Corriendo y corriendo nublamos los astros
Gaetano Pandolfo gpandolfo@larepublica.net | Miércoles 26 junio, 2024
¡Juventud, divino tesoro!
No siempre, lo que manifiesta el director técnico de un equipo, horas antes de que se juegue el siguiente partido, se plasma en el terreno de juego.
Sucedió en el juego por la Copa América entre Brasil y Costa Rica. La estrategia táctica, emotiva, emocional, lógica, que preparó Gustavo Alfaro, para enfrentar a una de las selecciones más poderosas del mundo, respetando su jerarquía, pero enfrentándolo sin temor, se hizo realidad en el césped del SoFi Stadium de Los Angeles.
La Selección Nacional más joven de la competencia, no se arrugó frente a la constelación “canarinha” y si bien es cierto no la molestó ofensivamente, sí la dejó en cero defensivamente, gracias a un trabajo físico y sacrificado de toda la zona de retaguardia.
“No nos podemos comparar individualmente con ellos. Son mejores, juegan en los mejores clubes del planeta.
Pero, les podemos hacer daño corriendo, corriendo y corriendo, no en retirada o por temor, sino qué si logramos, no dobletearlos en la marca, sino triplicándola, podemos limitar su ofensiva y sostener un buen resultado”, manifestó el elegante don Gustavo previo al partido.
“Si hay dos jugadores de Brasil, debe haber tres de Costa Rica”, dijo Alfaro pocas horas antes del juego. Sonó como oferta de almacén barato: ¡tres por uno!
Pero así fue como sucedió; así fue como jugó Costa Rica, multiplicándose en retaguardia y cayendo dos o tres jugadores nacionales como moscas encima del brasileño que llevaba el balón.
Aplausos para todo el cuerpo técnico de la Tricolor, porque la preparación física fue factor fundamental para soportar el vendaval. Brasil se cansó de atacar y atacó tanto, que terminaron más agotados que los nuestros, que no se cansaron de correr y correr y correr detrás de sus presas.
Cuando se logra una presentación histórica, en una competencia legendaria de América y se deja en cero, quizá a la selección de fútbol más admirada, respetada y querida del mundo, no es justo resaltar individualidades de la Tricolor, que las hubo.
El mérito, el sacrificio, el desgaste físico, el respeto a la jerarquía enfrentándola sin temor, es de todo el equipo, desde el joven portero Patrick Sequeira, hasta el joven delantero Manfred Ugalde.
El fútbol de Costa Riva volvió a ser portada del periodismo deportivo mundial, gracias a que frenamos a Brasil por el mejor sendero táctico para lograrlo: ¡corriendo!
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