“Es hora de que dejen a los ingenieros construir”
Luis Fernando Cascante lcascante@larepublica.net | Lunes 16 junio, 2014
Guillermo Loría, director del Lanamme, destaca como consultor en infraestructura
“Es hora de que dejen a los ingenieros construir”
Participación en proyecto de vía a San Ramón los convierte en protagonistas
Ver cómo su trabajo y recomendaciones técnicas se van por una alcantarilla se ha convertido en una costumbre para Guillermo Loría, director del Lanamme.
Su participación en el análisis de la vía a San Ramón, destaca y proyecta a la institución como referente para los proyectos que impulsará el Gobierno.
El ingeniero civil comanda uno de los laboratorios más reconocidos en la región, pero uno de los más ninguneados por los últimos gobiernos.
Ahora, con el cambio de administración, Loría se muestra optimista, ante la posibilidad de que este laboratorio de la UCR tome el protagonismo que no ha tenido en sus 17 años de trabajar para esa institución.
¿Qué ha estado pasando?
Desde hace unos 25 años Costa Rica está muy entrabada por procedimientos burocráticos, legalismos y por señores y señoras del “no”.
En medio de toda esa maraña estamos metidos los ingenieros. De repente le dicen a uno que no se puede hacer un trabajo por equis reglamento.
Los ingenieros civiles de lo que sabemos es de tomar un tractor y arrasar lo que haya que arrasar y construir lo que haya construir.
A uno no le pueden decir que no haga una obra, esto respetando lo ambiental.
Ya es tiempo de que la gente que está en el Conavi deje de estar metida en temas legales y se les permita tomar los tractores. Es hora de que nos dejen construir a los ingenieros.
Esto no depende de ustedes, hay toda una institucionalidad en el país bastante compleja que impide esto...
Sí. Los ingenieros del área pública estamos maniatados.
No se nos permite hacer construcción, diseño y seguimiento de obras.
¿Y qué nos dice de que el actual ministro del MOPT sea abogado?
No nos preocupa porque el ministro es un puesto político, lo que tiene que hacer es dirigir la gran estrategia nacional.
Este ministro tiene una gran apertura para escuchar a los técnicos y eso es importante porque el Lanamme ha sido un recurso mal utilizado por el MOPT.
¿Se han sentido ignorados o que el trabajo se ha desperdiciado?
Sí, por muchos años el trabajo nuestro ha sido ignorado. Nosotros hemos generado 1.380 documentos (manuales, auditorías, asesorías, publicaciones científicas) y no han sido escuchados.
Nosotros tenemos claro que no tomamos decisiones, pero por primera vez alguien nos dice: ¿qué quiso decir? ¿Cómo puedo utilizar? ¿Cómo puedo implementar? Esa es la diferencia.
Es darle un valor agregado a un trabajo que si se trajeran consultores de afuera, costaría millones de dólares.
¿Cuál sería un ejemplo de esas asesorías?
La evaluación de la red vial que hacemos nosotros, a Lanamme le cuesta ¢45 el kilómetro. Esa evaluación afuera no baja de ¢750 mil el kilómetro.
¿Recuerda algún caso en que se buscara una consultoría de allá afuera cuando acá pudo ser más barata?
Sí. Lo digo abiertamente, el Plan Nacional de Transportes lo pudo hacer Lanamme o la UCR.
Fue hecho por un consultor español y tuvo un costo de $1 millón.
¿Cuánto hubiera cobrado el Lanamme?
No hubiéramos cobrado ni unos $50 mil.
¿Ustedes no alzaron la voz?
Simplemente no nos escuchaban.
Los jerarcas de instituciones públicas que hacen obra preferían mandar ciertos ensayos a otras empresas de afuera, con tal de no escuchar el nombre del Lanamme, particularmente en el gobierno de Laura Chinchilla.
¿Hay una rencilla política?
Lo que no le gusta al político tradicional es que nosotros tenemos claros dos conceptos: la transparencia y la rendición de cuentas.
Acá no hay secretos ni manipulación de informes: es lo que es y punto. Si el auditor técnico no tiene esa independencia entonces los informes son manipulados, y eso pasa en otras partes del mundo.
¿Qué diferencia puede hacer que ahora se tomen en cuenta los criterios del Lanamme?
Si el Gobierno anterior nos hubiera hecho caso en algunas cosas, nos hubiéramos evitado algunas situaciones.
¿Habla de San José-San Ramón?
Hablo de la Platina y el hueco de Circunvalación. Con la Platina hicimos advertencias previas.
Dijimos que la rejilla que se iba a usar no iba a funcionar.
En el caso del hueco de Circunvalación, fuimos muy vehementes en decir que no valía la pena correr en poner los puentes Bailey, sin que tuvieran un cimiento adecuado. Al final tuvieron que quitarlos.
¿Qué respuesta recibieron?
Nos dijeron que éramos unos teóricos, que no teníamos fundamentación y que tenían que abrir el paso.
¿Cuál fue el problema con el Gobierno anterior?
Tuvimos una mala relación con Casa Presidencial.
No les gustaban nuestros informes. Sabíamos que íbamos a ser ninguneados.
Le ofrecimos a la viceministra del momento hacer un gran plan para evaluación de puentes. ¡Gratis! Nunca nos dijeron nada.
En todos estos 17 años, ¿no siente alguna frustración porque la mayoría de su trabajo cae en saco roto?
Sí, a nivel nacional ha sido frustrante.
Muchas advertencias y trabajo técnico que hemos hecho no han sido tomados en cuenta.
Me frustra eso, pero estoy contento porque cuando yo llegué a Lanamme teníamos tecnología de los años cincuenta.
Y en 2007 ya éramos el número uno en carreteras en Latinoamérica.
Tenemos uno de los mejores laboratorios y también de las peores carreteras de Latinoamérica, ¿no es algo irónico?
No solo eso, sino que tenemos muy buenos consultores y empresas con capacidad técnica.
Hemos tenido pésimos gestores y administradores, así como una injerencia política negativa. La política es necesaria, pero presionan para hacer proyectos mal hechos y los ingenieros no hemos tenido el poder para decir que no.
¿Qué pasa que nos toma 30 años construir una carretera?
Lo que pasa es que no hay una política de Estado de desarrollo. Los políticos quieren ir tapando huecos y no ven el gran panorama.
Antes no estaba claro que había que tener una red vial estratégica de primer nivel.
Por estar tapando incendios nunca pensaron en esa gran imagen, donde al darles un primer nivel a esas carreteras se genera economía para todo lo que hace falta.
¿Cómo planificar sin que los vaivenes políticos borren lo que hizo una administración?
Lo ideal es tener una política de estado en materia de desarrollo e infraestructura que sea ley de la República aprobada en el Congreso.
Necesitamos la ayuda de los diputados, que no estén pensando en el puentecito de la comunidad o en la alcantarilla que está mala, sino que tengan visión país. Hay que tener un plan agresivo a diez años plazo.
¿Por qué a diez años?
Si pensamos en 30 años, es mucho tiempo.
No podríamos rendir cuentas. Diez años es un plazo para hacer obras grandes, medir el avance, corregir si se quiere.
Estamos hablando de inversión sostenida de $1 mil por año.
Se ha estado invirtiendo en maquinaria cuatro veces más que el año pasado y el mantenimiento de algunas carreteras en manos de empresas privadas podrían pasar al MOPT, ¿qué mensaje da esto?
Lo del MOPT está bien para arreglar municipios y comunidades. Para hacer la gran obra que ocupa el país, el MOPT no tiene la capacidad y no vale la pena que se meta. Lo puedo hacer a nivel de inspección.
Ustedes buscan alianzas público-privadas?
Apoyamos cualquier figura transparente. Alianza público-privada, el fideicomiso, la concesión de obra pública, el contrato normal, la concesión de peaje sombra.
Hay muchas figuras, pero lo primero es tener un gran plan.
Eso lo debe saber el Presidente y un chiquito que nació hoy, como lo tienen los nicaragüenses con su gran Canal.
Usted habla con cualquier nica y sabe del gran Canal.
¿Qué sigue con San José- San Ramón?
Ya hay trabajo adelantado y modelo económico. Debe haber voluntad política en la Asamblea. Eso puede arrancar en un año.
Luis Fernando Cascante
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