Cazador de sueños y olas
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Jueves 10 enero, 2013
Cazador de sueños y olas
Carlos Muñoz inicia su temporada viajando a Hawái, Puerto Rico y Australia
Ya sea con sus aéreos o surgiendo airoso de un tubo, para Carlos Muñoz su vida se resume en retar al mar y deleitarse en las olas, mientras les toma el ritmo para sacarles el mejor provecho.
Este joven, que se ubica a la vanguardia de los surfos nacionales, que tratan de abrirse paso en el nivel mundial de esta disciplina, inicia hoy una nueva gira con el propósito de subir los escalones que le faltan para alcanzar su objetivo.
La meta de “Cali” es clara, entrar al Top 100 y luego a la categoría A (los mejores 36 del orbe) y para ello lo espera una agitada temporada, que lo mantendrá lejos del terruño este año.
La primera escala será en Hawái, un reto ya conocido, dos competencias programadas y casi un mes de estadía, para luego pasar a Puerto Rico, de ahí saltar a Australia y luego volver a California.
“Arranco el año en la posición 136”, nos cuenta el joven que quiere dar el paso a la máxima categoría mundial.
“El año pasado no pude ir Australia por la visa”, asegura Muñoz, quien relata que eso podría marcar diferencia entre lo hecho la temporada anterior y lo que haga en esta.
“Pese a eso, había empezado en la posición 380 y terminé de 136”, razón por la cual tiene muchas expectativas de lo que pueda lograr en este 2013.
Con solo 19 años de edad, “Cali” está acostumbrado a viajar desde los 14, pero antes se movió mucho entre México y Brasil; desde hace dos años visita al resto del mundo. Por supuesto que eso le implica mucho sacrificio; su madre y su hermano lo ven más por Facebook o Skype, que en carne y hueso; difícil relación de noviazgo y todavía no encuentra el tiempo para el examen pendiente de biología, que le otorgue el título de bachillerato.
“Todos son sacrificios, yo me quiero ver entre la olas todavía por mucho tiempo más”, afirma el joven que piensa en armar su futuro de la playa para dentro, esperando en el futuro reencontrarse con el resto de su vida.
Si bien Hawái le ha deparado sus olas más grandes, se queda con las de Indonesia. “Son perfectas, en muchos sentidos”, asegura.
Su agitada agenda hará que lo veamos poco por las competencias nacionales, la principal, el Circuito, donde nacieron él y muchos otros surfos de renombre de nuestro país.
“Solo pude competir en la primera fecha, y fui eliminado en primera ronda”, cuenta mientras ríe Carlos, quien atribuye a la mala suerte esta situación que no afrontaba desde hace muchos años.
Muñoz se ve a futuro abriendo puertas para los surfos que vienen atrás y renueva su juramento de que él y el mar estarán por mucho tiempo juntos, porque se trata de un romance a largo plazo, forjado por el destino para un joven que se crió en Aserrí, en San José, hasta los seis años de edad, pero a quien su traslado a Esterillos le cambió la vida.
“La vida de la ciudad, donde hasta en una pandilla pude haber terminado, quedó atrás; ahora mi vida es esta, en las olas”.
Luis Rojas
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