Brasil insiste en proyectos de energía renovable pese a crisis
Bloomberg | Lunes 05 junio, 2017
Brasil está tomando medidas para promover nuevos proyectos de energía renovable en momentos en que el Gobierno busca convencer a la industria de que la agitación política no amenazará las actuales metas de energía.
El país organizará al menos una licitación para proyectos de energía limpia este año, según Eduardo Azevedo, secretario de Planificación y Desarrollo Energético del Ministerio de Minas y Energía. También se está considerando una segunda subasta que estaría abierta a todas las fuentes de energía.
La medida refleja el creciente interés en la energía limpia a medida que el país busca cumplir con sus compromisos adquiridos bajo el acuerdo climático global de París firmado en 2015. Los planes también indican que Brasil está tratando de avanzar con sus objetivos energéticos y apaciguar las preocupaciones de que una crisis política en expansión estropeará los esfuerzos por impulsar la energía eólica y solar.
"Hay espacio para subastas de energía este año, ponen de relieve la necesidad de expandir las energías renovables, que representarán dos tercios de las inversiones del país en el sector eléctrico en los próximos diez años", dijo Azevedo en un evento en São Paulo.
Las acciones, los bonos y la moneda brasileña se desplomaron el mes pasado después de que el presidente Michel Temer fuera acusado de ayudar a obstruir la actual investigación sobre corrupción Lava Jato.
En diciembre, el Ministerio canceló lo que habría sido la única subasta de 2016 para energía eólica y solar, conforme la peor recesión en décadas arrastra la demanda de electricidad. Algunas empresas están abandonando contratos que ganaron en subastas anteriores.
Eso puede despejar el camino para la próxima subasta, que se espera para setiembre. Aunque hay poca necesidad de nuevas plantas de energía ahora, puede que la haya en algunos años cuando se reanude el crecimiento de la demanda, dijo Azevedo.
Los desarrolladores de energía eólica y solar no han firmado contratos de suministro a largo plazo desde noviembre de 2015. La falta de nuevos proyectos está amenazando la cadena de suministro y tiene el potencial de dejar vacías las fábricas de turbinas eólicas y arrastrar la naciente industria fotovoltaica.