Celebramos 201 años de independencia política, pero lamentamos 110 años de dependencia energética y 40 años de dependencia fiscal
Ricardo Trujillo gerencia@fibrotel.cr | Lunes 26 septiembre, 2022
Ricardo Trujillo Molina
MScEE
gerencia@fibrotel.cr
El pasado 15 de setiembre celebramos nada menos que 201 años de vida política independientes de la corona española, pero indirectamente también celebramos no haber sido casi de inmediato anexados al fugaz imperio mexicano y haber rechazado en la joven vida republicana, el intento filibustero de anexión al reino de nicaragua. No importa si la noticia de la firma de independencia nos llegó hasta en octubre del año 1821, la celebración en esa fecha es más que válida. Otros países también celebran su independencia en días simbólicos, por ejemplo, la firma del acta de independencia de los Estados Unidos fue el 4 de julio de 1778, pero la guerra contra los ingleses por la independencia llevó 3 años más. La independencia de México se celebra con el grito de Dolores el 16 de setiembre de 1810, pero las batallas conta los españoles continuaron hasta el 27 de setiembre de 1821 que el ejército trigarante de Agustín de Iturbide entró triunfante a la jubilosa ciudad de México.
Dependencia económica y fiscal
Lo triste aquí en Costa Rica es que la independencia política que vivimos desde aquella fecha no es efectiva para las áreas fiscales del estado, ni para las energéticas del país. Vivimos con una deuda pública astronómica del 80% del actual PIB, la cual estamos obligados a pagar en los próximos 15 años mediante impuestos y vivimos con una dependencia energética de los combustibles fósiles que nos está afectando económicamente ahora más que nunca.
Sobre el tema de la dependencia fiscal no voy a referirme en este articulo pues el tema lo sabrán enfocar mejor los economistas y politólogos. Lo que si deseo enfatizar es que la deuda pública mal atendida, no solo incrementa el presupuesto nacional para el pago del principal más los intereses, sino que también presiona al alza las tasas de interés bancarias en especial cuando las captaciones de hacienda se realizan en moneda nacional reduciendo el monto del crédito bancario disponible para la producción.
Dependencia energética e inopia nacional
El primer auto a gasolina llego a Costa Rica alrededor de 1900. Varios más circulaban para 1910. Desde entonces estamos importando la gasolina para esos motores de combustión, hasta llegar hoy dia a los 22 millones de barriles de combustibles fósiles. En este tema de la dependencia energética si deseo enfatizar que vivimos encadenados a ella y que nos afecta seriamente porque existe una inopia nacional para entender cómo es que seguimos siendo tan dependientes y cómo es que no podemos obtener nuestra independencia energética. Los recientes argumentos de Sofia Guillen la diputada del frente amplio, ponen en máximo relieve precisamente ese desconocimiento en la materia y obstaculizan la independencia energética que todos merecemos.
Argumenta Sofia que “yo quiero refutar algunos de los elementos que parecieran van a justificar la intencionalidad de abrir el mercado eléctrico y la privatización del ICE, en este país la pregunta más lógica es ¿se supone que esto es para bajar tarifas?, me pregunto ¿hay algún país de Centroamérica en donde se haya hecho la apertura del mercado eléctrico y se haya privatizado la institucionalidad del sector eléctrico y las tarifas hayan bajado?». «Alguien podría decirme, bueno, pero no te compares con Centroamérica, compárate con Europa, bueno Europa, está en media crisis energética, precisamente porque no garantizó seguridad en su matriz energética», «el ICE, si ha garantizado seguridad energética de este país, así que no engañemos, no mintamos y no confundamos a la gente, la privatización y la apertura del mercado eléctrico, no ha implicado tarifas bajas nunca en ningún país en Centroamérica».
Sofia confunde muy a propósito para someter a engaño a sus compañeros legisladores, el concepto de seguridad energética con seguridad del suministro eléctrico. Son dos cosas totalmente diferentes. La seguridad energética del país le corresponde en un 65 % a RECOPE con sus tanques de almacenamiento para gasolinas y aceites diésel, y el resto de esa seguridad energética por un 22 % del total nacional o seguridad eléctrica, le ha correspondido al ICE con su planificación del suministro de energía eléctrica diaria, estacional y anual.
Sofia también confunde la apertura del mercado eléctrico y su incidencia en la rebaja de tarifas, con la ley de la oferta y demanda en un sistema eléctrico en un mercado abierto y en competencia, y con un centro de control sujeto al despacho de la energía bajo el criterio económico, en el cual a mayor disponibilidad de energía eléctrica horaria o estacional, menores son las tarifas y viceversa.
La apertura del mercado eléctrico con el suministro eléctrico actual asegurado como el caso costarricense, si producirá rebajas en las tarifas eléctricas siempre y cuando el centro de control pase del ICE a ser un ente neutral para los generadores eléctricos, pues permitiría a ese ente realizar el despacho de la generación eléctrica bajo criterios estrictamente económicos, es decir, que la energía del más bajo costo tendría prioridad de despacho antes de la de mayor costo.
“Según el jerarca del MINAE, la previsión del gobierno es presentar no más allá de noviembre una propuesta de ley que, el cree, resolverá los cuellos de botella en la comercialización de la electricidad y en la venta de excedentes de energía”. LA NACION 17 Setiembre 2022 página 4
En el resto de Centroamérica como bien lo apunta Sofia Guillen, sus mercados eléctricos todavía no han alcanzado la madurez y seguridad del suministro que ya tienen Panamá y Costa Rica, de manera que sus aperturas de mercado no han incidido todavía en fuertes rebajas de tarifas. En Panamá el costo marginal de la generación eléctrica es de sólo US$ 20/MWh, muy similar al de Costa Rica que es de US$ 28/MWh, según reporta recientemente el ente operador de la red de interconexión regional. Esas cifras indican que el kilovatio hora promedio generado a horas marginales es de dos centavos y dos punto ocho centavos de dólar para los casos de Panamá y Costa Rica respectivamente. Pero ese no es el costo de la tarifa eléctrica al abonado, pues los demás costos extras no bajan de precio precisamente por que los servicios de distribución, transmisión y comercialización siguen siendo monopólicos sin competencia alguna.
Cuando se pretende una apertura del mercado eléctrico a diferencia de lo que opina Sofia Guillen en sus comparativos, se está hablando de apertura de todos los procesos eléctricos, no solo del proceso de la generación, sino que también de la distribución y comercialización qué en las zonas de servicio del ICE, son los más caros del país.
4.6.3. Costo Marginal de Corto Plazo Los costos marginales de la demanda estimados para el sistema de Costa Rica resultan en valores promedio ponderados de 13.87 US$/MWh para el período de julio a diciembre de 2022 y 42.42 US$/MWh para el período de enero a diciembre de 2023. Es notable que la curva de costo marginal para todos los bloques de demanda a lo largo del período responde a la matriz de generación de este sistema, basado principalmente en generación hidroeléctrica, de tal manera que los costos marginales muestran un comportamiento relacionado a la estacionalidad de este recurso, con valores altos en la época de verano y bajos en los meses de la época lluviosa
Flagelo social de la dependencia energética
El que no dispongamos de energía fósil nacional por nuestra reticencia a explorar y explotar el subsuelo o por decretos presidenciales de corte ideológico y poco científicos que todavía se mantienen vigentes, significa que tendremos que importarla a cada día a más alto precio. Los 22 millones de barriles de derivados del petróleo que anualmente importa RECOPE de la refinadora norteamericana VALERO significan una erogación de casi US$ 3,000 millones de dólares anuales, casi el doble de los anteriores US$ 1,500 millones que importábamos el año anterior. Este súbito incremento en la compra de divisas ha impactado el mercado cambiario elevando el tipo de cambio hasta casi los 690 colones por dólar y ha ocasionado un alza de precios en toda la cadena productiva, llevando el índice de inflación de precios y de la tasa de interés comercial hasta los dos dígitos. Esto ha impactado fuertemente en nuestra frágil economía estancando la producción, subiendo los precios de todos los productos de consumo diario, incrementando la pobreza y el sufrimiento en cada hogar tico.
Guerra por la independencia energética
La gran pregunta es porqué seguimos siendo tan dependientes en energías importadas. La respuesta es que siguen siendo más baratas que las demás energías disponibles. Digo disponibles cuando hablo de electricidad y biomasas. Los energéticos no disponibles son aquellos que todavía atesoramos bajo nuestro subsuelo. Si hubiésemos tomado la decisión hace unas dos décadas para explorar y explotar nuestro potencial en hidrocarburos fósiles, posiblemente ya tendríamos alternativas de menor costo. Pero por razones ya conocidas, desde la Administración Pacheco se han decretado varias moratorias a esa actividad geológica basados sobre los argumentos que la época del petróleo contaminante y causante del cambio climático ya estaba llegando a su fin y que nunca íbamos a requerir de ese energético en las cantidades que hoy en dia lo consumimos, pues la transición energética estaba a la vuelta de la esquina.
Hasta hace pocos meses, el litro de gasolina en C 600 colones era más barato que un litro de agua embotellada a precio de pulpería, y el precio del kilovatio hora equivalente contenido en un litro de gasolina era de apenas 60 colones. Ninguna empresa eléctrica en el país podía competir con la venta de kilovatios hora a 60 colones, con la excepción de la CNFL que ofrecía la tarifa nocturna de 40 colones por KWhora. Para qué preocuparnos por la dependencia de la gasolina importada que en esencia seguía siendo barata, si no teníamos posibilidades de sustituirla por electricidad servida en nuestros hogares a mucho menor costo. Fue así como en miles de hogares ticos se fue sustituyendo la cara cocción sin sabor de la electricidad por la flama ajustable al sabor que brinda el propano. La introducción del auto eléctrico era algo futurista para ese entonces. La oposición a que se abriese todo el mercado eléctrico contribuyo en gran medida a que a esta fecha no tengamos energía eléctrica en gran exceso y a mucho menor precio que la gasolina. El concepto del mantenimiento del precario equilibrio entre la oferta y la demanda eléctrica que realiza el CENCE y su interpretación como el de la seguridad energética del país, se le confió por ley al ICE y ha sido el criterio predominante hasta la fecha. Los argumentos legislativos de Sofia Guillen así lo confirman.
Pero hoy dia no podemos ya ignorar la crisis social, económica y hasta política que enfrentamos en torno a esta seria dependencia de la energía importada. Tenemos que tomar cartas en el asunto y cuanto antes mejor si queremos comenzar a sustituir esas importaciones por energía nacional a la mayor brevedad posible. Cada millón de barriles de energéticos menos que RECOPE importe por año, serán por lo menos US$ 136 millones de dólares menos que la economía tendría que pagarle en divisas a VALERO. Eso precisamente es lo que pretendía el plan nacional de descarbonización que terminó en un plato de babas, por el olvido de sus progenitores: Presidencia, MInae, ICE, etc, al no considerar que la transición energética es un reto y sacrificio económico para todos los habitantes del país, pues el costo de la sustitución de los 2 millones de vehículos de gasolina por eléctricos saldrá de su peculio, de su bolsillo y no de las arcas estatales. Este pequeño olvido u omisión, dio al traste junto con los intereses del ICE al plan nacional de descarbonización.
Retomar urgentemente este plan de descarbonización o de independencia energética o de transición energética como queramos llamarlo, sin las omisiones de ayuda financiera al ciudadano ó protecciones al ICE a las que me he referido, sería el primer paso en firme para lograr en 30 o 50 años plazo nuestra total independencia energética. Sobre este tema, su ruta y metas alcanzables escribiré en futuros artículos.