Bernanke apuesta a que la nueva economía es igual que la vieja
Carolina Acuña cacuna@larepublica.net | Lunes 10 septiembre, 2012
Bernanke apuesta a que la nueva economía es igual que la vieja
El presidente de la Reserva Federal, Ben S. Bernanke, apuesta a que la nueva economía estadounidense es igual que la vieja conforme presenta argumentos a favor de más estímulo para reanimarla.
Hizo ese diagnóstico la semana pasada al refutar a quienes responsabilizan del desempleo del 8,3% a cambios estructurales en la economía producto de la crisis financiera y afirman que la alta desocupación es permanente.
“Veo pocos indicios de un cambio estructural importante en los últimos años”, dijo Bernanke a banqueros centrales y economistas en el congreso anual sobre política monetaria de Jackson Hole, Wyoming. “Luego de toda recesión estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial, el índice de desempleo ha vuelto a un nivel cercano al anterior a la recesión”.
El mensaje a los inversores es que Bernanke considera que lo que llama la “gran preocupación” de los 12,8 millones de estadounidenses desempleados puede resolverse mediante una recuperación económica más fuerte, impulsada por apoyo monetario en caso de ser necesario. La opinión de que los problemas del país son cíclicos fue un tema de debate que dividió a los banqueros centrales, los economistas de Wall Street y los académicos.
Entre quienes respaldan a Bernanke se encuentran Alan Blinder, de la Universidad de Princeton; Jan Hatzius, de Goldman Sachs Group Inc., y Edward Lazear, de la Universidad de Stanford. Del otro lado están Jeffrey Lacker, el presidente de la Fed de Richmond; Robert Gordon, de la Universidad del Noroeste, y Mohamed El-Erian y Bill Gross, de Pacific Investment Management Co., que popularizó el término “nueva normalidad” para describir la forma en que los patrones de crecimiento cambiaron luego de la peor recesión desde la Gran Depresión.
Bernanke y sus seguidores sostienen que la lenta recuperación y el persistente desempleo son consecuencia de obstáculos temporarios, tales como el endurecimiento del crédito y la debilidad del mercado inmobiliario, y que se pueden resolver con ayuda monetaria. Quienes lo critican hablan de cambios estructurales, tales como la disparidad entre los nuevos empleos y las habilidades. Dicen que una nueva flexibilización será de poca ayuda y que hasta podría ser negativo por impulsar la inflación.
“En una situación donde el desempleo real no baja, por lo menos no con rapidez, pienso que aún hay margen para la política monetaria”, dijo Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs, cuya estimación del llamado índice natural de desempleo que desencadena inflación está apenas por debajo del cálculo del 6% de los analistas de la Fed. “Mi punto de vista es muy similar al de la Fed en este asunto”.
Los máximos responsables de inversión de Pimco, El-Erian y Gross, estiman que el índice natural está más cerca del 7%.
“Nuestro análisis implica un equilibrio diferente entre los factores cíclicos y estructurales”, dijo El-Erian, de Newport Beach, California, en un correo electrónico luego del discurso de Bernanke del 31 de agosto. “Hace más hincapié en los obstáculos estructurales, entre ellos segmentos de los mercados laboral, inmobiliario y de crédito”.
La flexibilización cuantitativa, o las compras de activos en gran escala, solo pueden afectar esos obstáculos “de forma marginal”, dijo Gross en otro correo electrónico.
“Es por eso que, después de más de tres años de tasas de interés de cero y de una expansión del balance de la Fed de US$2 billones, la economía solo crece a un ritmo del 2%”, dijo. “La debilidad cíclica es más fácil de rectificar con medidas de flexibilización cuantitativa que la debilidad estructural, que es más lógico que esté en manos de las autoridades fiscales”.
Lo que afecta a la economía de Estados Unidos formó parte de la argumentación de Bernanke a favor de una mayor intervención de la Fed, que podría decidirse en la próxima reunión de autoridades del 12 y 13 de setiembre. El execonomista e investigador de la Gran Depresión de la Universidad de Princeton, que tiene 58 años, usó su discurso de Jackson Hole para lamentar el sufrimiento producto del desempleo, y su defensa de políticas heterodoxas como la compra de bonos indicó que podría instrumentarlas nuevamente.
Simon Kennedy, Steve Matthews y Joshua Zumbrun/ Bloomberg News
El presidente de la Reserva Federal, Ben S. Bernanke, apuesta a que la nueva economía estadounidense es igual que la vieja conforme presenta argumentos a favor de más estímulo para reanimarla.
Hizo ese diagnóstico la semana pasada al refutar a quienes responsabilizan del desempleo del 8,3% a cambios estructurales en la economía producto de la crisis financiera y afirman que la alta desocupación es permanente.
“Veo pocos indicios de un cambio estructural importante en los últimos años”, dijo Bernanke a banqueros centrales y economistas en el congreso anual sobre política monetaria de Jackson Hole, Wyoming. “Luego de toda recesión estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial, el índice de desempleo ha vuelto a un nivel cercano al anterior a la recesión”.
El mensaje a los inversores es que Bernanke considera que lo que llama la “gran preocupación” de los 12,8 millones de estadounidenses desempleados puede resolverse mediante una recuperación económica más fuerte, impulsada por apoyo monetario en caso de ser necesario. La opinión de que los problemas del país son cíclicos fue un tema de debate que dividió a los banqueros centrales, los economistas de Wall Street y los académicos.
Entre quienes respaldan a Bernanke se encuentran Alan Blinder, de la Universidad de Princeton; Jan Hatzius, de Goldman Sachs Group Inc., y Edward Lazear, de la Universidad de Stanford. Del otro lado están Jeffrey Lacker, el presidente de la Fed de Richmond; Robert Gordon, de la Universidad del Noroeste, y Mohamed El-Erian y Bill Gross, de Pacific Investment Management Co., que popularizó el término “nueva normalidad” para describir la forma en que los patrones de crecimiento cambiaron luego de la peor recesión desde la Gran Depresión.
Bernanke y sus seguidores sostienen que la lenta recuperación y el persistente desempleo son consecuencia de obstáculos temporarios, tales como el endurecimiento del crédito y la debilidad del mercado inmobiliario, y que se pueden resolver con ayuda monetaria. Quienes lo critican hablan de cambios estructurales, tales como la disparidad entre los nuevos empleos y las habilidades. Dicen que una nueva flexibilización será de poca ayuda y que hasta podría ser negativo por impulsar la inflación.
“En una situación donde el desempleo real no baja, por lo menos no con rapidez, pienso que aún hay margen para la política monetaria”, dijo Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs, cuya estimación del llamado índice natural de desempleo que desencadena inflación está apenas por debajo del cálculo del 6% de los analistas de la Fed. “Mi punto de vista es muy similar al de la Fed en este asunto”.
Los máximos responsables de inversión de Pimco, El-Erian y Gross, estiman que el índice natural está más cerca del 7%.
“Nuestro análisis implica un equilibrio diferente entre los factores cíclicos y estructurales”, dijo El-Erian, de Newport Beach, California, en un correo electrónico luego del discurso de Bernanke del 31 de agosto. “Hace más hincapié en los obstáculos estructurales, entre ellos segmentos de los mercados laboral, inmobiliario y de crédito”.
La flexibilización cuantitativa, o las compras de activos en gran escala, solo pueden afectar esos obstáculos “de forma marginal”, dijo Gross en otro correo electrónico.
“Es por eso que, después de más de tres años de tasas de interés de cero y de una expansión del balance de la Fed de US$2 billones, la economía solo crece a un ritmo del 2%”, dijo. “La debilidad cíclica es más fácil de rectificar con medidas de flexibilización cuantitativa que la debilidad estructural, que es más lógico que esté en manos de las autoridades fiscales”.
Lo que afecta a la economía de Estados Unidos formó parte de la argumentación de Bernanke a favor de una mayor intervención de la Fed, que podría decidirse en la próxima reunión de autoridades del 12 y 13 de setiembre. El execonomista e investigador de la Gran Depresión de la Universidad de Princeton, que tiene 58 años, usó su discurso de Jackson Hole para lamentar el sufrimiento producto del desempleo, y su defensa de políticas heterodoxas como la compra de bonos indicó que podría instrumentarlas nuevamente.
Simon Kennedy, Steve Matthews y Joshua Zumbrun/ Bloomberg News