Dow Jones en 20 mil es una bendición y una carga para Trump
Bloomberg | Viernes 23 diciembre, 2016
Desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el Índice Industrial Dow Jones ha subido casi un 9% y podría cerrar por primera vez en la marca de 20 mil. El alza de fin de año es la forma que tiene el mercado de decir que aprueba las ideas del presidente electo.
Y así debería ser. Las políticas de Trump sobre reducción de impuestos, desregulación y gasto deficitario están diseñadas especialmente para impulsar las ganancias corporativas.
Ahora sería un buen momento para sacar la bandera amarilla. Esta podría no ser una buena noticia para el resto de la economía. Lo que está sucediendo es lo que algunos economistas habían predicho durante el verano: en los primeros dos años de Trump como presidente, las políticas favorables para las empresas reducirían los costos corporativos y los inversionistas bursátiles obtendrían una mayor porción de la torta.
Pero el efecto Trump no solamente está impulsando las acciones hacia niveles récord, sino que también está aumentando las proyecciones de inflación, lo que podría causar que las tasas de interés suban aún más rápido de lo que la Fed pretende ahora y que el dólar se fortalezca. Todo eso está llevando a la economía en la dirección opuesta de la que quiere Trump.
Si juntamos todas las piezas —un dólar fortalecido, mayores déficits, inflación de precios y salarios, política monetaria más restringida— se tienen todos los ingredientes para una economía sobrecalentada que rápidamente se transformará en una economía más débil. Las políticas antinmigración de Trump y las restricciones comerciales —de adoptarse— empeorarían las cosas, e incluso podrían desencadenar una recesión.
El mercado de bonos es quizás más revelador que el bursátil. Los recortes de impuestos y los planes de gasto público a gran escala de Trump probablemente aumentarán el déficit y elevarán los costos de endeudamiento, asustando a los inversionistas de bonos: los rendimientos de las notas del Tesoro a diez años han aumentado un 37% desde la elección.
Es posible que se obtenga un crecimiento económico más rápido a raíz de las medidas de estímulo de Trump, pero con una economía con pleno empleo, las empresas tendrán que pagar salarios más altos para satisfacer cualquier nueva demanda y eso se sumará a la espiral inflacionaria.
Si se consideran las alzas en el salario mínimo estatal y las políticas antinmigración de Trump, se podría derivar en un déficit de mano de obra en algunas áreas, con lo cual los costos labores podrían aumentar. La Fed, que no le gusta quedarse atrás, podría verse obligada a restringir la política de forma más agresiva de lo que planea actualmente.
Trump podría empeorar la inflación si cumple con su promesa de imponer elevados aranceles a los bienes que producen fabricantes estadounidenses en el extranjero y que luego importan nuevamente hacia el país. Los productos de Wal-Mart Stores Inc. y Apple Inc., muchos de los cuales se fabrican en China, probablemente serán más caros para los consumidores estadounidenses.
El alza de la tasa de interés de la Fed de la semana pasada y la proyección de tres alzas más planeadas para 2017 ya han llevado a los inversionistas a cambiar su capital hacia Estados Unidos, donde los rendimientos están mejores que en la mayoría de los países. Eso también está contribuyendo a la presión inflacionaria. La desregulación de la industria financiera, que facilitaría a los bancos los procesos crediticios, podría inyectar dinamismo a sectores como las propiedades inmobiliarias comerciales.
Ciertamente, el presidente Trump podría no implementar todos los cambios que prometió durante su campaña. De hecho, ya se retractó de su promesa de deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados. El costo de su propuesta fiscal original se redujo a la mitad. El Congreso probablemente no quiera gastar US$500.000 millones en infraestructura. De ser así, la economía estará mejor.