Cuando la plata no alcanza, todos empiezan a buscar culpables
Carlos Morales Navarro carlos.morales@grupocamacho.com | Martes 10 septiembre, 2024
Trabajar en consultoría de negocios, y en particular de impuestos, nos permite llevar un pulso cercano al movimiento del mercado. Identificamos tendencias de aceleramiento y des aceleramiento, inclusive antes de que los datos oficiales lo confirmen.
Nuestras fuentes de información son múltiples:
Una primera fuente es la propia voz de los empresarios a quienes atendemos. Tanto por lo que nos comentan en nuestras conversaciones como por los movimientos financieros que analizamos en los diferentes proyectos.
Otra fuente de información es el tipo de servicio que nos solicitan las empresas. Son muy distintos los negocios que logramos cerrar según el estado de la economía local y global. En épocas de contracción, todo lo que no es obligación de cumplimiento para las compañías queda para más tarde. Muy pocos se atreven a innovar o invertir en grandes proyectos.
Una tercera fuente interesantísima es un servicio en particular: Los acompañamientos en fiscalización tributaria. Este es uno de nuestros servicios “estrella,” pues acompañamos al empresario y a su equipo contable – financiero en su relación con la administración tributaria y el auditor que está revisando su caso.
Decía que esta fuente es bien particular porque nos dice, de frente, cuando Hacienda está urgida de recursos y literalmente, sale a la caza.
Así estamos ahorita en Costa Rica. La plata no alcanza y la administración está buscando culpables afuera – en los contribuyentes – en lugar de hacer un autoexamen.
Revisábamos en mayo anterior, para un proyecto interno de nuestra firma, cómo los ingresos tributarios de Hacienda iban a la baja… En ese momento se anunciaba que los ingresos tributarios al mes de marzo habían disminuido en un 5% respecto al mes de marzo del 2023.
Analizábamos en ese momento que, si en marzo 2024 hubo una recaudación menor del impuesto sobre las utilidades, pues el pago de impuesto se redujo en 111.719 millones de colones respecto a lo recaudado en el 2023, significaba que los empresarios de Costa Rica – personas físicas o jurídicas – habían dejado de percibir al menos 372.300 millones de colones en sus ingresos, bajo la presunción de una tasa impositiva del 30%, que es la tarifa general del impuesto.
¡Eso es un montón de plata menos!
Es dinero que Hacienda no logró recuperar y con el que contaba para hacerle frente a los gastos corrientes del Estado, así como al pago de deuda e intereses.
Nuestro análisis tempranero en mayo se confirmó en sendas notas de prensa durante el mes de julio y agosto, donde economistas de diversas organizaciones explicaban sus perspectivas sobre la reducción de ingreso del gobierno y las consecuencias que podría conllevar para la población en general. Dichas publicaciones se complementan con artículos periodísticos sobre el ingreso real de las personas y la disminución en el consumo.
Recordemos, es un ciclo vicioso.
Ante menos ingresos en los negocios, menos ingresos en los hogares. Ante menos ingresos en los hogares, menos consumo en el mercado. Ante menos consumo en el mercado, menos impuestos directos e indirectos recaudados… y así podemos seguir al infinito.
Lo que aún no dicen los medios, es las tendencias que desde nuestro trabajo en GCI ya estamos notando.
Ante una disminución de ingresos de gobierno, Hacienda está actuando con la otra posible acción que tiene: Intensificar los casos de fiscalización tributaria.
Percibimos durante el primer semestre del 2024 una verdadera inacción de la administración tributaria en sus procesos de control. Si acaso, continuidad en casos iniciados tiempo atrás.
Mientras que, en tan solo el último mes, una serie de nuevos casos de fiscalizaciones de impuestos nos alertan que la Administración Tributaria despertó y está urgida de ejercer medidas de control ante los administrados.
Se trata de situaciones variadas que, guardando la necesaria confidencialidad, dan luces de cómo cuando la plata no alcanza, Hacienda lo que hace es buscar culpables en los de siempre, los contribuyentes.
Un caso tan peculiar como un intercambio de información entre autoridades de un país europeo con la Hacienda de Costa Rica, nos permite ilustrar cómo lo que antes parecía un cuento de pedrito y el lobo – el que la Administración Tributaria intercambiaba información de manera proactiva con otras administraciones – ahora es una realidad.
Solicitan los auditores en este caso aclarar asuntos de una transacción sucedida en el 2020, por un sujeto que ya ni siquiera es residente fiscal costarricense. ¡Vaya! Justo antitos de que venza el plazo de prescripción.
Este caso nos recuerda que Hacienda y más de 150 países están en potestad de intercambiar información de los contribuyentes gracias a convenios que se encuentran vigentes.
También hemos atendido en estos días casos de fiscalización a empresas que operan en el régimen de Zonas Francas y se encuentran – a este momento – gozando de la exención total de su impuesto sobre las utilidades.
Aun así, la Administración Tributaria les está fiscalizando en dicho impuesto. El motivo es sencillo, la exención es válida en el tanto se trate de ingresos en el marco de la operación en Zona Franca y siempre y cuando, todo esté correcto a nivel de reportería formal ante la administración.
Otro caso por sobremanera curioso es la de un cliente que, teniendo un proceso de fiscalización abierto en este momento para un período fiscal viejísimo (2016), recibió una invitación de la Administración Tributaria para conversar – así, desenfadadamente, sobre sus operaciones de otros períodos fiscales, sin que medie de por medio algún nuevo proceso de auditoría.
La tendencia nos demuestra que la Administración Tributaria está a la caza. Ya sabemos que en nuestra casa – Costa Rica, la plata no alcanza… Ahora andan buscando los culpables.
Y como sucede cuando hay una cacería de brujas, cierro con algunas recomendaciones a tomar en cuenta:
- Diagnostique su negocio: Aunque siempre es buen momento para revisar cómo están sus riesgos tributarios, ahora con mucho mayor motivo. Tiene dos opciones, analizar los períodos que están prontos a prescribir, pues son los que la Administración buscará revisar en los próximos meses, o bien, analizar el 2023 y tomar este como parámetro para definir si debe ahondar en los períodos anteriores y para tomar nota sobre consideraciones a tener en cuenta para el 2024. El diagnóstico fiscal le permite realizar una especie de ensayo sobre cómo su empresa está cumpliendo sus obligaciones de impuestos, los riesgos en los que está incurriendo y cuánto significarían ellos en dinero.
- Actúe de inmediato: Si su empresa es de las afortunadas que recibe una visita de administración, actúe de inmediato y busque apoyo profesional. Recuerde… Usted puede tener un departamento contable muy eficiente, pero contabilidad e impuestos son dos áreas profesionales muy distintas. Un equipo asesor en impuestos es el complemento perfecto para que usted como representante legal y su equipo técnico contable enfrenten una fiscalización.
- Piense en el cierre 2024: Estamos a mediados de setiembre, aún está a tiempo de optimizar desde una perspectiva tributaria la operación de su negocio en el presente año fiscal. Un proceso de planeación empresarial le permitirá asegurarse de estar cumpliendo correctamente y de la manera óptima posible.
En Grupo Camacho Internacional, nuestros expertos en impuestos, finanzas y negocios están a las órdenes. Para que, cuando estén buscando los culpables de la falta de plata, no tenga de otra, la Administración, de cerrar la revisión de su negocio con resultados positivos para usted.
Quizás así descubren en la Administración que, antes de cazar brujas, vale más hacer su autoexamen e identificar qué están haciendo mal en las riendas del país.