Expropiaciones... cómo evitar el calvario
Manuel Avendaño mavendano@larepublica.net | Jueves 13 febrero, 2014
Modificar ley y agilizar la toma de posesión de los terrenos ayudaría
Expropiaciones... cómo evitar el calvario
Atrasos se deben a procesos administrativos y judiciales
Cambiar la ley de expropiaciones para eliminar burocracia y hacer que la toma de posesión de los terrenos expropiados sea más rápida son las soluciones para superar poco a poco las amargas experiencias que han frenado o atrasado proyectos de obra pública importantes.
Actualmente una expropiación puede llevar hasta cuatro años en el país en el mejor de los casos.
Por otro lado, en naciones, como Panamá o Nicaragua se logran en menos de tres meses.
Para que las obras de infraestructura caminen con menos obstáculos es necesario reformar la ley de expropiaciones que rige desde hace casi dos décadas en el país.
Una expropiación se lleva a cabo en dos ámbitos, primero se da un proceso administrativo en el que se declara de interés nacional el proyecto, lo que permite iniciar la negociación con el dueño de la propiedad.
Luego viene la segunda etapa que es judicial, y se da cuando el propietario del terreno está en desacuerdo con el precio que ofrece el gobierno.
Sin embargo, las modificaciones no serían en esos procesos, sino en la última fase que es cuando el MOPT debe tomar posesión del terreno.
“Acortar los plazos para la entrada en posesión es diferente a determinar la expropiación, y la entrada en posesión es la que nos está atrasando”, comentó José Chacón Laurito, viceministro de Obras Públicas.
Para lograrlo, se destinarán recursos y personal a fortalecer el departamento encargado de las entradas en posesión de los diferentes terrenos que ya han sido expropiados.
Además, eliminar trabas burocráticas en el proceso, ya que actualmente una expropiación debe pasar por varias dependencias del gobierno que al final alargan el trámite.
Existe un proyecto de ley presentado ante los diputados en setiembre, que pretende convertirse en un primer paso para mejorar los complejos trámites de expropiación en el país.
Menos tiempo para arrancar con proyectos importantes para el país y evitar los millonarios reajustes de precio en contratos prioritarios serían beneficios de generar cambios en las reglas para expropiar.
Con una mejor gestión de los procesos para obtener terrenos privados que se destinen a obras públicas, se dejarían atrás amargos momentos que han marcado el camino de los trámites y la burocracia del país.
Por ejemplo, la carretera a San Ramón estuvo ocho años varada en manos de un concesionario que no pudo arrancar la obra por atrasos.
También la nueva carretera a San Carlos estuvo tres décadas frenada por expropiaciones, incluso ya se construye y quedan pendientes dos que se negocian en buenos términos.
Los atrasos en esta ruta generaron que en el primer semestre del año anterior se tuvieran que pagar $2 millones por reajustes más una adenda de $45 millones aprobada en diciembre.
El caso emblemático es la vía a Caldera que estuvo siete décadas sin empezar por varias trabas entre las que figuraban las expropiaciones.
Mientras expropiar toma poco más de cuatro años en el país, en el resto de Centroamericana requiere menos de tres meses, lo que deja a Costa Rica en desventaja.
Lo cierto, es que por primera vez en más de cinco décadas el país cuenta con dinero para construir importantes carreteras, rotondas y ampliaciones, lo que falta es eliminar obstáculos como las expropiaciones.
Manuel Avendaño
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