¿Debe concesionarse el tren metropolitano?
Danny Canales dannycanales.asesor@larepublica.net | Miércoles 04 noviembre, 2009
¿Debe concesionarse el tren metropolitano?
Ronald Flores
Ingeniero civil con especialidad en urbanismo
NO
La importancia y necesidad de la reactivación del transporte de pasajeros por ferrocarril no se pone en duda. Es urgente seguir ampliando la cobertura interurbana de los servicios como lo ha venido haciendo el INCOFER. No obstante, se está proponiendo la sustitución de esta institución por un concesionario, seguramente extranjero, que gane la respectiva licitación internacional. La propuesta inicial de concesión deja dudas ya que no solo es parcial (cubre únicamente 20 kilómetros y deja por fuera la conexión con Cartago y Alajuela), sino que cuesta caro: $340 millones, monto que no sería asumido completamente por el concesionario sino que se obliga a Costa Rica a aportar $100 millones. También el Gobierno debe asumir el riesgo de los procesos judiciales que se generen por la liberalización del área concesionada. Pero, ¿se tiene clara la situación de los derechos de vía del ferrocarril y de cuántas invasiones podrían existir? Previamente a asumir compromisos, ¿se tiene claro cuáles serían los alcances legales y la eventual exposición a reclamos y pagos de indemnizaciones?
La pregunta básica sigue abierta: ¿debe insistirse en una concesión y no permitirle al INCOFER continuar con su proyecto a pesar de haber probado su capacidad? Si la modernización del sistema requiere más recursos, el aporte estatal debería complementarse con otras fuentes nacionales posibles de financiamiento como la banca, los empresarios de autobuses y la participación del Grupo ICE cuando el tren se electrifique.
Guillermo Matamoros
Viceministro de Concesiones
SI
El Tren Eléctrico Metropolitano (TREM) es un tranvía ligero y moderno, una respuesta urgente al problema de congestión vial que enfrenta la Gran Area Metropolitana, un proyecto clave para lograr una Costa Rica “Carbono Neutral” en 2021.
Los indicadores de servicio cada seis minutos en hora pico y cada 12 fuera de ella, se convierte en la forma de romper el paradigma donde el tren actual solo ofrece un servicio de transporte constante a diez mil personas de la GAM, para pasar a un tranvía que transportará a más de 100 mil personas solo en su etapa inicial y dentro de la misma área.
La inversión del proyecto es de $350 millones, que incluye entre otros aspectos, trocha a doble vía, fuertes inversiones en sistemas de seguridad, pasos a desnivel y semáforos inteligentes. A este costo debe sumarse la inversión anual de unos $9 millones en mantenimiento y operación del servicio.
El Estado apostó por la figura de la Asociación Público Privada al no contar con recursos suficientes para construir y asumir este proyecto.
Este modelo funciona de manera similar a una línea de autobús, en el cual el Estado construye la carretera y una empresa privada concesionaria opera la ruta y le cobra el servicio al usuario únicamente por la operación de la ruta, no le cobra el costo de la vía. En el caso del TREM o tranvía se pretende hacer lo mismo: el Estado construye la vía y el concesionario opera y da mantenimiento. El usuario paga por el servicio que recibe.
El TREM pasará a manos del Estado al finalizar la concesión.
Además el sistema ofrece seguridad para el usuario y los vehículos en carretera al contar con un eficiente sistema de señalización y semaforización.
Coordinador de información
Danny Canales
dcanales@larepublica.net
Ronald Flores
Ingeniero civil con especialidad en urbanismo
NO
La importancia y necesidad de la reactivación del transporte de pasajeros por ferrocarril no se pone en duda. Es urgente seguir ampliando la cobertura interurbana de los servicios como lo ha venido haciendo el INCOFER. No obstante, se está proponiendo la sustitución de esta institución por un concesionario, seguramente extranjero, que gane la respectiva licitación internacional. La propuesta inicial de concesión deja dudas ya que no solo es parcial (cubre únicamente 20 kilómetros y deja por fuera la conexión con Cartago y Alajuela), sino que cuesta caro: $340 millones, monto que no sería asumido completamente por el concesionario sino que se obliga a Costa Rica a aportar $100 millones. También el Gobierno debe asumir el riesgo de los procesos judiciales que se generen por la liberalización del área concesionada. Pero, ¿se tiene clara la situación de los derechos de vía del ferrocarril y de cuántas invasiones podrían existir? Previamente a asumir compromisos, ¿se tiene claro cuáles serían los alcances legales y la eventual exposición a reclamos y pagos de indemnizaciones?
La pregunta básica sigue abierta: ¿debe insistirse en una concesión y no permitirle al INCOFER continuar con su proyecto a pesar de haber probado su capacidad? Si la modernización del sistema requiere más recursos, el aporte estatal debería complementarse con otras fuentes nacionales posibles de financiamiento como la banca, los empresarios de autobuses y la participación del Grupo ICE cuando el tren se electrifique.
Guillermo Matamoros
Viceministro de Concesiones
SI
El Tren Eléctrico Metropolitano (TREM) es un tranvía ligero y moderno, una respuesta urgente al problema de congestión vial que enfrenta la Gran Area Metropolitana, un proyecto clave para lograr una Costa Rica “Carbono Neutral” en 2021.
Los indicadores de servicio cada seis minutos en hora pico y cada 12 fuera de ella, se convierte en la forma de romper el paradigma donde el tren actual solo ofrece un servicio de transporte constante a diez mil personas de la GAM, para pasar a un tranvía que transportará a más de 100 mil personas solo en su etapa inicial y dentro de la misma área.
La inversión del proyecto es de $350 millones, que incluye entre otros aspectos, trocha a doble vía, fuertes inversiones en sistemas de seguridad, pasos a desnivel y semáforos inteligentes. A este costo debe sumarse la inversión anual de unos $9 millones en mantenimiento y operación del servicio.
El Estado apostó por la figura de la Asociación Público Privada al no contar con recursos suficientes para construir y asumir este proyecto.
Este modelo funciona de manera similar a una línea de autobús, en el cual el Estado construye la carretera y una empresa privada concesionaria opera la ruta y le cobra el servicio al usuario únicamente por la operación de la ruta, no le cobra el costo de la vía. En el caso del TREM o tranvía se pretende hacer lo mismo: el Estado construye la vía y el concesionario opera y da mantenimiento. El usuario paga por el servicio que recibe.
El TREM pasará a manos del Estado al finalizar la concesión.
Además el sistema ofrece seguridad para el usuario y los vehículos en carretera al contar con un eficiente sistema de señalización y semaforización.
Coordinador de información
Danny Canales
dcanales@larepublica.net