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Miércoles, 27 de noviembre de 2024



EDITORIAL


Ataque frontal al déficit fiscal

| Jueves 30 octubre, 2014




El gobierno debería tomar las medidas para salir del déficit fiscal con pasos seguros y firmes, y los sectores productivos así como el sector público aceptarlas como su contribución para salir de una coyuntura que podría impedir al país seguir por un buen rumbo de progreso


Ataque frontal al déficit fiscal

La hoja de ruta está marcada ya para ganarle la batalla al déficit fiscal. Como era lógico pensar, dentro del listado de medidas a tomar para lograrlo, cada sector defiende lo suyo. Esto no debería convertirse en intransigencia.
Ahora es cuando veremos quién está dispuesto a aportar realmente para atacar el problema del déficit, en aras de solucionarle al país un serio problema y seguir adelante.
Los principales actores de la sociedad que se verán involucrados deberían asumirlo con actitud libre de egoísmos, porque lo contrario será disparar en contra de un país como el nuestro, buen hogar para los costarricenses y sitio con buen clima para que nacionales o extranjeros desarrollen negocios.
El gobierno debería tomar las medidas con pasos seguros y firmes, y los sectores productivos así como el sector público aceptarlos como su contribución para salir de una coyuntura que podría impedir al país seguir por un buen rumbo de progreso que permita mejorar la calidad de vida de todos los que habitan en él.
Las medidas son en realidad pocas aunque importantes, porque no se necesita más para controlar nuestro déficit fiscal.
Bajar el gasto público deberá hacerse, lo sabemos, parando el despilfarro y premiando con aumentos u otros pluses únicamente a aquellos trabajadores de ese sector que demuestren con hechos que puedan medirse.
Un premio se da cuando una labor ha ido más allá de sus obligaciones y esto ha contribuido a mejorar la calidad y tiempo en que se brindan los servicios.
Caso contrario, deberían los colaboradores estar expuestos a no recibir más aumentos salariales. Esto exige supervisión por parte de mandos medios y estos deberán ser evaluados de la misma manera por sus jerarcas.
Por otro lado, quienes tienen como práctica la evasión o elusión fiscal, están dejando de pagar al fisco sumas que hoy constituyen el 13% de la producción nacional, entre evasión, elusión y exoneraciones, lo cual equivale a la recaudación actual.
Esto es grave y tampoco debe continuar. Se daña al fisco y a quienes sí pagan sus impuestos.
Para hablar solo de estos dos ejemplos mencionados, hay que decir que no tendrá autoridad moral para quejarse de medidas que se tomen quienes están generando el problema del déficit, ya sea desde lo público o lo privado.
Los costarricenses sabemos que atacar esos dos males además del contrabando es clave para normalizar nuestra situación fiscal, aún si después de esto se requieren más impuestos.
Tanto el problema de costos desmedidos en la planilla pública, como el enraizamiento de estrategias para practicar la evasión o la elusión fiscal, son graves problemas de vieja data que le tocará enfrentar a la presente administración, ya que fueron ignorados por las anteriores. Las medidas deben ser apoyadas.
 







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