Alianza bipartidista para dirigir Asamblea se resquebraja
Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Martes 22 marzo, 2016
A un mes de la elección del nuevo directorio legislativo, la desconfianza mutua entre Liberación Nacional y la Unidad, podría ser un obstáculo insalvable para la continuidad del bloque opositor al frente del Congreso.
En estos momentos sus relaciones se encuentran en los niveles más bajos, tras un año de gobernar juntos en Cuesta de Moras.
Por ejemplo, los verdiblancos acusan al PUSC de “crear una burbuja electorera de cara a 2018” y de querer usar el poder político para ese fin, mientras que los socialcristianos advierten que han perdido “toda” la confianza en el PLN, porque estuvo de acuerdo en aprobar un presupuesto altamente deficitario para este año y sobre todo, porque estaría dispuesto a aprobar nuevos impuestos.
Las diferencias también surgen en torno a quién sería el nuevo presidente de la Asamblea Legislativa.
Por un lado, en el PLN recuerdan que hace un año se llegó a un acuerdo de palabra para rotar la presidencia entre los integrantes de la alianza, mientras que el PUSC niega que se haya dado esa negociación.
En caso de que ese “acuerdo” existiera, a partir de mayo Liberación tendría la oportunidad de presidir el Congreso.
Habría varios diputados de los dos partidos interesados en convertirse en presidente de la Asamblea, como sería el caso de Juan Luis Jiménez y Rolando González del PLN. Por su parte, Rafael Ortiz, del PUSC, buscaría la reelección.
“Es cierto que la rotación del puesto no quedó por escrito, pero se conversó que se haría de esta forma”, manifestó Jiménez, quien espera el cumplimiento del acuerdo verbal.
La alianza opositora incluye a diputados del PLN, el PUSC, el Movimiento Libertario, Alianza Demócrata Cristiana, Renovación Costarricense y Restauración Nacional y se conformó en mayo de 2015. Estos partidos minoritarios, estarían dispuestos a continuar en este bloque opositor.
Mientras el PLN y el PUSC se recriminan mutuamente, la bancada oficialista del PAC trata de sacar provecho de la confusión.
Para el Gobierno, retomar el control en Cuesta de Moras le ayudaría a llevar por la vía rápida los planes fiscales y de esta forma combatir el déficit que ya se estima que llegará al 6% del PIB al terminar este año.