Educación para el empleo. Una mirada reflexiva en la educación costarricense.
Esteban Camacho Hidalgo ecamacho@catie.ed.cr | Lunes 24 junio, 2024
Dr. Esteban Camacho Hidalgo
Director del Colegio Científico Interamericano IHS CATIE
Según datos de CINDE, Costa Rica ha venido presentando cambios acelerados en la estructura productiva, en donde la agricultura que imperó durante décadas como el sector primario más significativo de la economía, ha venido presentando variaciones relevantes, las cuales, obligan a redirigir la mirada hacia una diversificación de los intereses económicos del país. Los mismos, influenciados por las necesidades de mercado que la inversión directa extranjera (IDE) requiere. Por esta razón, se debe considerar que la dinámica de un mundo globalizado y el avance de mercados en nuevas actividades industriales como: la manufactura, la producción de software, el diseño de dispositivos médicos, vienen a instaurar riesgos de disipar trabajos tradicionales que se han venido ejecutando en Costa Rica, generando una amenaza de que el 52% de los empleos habituales tienden a desaparecer.
Ante esta perentoria dinámica se establece la paradoja crucial, que obliga a renovar el talento humano que tenemos disponible para encarar estos desafíos y de esta forma, poder determinar nuevos estándares, que son parte del requerimiento del mercado planetario, y de los intereses de empresas inversoras que mapean nuestro país como destino productivo, y que establecen las nuevas políticas de contratación de empleos.
Por lo tanto, es preciso iniciar con un análisis minucioso sobre la oferta educativa del país, que esté enfocada y dé respuesta expedita a las nuevas demandas del mercado laboral, enfatizando como punto de partida para esta reflexión, la educación secundaria del país, en donde un alto porcentaje de nuestra población desea finalizar sus estudios de bachiller de educación media, y en consecuencia entrar a formar parte en la estructura laboral. En este esquema, es preciso entender que diferentes diagnósticos realizados en el país demuestran que nos encontramos en una coyuntura donde la revolución algorítmica, la necesidad de adaptación al cambio climático, la atención de la ciudadanía futura producto a la aceleración del envejecimiento, la demanda del dominio multilingüe, podrían abrir aristas importantes para realizar estudios curriculares en diferentes zonas del país, principalmente las áreas costeras y rurales, que según datos del INEC (Instituto nacional de Censos y Estadísticas), padecen importantes niveles de desempleo.
En este sentido, es importante reflexionar, la pertinencia de las modalidades curriculares que se desarrollan en la actualidad, ya que a pesar de que el Departamento de Dirección Curricular del Ministerio de Educación Pública, ofrece una amplia cantidad de opciones para la formación del estudiantado, las demandas de mercado parecieran no satisfacer a las empresas que buscan invertir en el país; incluso, en diferentes foros empresariales se coincide en el desafío de que una gran parte de la educación costarricense de secundaria debe ser redireccionada a las áreas de STEAM y la formación bilingüe.
Por lo anterior, se debe tener claridad que el relevo intergeneracional obliga a prepararnos para el futuro, y enfocar posibilidades en la población estudiantil en una denominada humanidad digital, que obliga al sistema educativo a la formación en competencias y habilidades relacionadas a la creación de software, manejo de redes, uso de nichos de mercados para el emprendimiento, producción de energías renovables, diseño de prototipos y dispositivos médicos, así mismo, la gran necesidad de una agricultura de valor agregado y armónica con el medio sostenible.
Desde las panorámicas anteriores, estamos ante un escenario que dicta que parte de nuestro sistema educativo en educación secundaria pública debería estar enfocando al desarrollo de habilidades para el empleo, y que respondan a modelos de análisis de las Direcciones Regionales de Educación del MEP, para validar la congruencia de las ofertas que ya se implementan en sus respectivos contextos geográficos, es decir, que aunque existen esfuerzos importantes en el tema de la promoción de habilidades como el pensamiento sistémico, resolución de problemas, la creatividad y la innovación, y el fortalecimiento de los idiomas, que desde la reforma curricular del 2015 el MEP ha venido impulsando, aún seguimos presentando rezagos importantes ante nuevas demandas del mercado y del mundo globalizado.
Puntualizando, este mercado global plantea demandas de empleos alineados con nuevas dimensiones de producción, como se explicó anteriormente, pero es enfático en que los mercados demandan actividades relacionadas con la producción de energías renovables, servicios de diseño en la especialidad biomédica, producción de dispositivos médicos, operadores de drones, manejadores de realidad virtual, especialistas de agricultura sostenible, servicios orientado al turismo, productores agrícolas en espacios urbanos, talento humano multilingüe, técnicos en impresión en 3D, analistas de datos, programadores, desarrolladores de software, agentes de turismo espacial, desarrollo de implantes robóticos para el cuerpo, entre muchas otras actividades que son una necesidad de un mercado importante y que nuestro sistema educativo según estudios de la OCDE, INEC, Estado de la Educación y CINDE, se encuentra lejos de equipararse desde la oferta curricular vigente.
Es importante entender que el MEP, debe realizar estudios regionales, para validar la pertinencia de su oferta aprobada con relación a la demanda de mercado, por lo cual, se debe integrar a este trabajo reflexivo a otros sectores como gobierno local, instituciones educativas, cámaras empresariales, agencias para el desarrollo, fuerzas vivas, que permitan en las comunidades recoger aspectos relacionados a la necesidad de fuerza laboral calificada que necesita el mercado.
Finalmente, el desarrollo del talento costarricense debe estar indudablemente ligado a la inversión educativa, a los estudios curriculares y al ejercicio reflexivo de la administración educativa en todos sus niveles. Esto permite formar personas con habilidades calificadas y valor agregado, generando posibilidades de diversificar la economía y ofrecer el talento humano del país acorde con las demandas de la globalización.