Agricultura tuvo que volver a sus raíces
Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Miércoles 31 diciembre, 2008
Inestabilidad mundial en precios de los productos agrícolas promueve aumentar las áreas de cultivos de consumo local
Agricultura tuvo que volver a sus raíces
• Plan de alimentos no solo apoyará granos básicos, el próximo año incentivará la siembra de hortalizas, legumbres, tomate, cebolla y papa
• País cerró 2008 con un incremento en el cultivo de arroz, pero aumento todavía no se presenta en maíz y frijol
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
Las luces rojas se encendieron en el mundo entero cuando los países más grandes del planeta hicieron inventario y lanzaron la advertencia de que en el corto plazo los alimentos que actualmente se producen en el globo serían insuficientes para llenar tantas bocas.
La escalada que provocó el anuncio en el precio de las materias primas en el ámbito mundial no se hizo esperar y Costa Rica tuvo la necesidad de regresar a los viejos tiempos e incentivar el cultivo de arroz, maíz blanco y frijol.
Sin embargo, la incertidumbre que existe actualmente en los mercados internacionales obligó al Ejecutivo a ampliar el menú y extender el apoyo estatal a otras siembras.
Papa, cebolla, tomate, hortalizas, maíz amarillo y tubérculos entraron al club de los productos sujetos de beneficio en el marco de un Plan Nacional de Alimentos, iniciativa que comenzaría a concretarse en febrero próximo, luego de que se asignen los fondos y las estrategias del proyecto.
El plan, anunciado en mayo, contempla ¢44.200 millones, de los cuales gran parte se está destinando a programas sociales.
De momento, ya se cuenta con el presupuesto para dotar de semilla, tecnología y seguros a los agricultores. Para los dos primeros rubros se cuenta con cerca de ¢1.200 millones, mientras que para los subsidios para las pólizas de cosecha hay un fondo ¢2.600 millones.
“Dentro del presupuesto del año que viene y de lo que teníamos destinado para este año se estará distribuyendo semilla los próximos meses para granos básicos y otros productos, principalmente para cultivar basto para el ganado. Todavía no sabemos las proporciones en que se dividirá el presupuesto entre los cultivos, eso no lo tendremos hasta finales de enero”, dijo Javier Flores, jerarca del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Hasta el momento el Plan de Alimentos camina a marcha forzada debido a los obstáculos que se ha encontrado en el camino. Inicialmente, los fondos del presupuesto fueron entregados cinco meses después de que se anunció el proyecto. Además, las inundaciones les pasaron una cara factura a los cultivos.
Las producciones de frijol y maíz cerraron 2008 con 10.160 y 11.240 toneladas, respectivamente, lo que significa el 22,54% y el 19% del consumo nacional.
En 2007, los mismos productos representaron un 23% y un 22% del consumo.
En el caso del arroz sí hubo un aumento significativo, pues se incrementó la producción en casi un 10%, llegando a generar 250 mil toneladas. Sin embargo, los productores consideran que el cultivo pudo ser mayor si se hubiera contado con seguros de cosecha, préstamos y menos lluvia.
Se estima que la llena de las aguas en el Caribe arrasó con 412 hectáreas de arroz, 53 hectáreas de maíz y 19 hectáreas de frijol, dejando pérdidas por más ¢13 mil millones.
La solución del Ejecutivo para el único aspecto que no puede controlar, el clima, son los seguros de cosechas, pero todavía no se ha realizado la capitalización de fondos para que el Instituto Nacional de Seguros (INS) ofrezca pólizas subsidiadas a los agricultores; sin embargo, el dinero que el plan incluye para ese fin podría no alcanzar.
“Es indispensable una política estatal, el Ministerio de Hacienda tiene que sacar plata para destinarla al seguro de cosecha. Solo con los ¢4 mil millones que destinó el Gobierno para eso el programa no es sostenible”, dijo Guillermo Constenla, presidente del INS.
En este sentido, el jerarca del MAG asegura que “se estarán subsidiando los seguros de cosecha a partir del año entrante, en el ámbito mundial se manejan los subsidios de los gobiernos para los seguros agrícolas y Costa Rica debe hacerlo”.
Las expectativas del gobierno con el Plan de Alimentos se enfocan en un incremento en las cosechas de frijol y maíz para cumplir la meta de llegar a cultivar el 70% de la demanda nacional de estos granos en un plazo de tres años así como el 80% de arroz en dos años.
“Hemos avanzado mucho en tan poco tiempo que hemos contado con los recursos, desde luego que uno esperaría más, pero vamos en el cumplimiento del plan, vamos logrando las metas”, afirmó Flores.
La ayuda económica estatal deberá revertir la tendencia impulsada por el mismo Estado en los últimos 20 años, la cual favoreció una economía basada en la importación de granos básicos en lugar de su cultivo que hoy está provocando una crisis de alimentos en el país.
“Esa política estatal que se manejó por mucho tiempo desarticuló el área de producción para consumo interno versus el área de exportación”, añadió el Ministro de Agricultura.
El costo que significaron esas dos décadas de estancamiento agrícola en ciertos productos no solo se tradujo en menor disponibilidad de estos sino que generó en el sector agrario un desfase en las técnicas de cultivo, y la productividad por hectárea hoy es menor a la que se presenta en otras naciones.
Además, cada vez son más los agricultores que prefieren no continuar con esta actividad o cambiar los cultivos por otros de exportación que sean más rentables.
Si la parte económica del Plan Nacional de Alimentos da resultados vendrá entonces la labor de convencimiento para que los agricultores vuelvan a sembrar lo que se come en Costa Rica.
“Es necesario convertir la agricultura en un negocio y no como una actividad en donde la gente cree que necesariamente será pobre, porque con esa mentalidad no podremos sacar adelante al país. Esto es un negocio, una actividad comercial. Debemos aumentar la capacidad para enfrentar la competencia local e internacional”, aseguró Flores.
Agricultura tuvo que volver a sus raíces
• Plan de alimentos no solo apoyará granos básicos, el próximo año incentivará la siembra de hortalizas, legumbres, tomate, cebolla y papa
• País cerró 2008 con un incremento en el cultivo de arroz, pero aumento todavía no se presenta en maíz y frijol
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
Las luces rojas se encendieron en el mundo entero cuando los países más grandes del planeta hicieron inventario y lanzaron la advertencia de que en el corto plazo los alimentos que actualmente se producen en el globo serían insuficientes para llenar tantas bocas.
La escalada que provocó el anuncio en el precio de las materias primas en el ámbito mundial no se hizo esperar y Costa Rica tuvo la necesidad de regresar a los viejos tiempos e incentivar el cultivo de arroz, maíz blanco y frijol.
Sin embargo, la incertidumbre que existe actualmente en los mercados internacionales obligó al Ejecutivo a ampliar el menú y extender el apoyo estatal a otras siembras.
Papa, cebolla, tomate, hortalizas, maíz amarillo y tubérculos entraron al club de los productos sujetos de beneficio en el marco de un Plan Nacional de Alimentos, iniciativa que comenzaría a concretarse en febrero próximo, luego de que se asignen los fondos y las estrategias del proyecto.
El plan, anunciado en mayo, contempla ¢44.200 millones, de los cuales gran parte se está destinando a programas sociales.
De momento, ya se cuenta con el presupuesto para dotar de semilla, tecnología y seguros a los agricultores. Para los dos primeros rubros se cuenta con cerca de ¢1.200 millones, mientras que para los subsidios para las pólizas de cosecha hay un fondo ¢2.600 millones.
“Dentro del presupuesto del año que viene y de lo que teníamos destinado para este año se estará distribuyendo semilla los próximos meses para granos básicos y otros productos, principalmente para cultivar basto para el ganado. Todavía no sabemos las proporciones en que se dividirá el presupuesto entre los cultivos, eso no lo tendremos hasta finales de enero”, dijo Javier Flores, jerarca del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Hasta el momento el Plan de Alimentos camina a marcha forzada debido a los obstáculos que se ha encontrado en el camino. Inicialmente, los fondos del presupuesto fueron entregados cinco meses después de que se anunció el proyecto. Además, las inundaciones les pasaron una cara factura a los cultivos.
Las producciones de frijol y maíz cerraron 2008 con 10.160 y 11.240 toneladas, respectivamente, lo que significa el 22,54% y el 19% del consumo nacional.
En 2007, los mismos productos representaron un 23% y un 22% del consumo.
En el caso del arroz sí hubo un aumento significativo, pues se incrementó la producción en casi un 10%, llegando a generar 250 mil toneladas. Sin embargo, los productores consideran que el cultivo pudo ser mayor si se hubiera contado con seguros de cosecha, préstamos y menos lluvia.
Se estima que la llena de las aguas en el Caribe arrasó con 412 hectáreas de arroz, 53 hectáreas de maíz y 19 hectáreas de frijol, dejando pérdidas por más ¢13 mil millones.
La solución del Ejecutivo para el único aspecto que no puede controlar, el clima, son los seguros de cosechas, pero todavía no se ha realizado la capitalización de fondos para que el Instituto Nacional de Seguros (INS) ofrezca pólizas subsidiadas a los agricultores; sin embargo, el dinero que el plan incluye para ese fin podría no alcanzar.
“Es indispensable una política estatal, el Ministerio de Hacienda tiene que sacar plata para destinarla al seguro de cosecha. Solo con los ¢4 mil millones que destinó el Gobierno para eso el programa no es sostenible”, dijo Guillermo Constenla, presidente del INS.
En este sentido, el jerarca del MAG asegura que “se estarán subsidiando los seguros de cosecha a partir del año entrante, en el ámbito mundial se manejan los subsidios de los gobiernos para los seguros agrícolas y Costa Rica debe hacerlo”.
Las expectativas del gobierno con el Plan de Alimentos se enfocan en un incremento en las cosechas de frijol y maíz para cumplir la meta de llegar a cultivar el 70% de la demanda nacional de estos granos en un plazo de tres años así como el 80% de arroz en dos años.
“Hemos avanzado mucho en tan poco tiempo que hemos contado con los recursos, desde luego que uno esperaría más, pero vamos en el cumplimiento del plan, vamos logrando las metas”, afirmó Flores.
La ayuda económica estatal deberá revertir la tendencia impulsada por el mismo Estado en los últimos 20 años, la cual favoreció una economía basada en la importación de granos básicos en lugar de su cultivo que hoy está provocando una crisis de alimentos en el país.
“Esa política estatal que se manejó por mucho tiempo desarticuló el área de producción para consumo interno versus el área de exportación”, añadió el Ministro de Agricultura.
El costo que significaron esas dos décadas de estancamiento agrícola en ciertos productos no solo se tradujo en menor disponibilidad de estos sino que generó en el sector agrario un desfase en las técnicas de cultivo, y la productividad por hectárea hoy es menor a la que se presenta en otras naciones.
Además, cada vez son más los agricultores que prefieren no continuar con esta actividad o cambiar los cultivos por otros de exportación que sean más rentables.
Si la parte económica del Plan Nacional de Alimentos da resultados vendrá entonces la labor de convencimiento para que los agricultores vuelvan a sembrar lo que se come en Costa Rica.
“Es necesario convertir la agricultura en un negocio y no como una actividad en donde la gente cree que necesariamente será pobre, porque con esa mentalidad no podremos sacar adelante al país. Esto es un negocio, una actividad comercial. Debemos aumentar la capacidad para enfrentar la competencia local e internacional”, aseguró Flores.