Educación superior y emprendimiento
Kirk Salazar kesala13@hotmail.com | Miércoles 11 agosto, 2021
En los últimos años, la economía costarricense se ha enfrentado a grandes retos que a su vez se han visto agravados por la crisis del coronavirus, como la caída al puesto 62 en los índice de competitividad global del Foro Económico Mundial en el 2019, la tasa de desempleo de 18.7% hasta el primer trimestre del 2021, y un alarmante 40% en desempleo juvenil en 2021 según la OCDE.
Es esta última estadística una de las más alarmantes, debido a que existe una tendencia a nivel mundial hacia la desalineación de habilidades, de hecho se estima que 1.3 mil millones de trabajadores a nivel global se ven afectados por este fenómeno, y dadas las circunstancias descritas anteriormente, esto puede causar problemas aún mayores para Costa Rica en el futuro.
Sin embargo, la dificultad actual se puede aprovechar como una oportunidad para transicionar hacia un sistema educativo que prepare mejor a los estudiantes para su integración en el mercado laboral como el de Educación 4.0 propuesto por el Fondo Monetario Internacional y posicione a Costa Rica en un lugar favorable en índices de competitividad, así como también fuera del peligro de la desalineación y el consecuente desempleo juvenil.
Para dicha transición, se puede tomar el ejemplo dejado por países como Portugal con el programa Empreender2020, que como su nombre implica, se basa en ayudas a emprendedores universitarios especialmente; así como la Universidad de Mondragón, referente internacionalmente por su carrera de innovación y emprendimiento.
Es así, como lo mencionado anteriormente, lleva al sector público a interceder en una de sus áreas como lo son las SPIN OFF (emprendimiento universitario). Como bien es sabido por muchos, las universidades públicas son centros de investigación y conocimiento técnico-científico en múltiples disciplinas y por ende el caldo de cultivo perfecto (de la misma manera que Stanford lo fue y es para Sillicon Valley) de start-ups y empresas innovadoras que podrían ayudar a solucionar el desempleo y desalineación de habilidades en jóvenes por medio de la experiencia laboral.
Así como también, aumentar la competitividad de Costa Rica en la escena internacional y a su vez formar parte de una reactivación económica cada vez más necesaria. Sin embargo, es necesaria la mejora en incentivos, capacitación y financiación para estudiantes emprendedores y programas universitarios públicos como Auge o Tec Emprende Lab, para pavimentar la ruta hacia una educación más moderna y eficaz que verdaderamente prepare a los futuros integrantes del mercado laboral.
Una formación integral basado en emprendimiento e innovación, desde su formación en primaria, secundaria y universitaria dispondrá del estudiante, cualidades y competencias necesarias para el impacto en la sociedad, bajo un Bien vivir para las y los Costarricenses.