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Viernes, 22 de noviembre de 2024



FORO DE LECTORES


Desafíos y Retos de la Educación Superior en Costa Rica

Ana Isabel Solano Brenes anaisolano@gmail.com | Martes 29 junio, 2021

Ana Isabel Solano

Los años 2020 y 2021 formarán parte de nuestra historia por la crisis sanitaria provocada por el COVID 19 a nivel mundial y serán recordados estos dos años principalmente por los efectos y repercusiones en todos las actividades de nuestras vidas.

En la Educación Superior se recordará esta etapa como el nacimiento para la mayoría y la consolidación para otros de la enseñanza virtual, una etapa donde de repente se nos adelantó el futuro, los planes que se habían concebido para los próximos 5 y 10 años en el campo de la virtualidad de la noche a la mañana los teníamos de frente ,casi sin tiempo ni planificación para implementarlos, la mayoría de las Universidades no estaban preparadas desde una perspectiva institucional, trasladar de repente los cursos presenciales a un formato no presencial requirió un gran esfuerzo de todos principalmente de los docentes que se vieron obligados en tiempo real a dar una respuesta de emergencia sin espacio para elaborar rediseños de los cursos que desde su concepción fueron diseñados para impartirse presencialmente, de igual forma no hubo mucho tiempo para capacitar a los profesores que en una mayoría habían sido formados en el siglo anterior sin mucho conocimiento en el uso de medios tecnológicos, en competencias digitales y en metodologías del proceso de enseñanza aprendizaje para la modalidad virtual, la acción urgente e inmediata no permitía en ese momento los análisis debidos para garantizar la calidad de la enseñanza.

Al día de hoy encontrar la forma de integrar lo presencial y lo virtual sin perder la calidad y la esencia en la transmisión de los conocimientos es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan las Universidades.

La Calidad de la enseñanza: el gran desafío

Sin duda alguna la calidad es un elemento indiscutible en la enseñanza ya sea virtual o presencial, y son los procesos de acreditación de las carreras los que permiten medir e identificar la solidez de la misma, una vez superada esta emergencia sanitaria se hace necesario repensar y colocar la calidad como eje fundamental de la Educación Superior.

Actualmente en Costa Rica existen cinco Universidades Públicas y cincuenta y cuatro Universidades privadas autorizadas por el Consejo Nacional de Enseñanza Superior (CONESUP). Las cinco Universidades públicas son miembros del Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (SINAES) ya que cuentan con carreras acreditadas en cuanto a su calidad, no obstante, en el campo de las Universidades Privadas únicamente 11 Universidades de las cincuenta y cuatro autorizadas cuentan con carreras acreditadas por el SINAES.

Un informe elaborado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en el proceso de adhesión de nuestro país a esa organización destaca en lo referente a la Educación universitaria y su rol en una economía creciente lo siguiente:

“La rápida expansión de la educación universitaria en las últimas décadas refleja su rol vital para la competitividad de Costa Rica en una economía global determinada por el conocimiento. La tasa bruta de matrícula se duplicó hasta llegar al 51% y se crearon más de 50 nuevas universidades en medio de una débil regulación y otorgamiento de licencias. Esto ha planteado la necesidad de una reforma integral del sector que tenga en cuenta esta nueva realidad y que responda a las aspiraciones del país. Actualmente, el gobierno no tiene mecanismos para aumentar los graduados de CTIM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) STEM en inglés (science, technology, engineering, and mathematics), recolectar datos sobre matrícula de estudiantes o tomar medidas estrictas contra las universidades de mala calidad. La reforma debería conducir a una administración más sólida del sector, a un financiamiento más equitativo y estratégico; y a una mayor transparencia y aseguramiento de la calidad. Llevar el sistema a los niveles más altos de rendimiento. Abordar estos cambios requerirá de un enfoque más estratégico y sistemático de la gobernanza de educación y financiamiento. Con el 8% del PIB, que es más de lo que gasta en educación cualquier país latinoamericano y de la OCDE, el país puede mostrar más en términos de aprendizaje estudiantil y conclusión de la escuela. Si se quiere que la educación siga siendo un motor para el desarrollo, se necesita un cambio significativo en el diseño, financiamiento y ejecución de las políticas”

El aseguramiento de la calidad será uno de los aspectos primordiales que marcará la diferencia en la enseñanza en las Universidades, además de otros retos que también recientemente señaló la Organización de las Naciones Unidas para la Educación , la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su informe sobre el futuro de la Educación Superior denominado : Pensar más allá de los límites: Perspectivas sobre el futuro de la educación superior para 2050 en cual destaca cuatro mensajes clave para la educación superior de cara al 2050:

” 1. Asumir una responsabilidad activa en el desarrollo del potencial de la humanidad

2.Promover el bienestar y la sostenibilidad, orientados hacia la justicia, la solidaridad y los derechos humanos

3. Nutrirse de la interculturalidad epistémica y la diversidad, respetando las culturas y las identidades, y creando espacios para el diálogo

4. Por último, crear y mantener la interconexión, forjando colaboraciones entre comunidades locales y globales, y vinculando la educación superior con otros niveles de educación, incluido el aprendizaje no formal e informal.”

Estos retos y mensajes claves implican para las Universidades aprovechar las experiencias y aprendizajes derivadas de este periodo de pandemia, optimizar el uso de las tecnologías , promover la equidad en el acceso a la Educación, entender la importancia de fomentar las áreas técnicas y científicas, fortalecer la innovación y la investigación y asegurar la calidad como eje primordial mediante procesos de medición constante fomentando la evaluación y la acreditación en los procesos de enseñanza, será clave y el gran desafío en las Universidades para lograr un mayor impacto en el desarrollo productivo nacional.






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