Cinco consejos para ser un buen líder

Piense en el jefe que no le gustaría volver a tener, ¿se le viene alguien a la mente?

La mayoría en algún momento tuvo un supervisor complicado, de esos que tienen más de un “enemigo” en la oficina y al que casi nunca se le queda bien.

Mientras visualiza a esa persona, intente recordar cuáles comportamientos lo convertían en un mal jefe.

Si usted, por el contrario, quiere llegar a ser un líder que motive a su equipo, debería evitar esas actitudes y enfocarse en seguir estos consejos:

 1) Comparta sus conocimientos

El conocimiento se vuelve aún más valioso cuando se comparte. Todo buen líder se preocupa porque los miembros de su equipo asuman nuevos retos constantemente; hacerlo no solo mejorará el rendimiento del grupo, sino que los hará crecer como profesionales y los mantendrá inspirados.

 2) Escuche

Empiece a hablar menos y a escuchar más, así se dará cuenta del aprendizaje e ideas valiosas que puede obtener de sus compañeros. Además, escuchar es una excelente oportunidad para recibir feedback, porque por más que crea que lo tiene todo bajo control y está haciendo un excelente trabajo, la percepción de ellos puede ser distinta.

 3) Conozca a su equipo

Sabe a la perfección qué hace cada miembro de su equipo; pero, ¿realmente los conoce? No solo debería destinar tiempo a cumplir las metas de su trabajo, sino también tomarse un momento para conocer a sus colaboradores. Saber qué sienten, qué necesitan y cuáles son sus objetivos de carrera le ayudará a entenderlos y a comprender cómo puede ayudarlos.

 4) Reconozca sus logros

No sea el tipo de profesional al que le gusta llevarse el crédito por los logros de los demás. Reconozca el trabajo de otros y agradézcalo, esto los hará tener mayor iniciativa y validará que están haciendo bien sus tareas.

 5) Aplique su inteligencia emocional

Estar en contacto con sus emociones, saber gestionarlas y poder comprender las de las personas a su alrededor es fundamental. Para ser buen líder primero debe ser capaz de liderarse a usted mismo, teniendo control sobre sus pensamientos y emociones.

 Tenga en cuenta que el liderazgo es un proceso de aprendizaje continuo, el líder se hace a sí mismo esforzándose constantemente por mejorar y manteniendo un ambiente positivo. El optimismo y entusiasmo que inyecte a sus tareas no solo motivará al resto de colaboradores, sino que ayudará a que surjan nuevos líderes en su organización.