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FORO DE LECTORES


Costa Rica podrá desarrollar investigación médica de la manera adecuada

Mary Munive Angermüller redaccion@larepublica.net | Lunes 28 agosto, 2023


MM


Mary Munive Angermüller

Vicepresidenta de la República

Ministra de Salud

Se ha discutido mucho acerca de la necesidad de que la investigación científica y el desarrollo tecnológico se acompañen siempre de una reflexión ética que le brinde contenido humanista y que, además, establezca algunos parámetros de acción, digamos, razonables. En nuestro país hemos sostenido discusiones, a menudo acaloradas, sobre temas relacionados con innovaciones científicas. Y no debería sorprender que la mayoría de estas discusiones tenga que ver con procedimientos propios de las ciencias de la vida. Es más, los profesionales de la salud, en el día a día, nos vemos en la necesidad de tomar decisiones que implican una reflexión ética de fondo. Y esto ocurre, justamente, porque estamos vinculados de forma permanente a lo más sagrado que existe en este mundo: la vida humana.

Existen suficientes evidencias empíricas que nos muestran que los países más prósperos del mundo son aquellos en los que más se promueve la investigación científica y el desarrollo de la técnica. Dicho de otro modo, los países que mejor se posicionan de cara al futuro son los que cuentan con ecosistemas de innovación dinámicos y robustos: países como Suiza, Suecia o Corea del Sur, cuyo nivel de desarrollo es indiscutible, se encuentran en los primeros niveles del Global Innovation Index.

Nuestro país, ciertamente, no tiene a su disposición los formidables recursos económicos de naciones como las antes mencionadas. Sin embargo, alberga talento humano de extraordinario valor. Y si bien es necesario fortalecer aún más nuestro modelo educativo para producir más y mejores profesionales STEAM, contamos con numerosos científicos e innovadores de altísimo nivel. El área de Salud, por supuesto, no es una excepción. Según datos del Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS), tenemos un total de 1.596 investigadores debidamente acreditados.

La facilitación y promoción de investigación en ciencias médicas, como ya sugerimos arriba, requiere un tratamiento ético y técnico-jurídico mucho más cuidadoso que otras áreas del conocimiento. Hace poco más de una década, incluso, la Sala Constitucional emitió un pronunciamiento que limitó el desarrollo de estas investigaciones y advirtió sobre la necesidad de desarrollar un marco normativo que las regulara. De hecho, desde abril del 2014 se estableció la obligatoriedad de que el ministerio de Salud creara un comité de carácter ético y científico para analizar las investigaciones médicas.

Hace unos días, finalmente, emitimos un reglamento para crear el Comité Ético Científico del ministerio de Salud, un órgano que se encargará de valorar iniciativas de investigación a partir de un marco regulatorio claro y definido. Este comité, a diferencia de los ya existentes, posibilitará el desarrollo de investigaciones en Fase 1 y bioequivalencia, lo cual significa que en nuestro país se podrán realizar investigaciones de fármacos y ensayos clínicos con personas voluntarias de manera regulada y absolutamente respetuosa de los principios éticos.

Costa Rica, ya de por sí, es un destino muy atractivo para la inversión extranjera vinculada al sector de las ciencias de la vida. Somos, verdaderamente, un hub de ciencias de la vida en la región en el que operan empresas de dispositivos médicos y farmacéuticos y estamos confiados en que la creación de este comité nos hará aún más atractivos para las compañías interesadas en realizar investigación médica. Cabe decir que el desarrollo de investigaciones en fármacos nos permitirá contar con un mayor número de opciones de medicamentos, lo cual, a su vez, propiciará mercados más competitivos y, por tanto, una reducción de precios al consumidor.

El famoso físico estadounidenses Carl Sagan alguna vez dijo que la ciencia y la tecnología no salvarán ni destruirán al mundo, sino que esto dependerá de la ética y el derecho. Yo soy optimista y por eso prefiero pensar que la ciencia y la tecnología, acompañadas de reflexión ética y claridad jurídica, no solo pueden salvar el mundo, sino que pueden hacerlo un mejor lugar.







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