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Jueves, 28 de noviembre de 2024



EDITORIAL


¿Cómo se gasta nuestro dinero?

| Miércoles 30 abril, 2014




No es necesario más que sentido común, para entender que en un país como el nuestro, con el escaso dinero público que, por ineficiente labor, se logra recaudar, es inaceptable que se gaste en publicidad que no sea para campañas de estricto beneficio para la población o emergencias nacionales


¿Cómo se gasta nuestro dinero?

Es razonable y necesario que los gobiernos puedan disponer de un dinero público para atender con él necesidades en beneficio de la población. Campañas de salud, educativas, emergencias nacionales, etc…
No es aceptable, sin embargo, que ese dinero público se gaste en hacer publicidad a la labor de un Gobierno, el cual hemos elegido porque se ha propuesto para eso y a quien  pagamos, mes a mes, para que cumpla con su deber.
La labor de un Gobierno será dada a conocer siempre por los medios de comunicación.
Si las autoridades hacen una buena labor en beneficio de todos los habitantes, lo demuestran día a día con los logros que vayan obteniendo y buscan superar esta labor constantemente con total transparencia y honestidad, la prensa reflejará esto en sus informaciones.
Desde luego, si la labor es deficiente, poco transparente, con grandes interrogantes sin aclarar acerca de la forma como se está gastando el dinero público y de cómo se están atendiendo las principales necesidades de los habitantes y el crecimiento en general del país, puede haber información negativa, crítica y muchas preguntas.
Por ejemplo, en un país con la deuda externa que tiene ya Costa Rica, no puede comprenderse que el Gobierno actual esté gastando un considerable presupuesto en decir que hizo las cosas bien.
Mientras eso ocurre, hacen falta muchas campañas, en las cuales se podría haber utilizado ese dinero, para modificar hábitos en la población.
Para mencionar solo algunos, el ahorro en viviendas, edificios públicos, fábricas y comercio, en el uso del agua, de la electricidad, de los aires acondicionados (que deberían ser cambiados en buena medida por arquitectura que regule mejor las temperaturas).
Para este tipo de cosas se deberían utilizar los dineros que se establezcan en los presupuestos de las dependencias del Gobierno y de las instituciones autónomas, para efectos de uso en medios de comunicación.
Para situaciones extremas que requieran comunicar asuntos importantes a la población, como emergencias nacionales de cualquier tipo o necesarias campañas educativas.
No debería ser necesario más que el sentido común, para entender que en un país como el nuestro, con el escaso dinero público que, por ineficiente labor, se logra recaudar, es inaceptable que se gaste en cualquier otra cosa que no sea en estricto beneficio de la población.

 







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