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Ampliación de Ruta 27 dependería de mejorar contrato

Rodrigo Díaz rdiaz@larepublica.net | Miércoles 09 diciembre, 2015




Usted debería viajar después del año 2025 sobre una carretera amplia y moderna para dirigirse al nuevo aeropuerto internacional, de vacaciones al Pacífico o a su residencia en el sector oeste de la capital, sobre una vía moderna, capaz de absorber el mayor flujo de vehículos que se espera para los próximos años.
Sin embargo, será necesario negociar desde ahora un nuevo contrato con la concesionaria Globalvia, en condiciones financieras más favorables a las que tiene el actual contrato.
Entre las condiciones, sería necesario renegociar la tasa de descuento que se paga a la concesionaria y establecer un mejor sistema de control de paso de los vehículos con el fin de constatar el pago de la obra por medio de los peajes.
De lo contrario, la nueva carretera ampliada sería mucho más difícil de cancelar en el futuro.
Sin embargo, no es tan sencillo negociar nuevas condiciones con Globalvia, luego de continuos rechazos de la Contraloría para refrendar una adenda al contrato vigente.
Otra alternativa sería que un inversionista o un fideicomiso compre la carretera e inicie la ampliación. Sin embargo, el gobierno podría exponerse al cobro de lucro cesante por parte de la concesionaria, pues el contrato actual vencería en 2033.
La tasa de descuento actual es del 11,62%, que se aplica sobre el valor en dólares del año 2000, lo cual dificulta que con el cobro de peajes pueda pagar rápidamente el monto adeudado. “Uno de los errores es mantener esta tasa fija, en lugar de fluctuante, como se había establecido en el contrato original”, comentó Rodolfo Méndez, ex ministro de Transportes.
Entre las cláusulas del contrato actual se establece que los $258 millones que costó la obra se estimen con el valor del dólar del año 2000, y no de 2007, cuando se inició la construcción. Esto provocó un reclamo millonario, que fue saldado con un acuerdo de pago de $44 millones por parte del Estado, con lo que se evitó ir a un juicio de arbitraje.
Este acuerdo fue estipulado en una adenda que fue rechazada por la Contraloría. Aún no se han hecho los cambios para presentársela de nuevo a la entidad.
Por la ruta hacia Caldera circularían alrededor de 75 mil vehículos para 2025, tomando como referencia una tasa de crecimiento anual de la flota vehicular de un 5%, esto dejando de lado la eventual construcción de nuevos desarrollos inmobiliarios en la zona y el nuevo aeropuerto internacional que se edificaría para esa época.
Sin embargo, la autopista ya se encuentra saturada con los actuales 45 mil vehículos diarios que pasan en promedio, según reportó la empresa concesionaria.
Para los fines de semana y la época de vacaciones esa cantidad aumenta, por lo que la Policía de Tránsito suele hacer operativos que incluyen la incorporación de carriles reversibles.
Esa estrategia de control de tránsito sería inviable con un nuevo aeropuerto.







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