Convirtamos a Costa Rica en un gran Parque Científico y Tecnológico
Juan Ignacio González Arias juanignacio@gaasinmobiliaria.com | Miércoles 05 junio, 2019
Imaginémonos que en Costa Rica seamos capaces de estimular la vinculación y gestionar el flujo de conocimiento y tecnología entre universidades, instituciones de investigación, empresas y mercados; y que además podamos impulsar la creación y el crecimiento de empresas innovadoras mediante mecanismos de incubación y de generación centrífuga.
Suena complicado, pero esto es precisamente lo que hacen los parques científicos y tecnológicos en países desarrollados como Suecia, Finlandia, Reino Unido, Francia y Japón, con el fin de aumentar la capacidad de innovación y el nivel de competitividad de sus sociedades.
La nueva economía en que vivimos basada en el conocimiento obliga a los países a competir con base en su capacidad para generar innovación. El reto con que nos enfrentamos en Costa Rica consiste en que nuestra estructura productiva funcione como un verdadero círculo virtuoso de innovación, en donde a la producción de bienes y servicios se le agregue valor constantemente por medio de la aplicación de nuevo conocimiento resultante de la investigación científica y el desarrollo tecnológico.
Los países, como centros generadores de innovación, compiten por atraer inversión y capital humano, y por lograr mejoras en indicadores estratégicos para su desarrollo. Todo país que aspira a mejorar su posición competitiva como región de innovación tanto a nivel regional como mundial, debe potenciar la actividad innovadora en las empresas radicadas en el país, pymes incluidas; aumentar la calidad del gasto en investigación y desarrollo científico-tecnológico que realizan las empresas que permita aumentar el número de patentes registradas en países desarrollados; aumentar el número de empresas vinculadas en proyectos con generadores de conocimiento, y con otras empresas, para proyectos de innovación conjuntos; reorientar la oferta de I+D de universidades y centros de I+D para que se vincule efectivamente con el tejido empresarial y produzca productos y servicios innovadores; aumentar la masa crítica de investigadores por grupo de investigación para fortalecer la labor proactiva de la transferencia de tecnología y aumentar la inversión extranjera de países innovadores.
Los parques de clase mundial son reconocidos como ambientes con infraestructura, actividades y servicios para la interacción y cooperación que permiten la fertilización completa de ideas y el flujo de aprendizaje, conocimiento y tecnología. Este ambiente estimula la generación de investigación y desarrollo (I+D), el empresarialismo y la educación, bases de un sistema permanente de innovación.
En Costa Rica, el desarrollo de parques científicos y tecnológicos podría permitir la creación de más fuentes de empleo de alto valor añadido; el aumento del número de empresas que realizan I+D en sectores cluster estratégicos para el país; la descentralización de fuentes de empleo hacia áreas cerca de donde vive nuestro talento humano, y el aumento de la recaudación de impuestos por parte de las empresas canalizadas en el parque, permitiendo así a los gobiernos locales reinvertir estos ingresos en sus comunidades.
Costa Rica puede y debe transicionar de su modelo actual de zonas francas hacia uno de parques científicos y tecnológicos que potencien su capacidad de innovación y el talento de su recurso humano.
Juan Ignacio González Arias
Director del Centro de Investigación y Desarrollo Empresarial de la ULACIT