
Esto en general no se hace en Costa Rica porque no solemos valorar como deberíamos la cultura nacional. No al menos para que sea parte de un plan nacional de desarrollo.
No actúan tampoco en forma coordinada diferentes entidades públicas y privadas, que son las que deberían impulsar todo lo que luego sería mostrado al turista europeo (o suramericano).
Nos dice nuestra nota del viernes anterior que el arroz con leche, frutas deshidratadas, cajetas, bizcochos palmareños, café, artesanía y bailes folclóricos es lo que les estamos mostrando a los europeos con la idea de atraerlos.
Todo eso muy bien, desde luego. Pero… ¿es solamente esto lo que nos define como costarricenses y lo que produce en general la cultura y el arte de este país?
Si hablamos de gastronomía hay una larga lista de riquísimos productos que se utilizan de diferentes maneras ya sea para platillos salados o postres y que son parte de nuestras tradiciones en la cocina.
Para mencionar solo algunos… pejibaye, palmito, cacao, tubérculos, peces y otros frutos del mar, frutas tropicales frescas o envasadas, semillas, entre muchos otros.
No nos cabe duda de que los buenos chefs que tenemos preparan con todo eso una gran variedad de platillos, postres y cocteles tan exquisitos como exóticos para un europeo, y que se elaboran con productos tradicionales de nuestro agro.
Pero la gastronomía es apenas una parte de lo que los hoteles, restaurantes y otros espacios podrían ofrecer al turista. Solo sería necesario reunir a lo más representativo de la cultura y a sus máximos exponentes para producir, a base de eso, atractivas muestras que, bien manejadas, se vuelven rentables.
Hoy que tenemos un mayor dinamismo de turistas que nos visitan y que aprecian la cultura, sería buen momento para comenzar lo que deberíamos haber hecho desde hace décadas.