Compra tiempo... Banco Central
Carolina Acuña cacuna@larepublica.net | Miércoles 01 febrero, 2012
Para 2012 contempla acciones atípicas ante dificultades
Compra tiempo... Banco Central
Presión fiscal obliga a ente a blindar economía
El Banco Central de Costa Rica tiene clara una cosa, debe empezar a comprar tiempo ya, pues aunque no es culpable de que el Estado tenga un alto déficit, y el entorno internacional sea tan incierto en 2012, ambas situaciones complican su mandato de mantener la estabilidad de precios, por lo que se está blindando ante los problemas.
Su primera acción fue lanzar la alarma. En su programa Macroeconómico 2012-2013 elevó las estimaciones de inflación para este año a un 5% (con un margen de un punto porcentual).
Con esto la señal que da es, “no va a ser fácil mantener la inflación baja si no se da la reforma tributaria”, dijo Rodrigo Bolaños, presidente del Banco.
Otros indicadores modificados con respecto a lo que se proyectó en 2011 son el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el cual se calculó en un 4,5% hace seis meses y se proyecta en un 3,8% en esta ocasión. Asimismo pronostica un menor crecimiento del crédito y un mayor déficit de la balanza comercial como efecto de la no aprobación de la reforma fiscal.
“Si el gobierno no logra llevar adelante medidas de incremento de ingresos y restricción de gastos, las consecuencias empieza a sentirlas también el Central, que ha trabajado en bajar la inflación y aumentar su credibilidad en los últimos años”, dijo Pablo Villamichel, consultor económico.
La segunda acción para blindarse, pero externamente es aumentar sus reservas internacionales en $1.500 millones en 2012 y 2013. La idea es tener liquidez en caso de que una crisis internacional pueda restringir el crédito.
Comprando más, cuando es barato (en tasas y tipo de cambio) y menos cuando es caro, minimizará el impacto que la emisión de miles de millones de colones (para comprar esos dólares) genere en los precios.
La tercera acción aglomera varias herramientas en caso de que las tasas de interés suban a niveles “inaceptables”, entre ellas está el aumento a la base y monto de los encajes bancarios en colones y en dólares, sobretasas a las importaciones y otras medidas atípicas no precisadas, “que llevan décadas sin usarse”, enfatizó Bolaños.
Otra de las que llaman la atención es el poder financiar a la Tesorería Nacional mediante la emisión de letras del tesoro, hasta en un 5% del total de gastos del Presupuesto Ordinario del Gobierno. La última vez que se utilizó esa figura fue en octubre de 1994, año en que se dio el cierre del Banco Anglo.
Además, el jerarca del Central recomendó que el Gobierno tome algunas de sus deudas en dólares en el exterior (para evitar presionar las tasas en moneda nacional) pero eso depende de la Asamblea Legislativa.
El plan fue recibido como realista por círculos académicos y algunos consultores independientes, pero hay quienes señalan el exceso de peso que el Central da a la reforma fiscal.
“El rumbo económico del país no se debe supeditar a la aprobación (de la reforma fiscal), pues existen alternativas para lidiar con sus repercusiones en las distintas variables macroeconómicas, sin dejar de lado el impacto de los mayores controles tributarios y disminución del gasto, y no de la inversión pública”, explican analistas de Aldesa en su blog Pulso Bursátil.
Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net
Compra tiempo... Banco Central
Presión fiscal obliga a ente a blindar economía
El Banco Central de Costa Rica tiene clara una cosa, debe empezar a comprar tiempo ya, pues aunque no es culpable de que el Estado tenga un alto déficit, y el entorno internacional sea tan incierto en 2012, ambas situaciones complican su mandato de mantener la estabilidad de precios, por lo que se está blindando ante los problemas.
Su primera acción fue lanzar la alarma. En su programa Macroeconómico 2012-2013 elevó las estimaciones de inflación para este año a un 5% (con un margen de un punto porcentual).
Con esto la señal que da es, “no va a ser fácil mantener la inflación baja si no se da la reforma tributaria”, dijo Rodrigo Bolaños, presidente del Banco.
Otros indicadores modificados con respecto a lo que se proyectó en 2011 son el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el cual se calculó en un 4,5% hace seis meses y se proyecta en un 3,8% en esta ocasión. Asimismo pronostica un menor crecimiento del crédito y un mayor déficit de la balanza comercial como efecto de la no aprobación de la reforma fiscal.
“Si el gobierno no logra llevar adelante medidas de incremento de ingresos y restricción de gastos, las consecuencias empieza a sentirlas también el Central, que ha trabajado en bajar la inflación y aumentar su credibilidad en los últimos años”, dijo Pablo Villamichel, consultor económico.
La segunda acción para blindarse, pero externamente es aumentar sus reservas internacionales en $1.500 millones en 2012 y 2013. La idea es tener liquidez en caso de que una crisis internacional pueda restringir el crédito.
Comprando más, cuando es barato (en tasas y tipo de cambio) y menos cuando es caro, minimizará el impacto que la emisión de miles de millones de colones (para comprar esos dólares) genere en los precios.
La tercera acción aglomera varias herramientas en caso de que las tasas de interés suban a niveles “inaceptables”, entre ellas está el aumento a la base y monto de los encajes bancarios en colones y en dólares, sobretasas a las importaciones y otras medidas atípicas no precisadas, “que llevan décadas sin usarse”, enfatizó Bolaños.
Otra de las que llaman la atención es el poder financiar a la Tesorería Nacional mediante la emisión de letras del tesoro, hasta en un 5% del total de gastos del Presupuesto Ordinario del Gobierno. La última vez que se utilizó esa figura fue en octubre de 1994, año en que se dio el cierre del Banco Anglo.
Además, el jerarca del Central recomendó que el Gobierno tome algunas de sus deudas en dólares en el exterior (para evitar presionar las tasas en moneda nacional) pero eso depende de la Asamblea Legislativa.
El plan fue recibido como realista por círculos académicos y algunos consultores independientes, pero hay quienes señalan el exceso de peso que el Central da a la reforma fiscal.
“El rumbo económico del país no se debe supeditar a la aprobación (de la reforma fiscal), pues existen alternativas para lidiar con sus repercusiones en las distintas variables macroeconómicas, sin dejar de lado el impacto de los mayores controles tributarios y disminución del gasto, y no de la inversión pública”, explican analistas de Aldesa en su blog Pulso Bursátil.
Carolina Acuña
cacuna@larepublica.net