Acumular stock de materias primas, una práctica poco ideal
Bloomberg | Lunes 30 noviembre, 2015
Cada vez que China piensa en acumular existencias de una materia prima, el mercado salta, por lo menos al principio. Más a largo plazo, el historial de intervenciones estatales en los mercados de metales y productos agrícolas muestra resultados dispares.
Los metales industriales aumentaron el jueves y el cobre registró el mayor aumento en casi siete semanas en tanto se rumoreaba que las autoridades estaban analizando realizar compras estatales para apoyar precios al borde de los valores más bajos en años.
La reacción refleja el éxito de la Secretaría Estatal de Reservas de China (SRB, por sus siglas en inglés) en elevar los precios del cobre durante la crisis financiera global, dejando mal parados a operadores experimentados. La SRB redobló las adquisiciones de metales después de que el cobre colapsara en 2008; el metal creció más del triple y rompió un récord en 2011. La secretaría no divulga cuánto compra ni cuándo, hecho que genera mucho cotilleo en el mercado, dijo Leon Westgate, analista de ICBC Standard Bank.
Sin embargo, esa victoria de la SRB oculta varios fracasos de China y otros países en apoyar varios mercados, del estaño al algodón, mediante la acumulación de inventario.
“Eso está distorsionando las fuerzas naturales del mercado”, dijo Caroline Bain, economista de materias primas de Capital Economics en Londres. “Analizando la historia, no siempre terminó en desastre, pero tampoco ha sido siempre muy efectivo”.
Algunos ejemplos de intentos de elevar los precios de materias primas que terminaron mal, son el estaño, el arroz y el algodón.
Desde la fundación del Consejo Internacional del Estaño en 1953, el grupo de países productores venía comprando el metal para apoyar los precios. En octubre de 1985, con deudas de más de $1.000 millones, el consejo colapsó y se vio obligado a deshacerse del inventario. Los precios cayeron de $12.400 por tonelada en 1985 a $5.300 a mediados del año siguiente. En consecuencia, la Bolsa de Metales de Londres suspendió su contrato de estaño entre 1985 y 1989.
En octubre de 2011, el gobierno tailandés comenzó a comprarles arroz a los agricultores del país. Dos años más tarde, la montaña de stocks había alcanzado casi 13 millones de toneladas. La cifra superaba las exportaciones anuales del país, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
El nuevo gobierno tailandés comenzó a vender gran parte de ese inventario a fines de 2014, una parte como alimento para animales luego de que los granos se pudrieran. Los precios de referencia para el arroz tailandés, que habían aumentado durante un breve período de $500 por tonelada a más de $600 en 2011, cayeron a $360, el valor más bajo en seis años, a mediados de 2015.