“Costa Rica anda sin ningún rumbo”
Esteban Arrieta earrieta@larepublica.net | Martes 14 julio, 2015
Miguel Gutiérrez Saxe
Polarización ideológica impide tomar decisiones
“Costa Rica anda sin ningún rumbo”
• Mayor parte de la población queda excluida de los beneficios de la economía liberal, señala investigador del Estado de la Nación
La polarización política hace que Costa Rica avance sin ningún rumbo.
Sin embargo, los vientos de cambio soplan en el país, ya que está desgastado el estilo de desarrollo neoliberal que se implementó a inicios de la década de los 90, que no es beneficioso para la mayoría de la población.
Así lo ve el investigador del Estado de la Nación durante dos décadas, Miguel Gutiérrez Saxe.
-¿Está desgastado el estilo de desarrollo que se implantó en el país desde los años 90?
Nuestra sociedad utiliza un estilo desarrollo que ha sido exitoso para un sector de la población; sin embargo, hay que reconocer que este estilo tiene perdedores y lamentablemente, en este segundo grupo se encuentra la mayor parte de la población.
En términos generales, la riqueza se ha concentrado mucho, a tal punto que la gente muy rica en este país no es ni siquiera un 2% de la población.
- ¿Considera que los actores nacionales ya echaron a andar un cambio en ese estilo de desarrollo?
El PAC en campaña hizo de la palabra “cambio” su propuesta mientras que el aspirante de Liberación también quiso un giro en la senda de su partido.
Sin embargo, siento que en el fondo lo que se requiere son adaptaciones de fondo en ese estilo de desarrollo, para que sea más incluyente, sin necesariamente abandonar la senda que hemos caminado.
Por ejemplo, Costa Rica le ofreció a Intel tarifas de energía competitivas, agua, salarios bajos en relación con países desarrollados y exoneración en los impuestos de renta y municipales, mientras la misma compañía en otros lugares aporta mucho más.
En el caso de Israel, se le obligó a que en cinco años compre a las empresas nacionales el 50% de los insumos, lo cual, motivó encadenamientos productivos y miles de empleos, mientras que en Irlanda, se les cobra el impuesto de renta del 12%
-¿Entonces la inversión extranjera directa no ha aportado lo suficiente?
El esquema de desarrollo basado en la inversión extranjera tuvo pobres encadenamientos productivos y al mismo tiempo, no han pagado del todo impuestos.
-¿Estamos en un punto de inflexión?
El país requiere tal nivel de remodelación, que estamos en definitiva en un punto de inflexión.
Lo que nos preocupa es que existe una tendencia marcada hacia la polarización, por lo que toda idea genera una gran división política e ideológica.
Imagine que Costa Rica es un vehículo y que varios actores combaten el uso de la manivela, los frenos y los cambios, mientras uno acelera, el otro le frena, mientras alguien mueve la manivela para la derecha, el otro la hala hacia la izquierda y si no resolvemos este problema, el carro se nos va a fundir y ya nos huele a quemado.
No tenemos un solo rumbo, no podemos tomar decisiones y ese es nuestro principal problema, es un problema de carácter político.
-¿Qué tan lejos estamos de que suceda algo en Costa Rica similar a lo que está pasando en Grecia?
Es oportuno este punto de inflexión para analizar el tema del gasto y el ingreso y proyectarlo todo a largo plazo.
Sin embargo, no estamos ni remotamente cerca de la situación de Grecia.
Si las cosas no cambian para 2019, vamos a tener un coeficiente de deuda pública del 60% del PIB, mientras que hoy día la deuda de Grecia asciende a 170% del PIB.
Ahora bien, hay que advertir que Grecia recorrió el mismo camino que hoy día sigue Costa Rica.
-¿Afecta el multipartidismo la toma de decisiones?
No trajo las ventajas que se esperaban e hizo más difícil la toma de decisiones; sin embargo, sí aportó una mayor transparencia en los acuerdos y claridad en los propósitos.
-¿Se debe hacer algo con los salarios del sector público?
Hay que ajustar el régimen de salarios, porque hay pluses que son hirientes por su desproporcionalidad.
-En cuanto al tema del empleo público, ¿cree que el salario único resolvería el problema?
La introducción de un salario único puede ser más cara al principio, generando hasta una década de mayores costos para el Estado; sin embargo, con el paso del tiempo el costo de los pluses bajaría.
En síntesis es una meta a largo plazo, porque si tomamos, por ejemplo, el salario de los bancos estatales como referencia, el costo se iría para arriba.
Esteban Arrieta
earrieta@larepublica.net
@earrietaLR