¿Cuándo creer en las palabras de un agente inmobiliario?
Bloomberg | Viernes 08 enero, 2016
Los agentes inmobiliarios son conocidos por emplear eufemismos para hacer que una casa antigua parezca encantadora, o que un pequeño departamento se sienta acogedor.
Estos son algunos de los términos de moda: “ganga”, “infravalorado” y “buen negocio”.
En casi la mitad de las 100 mayores áreas metropolitanas de Estados Unidos, esas palabras probablemente no signifiquen absolutamente nada.
Así lo afirma una reciente investigación de Trulia, que compara las cotizaciones de las viviendas consideradas como buenas ofertas con los precios de las casas de similar tamaño, antigüedad y ubicación.
En San Francisco, Atlanta, y otras 43 áreas metropolitanas, las viviendas consideradas como buenas ofertas no eran más baratas, en promedio, que las viviendas similares cuyas publicaciones no prometían un buen negocio.
En algunas ciudades, es posible que tenga más suerte al tomar la palabra de los corredores y al negociar centavo a centavo.
Las viviendas anunciadas como verdaderas gangas en Dayton, Ohio, eran, en promedio, un 20% más barata que las casas dentro del mismo código postal después de evaluar el número de dormitorios, baños, pies cuadrados y el tamaño del lote.
Existen algunos límites a lo que nos puede decir el estudio de Trulia.
La investigación describe el descuento promedio a través de las áreas metropolitanas, y no mide factores tales como la calidad de las instalaciones o la ubicación dentro de un código postal. Una oferta, en parte, depende del ojo con el que se mire.
Sin embargo, no es del todo sorprendente saber que no se puede creer en todo lo que se lee en los anuncios de venta.
He aquí una dinámica interesante: en los mercados con un gran número de casas a la venta, los vendedores deben ofrecer descuentos para fomentar el interés en las propiedades —en particular aquellas que tienen algún tipo de defecto—.
“En los mercados en boga, los vendedores no necesitan hacer demasiado o hacer grandes ajustes a los precios por los defectos percibidos”, dijo Ralph McLaughlin, economista de Trulia.
Aunque los vendedores no estén ofreciendo descuentos, no quiere decir que no los estén publicitando.
En Wilmington, Delaware, en donde no había un descuento real de las llamadas casas de ganga, el 2,1% de los vendedores prometía un buen negocio, equiparándose al porcentaje más alto presentado en el estudio de Trulia.