Efecto "contagio" enferma a deudores bancarios
Wilmer Murillo wmurillo@larepublica.net | Viernes 06 noviembre, 2009
Disminuyen posibilidades de clientes para ser sujetos de crédito
Efecto “contagio” enferma a deudores bancarios
• Los clientes bancarios necesitarán hasta 24 meses para poder limpiar sus expedientes
• Algunas empresas hasta dejaron de pedir crédito para no comprometer su estabilidad
Wilmer Murillo
wmurillo@larepublica.net
Nada tiene que ver con la fiebre porcina. Pero el llamado efecto “contagio” que está golpeando la salud financiera de los clientes de la banca comercial pública y privada, es igualmente demoledor.
Este es producto de la crisis experimentada a nivel mundial, además de un incremento en las tasas de interés activas que limitan de forma significativa la capacidad de pago de algunas personas físicas y jurídicas y por ende la posibilidad de acceder al crédito.
Como ocurre con una epidemia, este efecto recorre todo el sistema financiero costarricense, y las víctimas aunque no caen muertas podrían tardar hasta 24 meses para recuperar su salud y ser nuevamente admitidas como clientes bancarios.
Existe actualmente una central de deudores donde todas las operaciones que hay en el sistema bancario nacional se registran. Cualquier atraso en la atención de las facilidades crediticias afecta globalmente el récord de pago y el crédito de un cliente.
“Algunas actividades por su comportamiento de pago, pueden impactar el récord general del cliente, si esto se da masivamente actividades determinadas, por ejemplo consumo, pueden afectar otras, por ejemplo vivienda”, explicó Mario Rivera Turcios, gerente general del Banco de Costa Rica.
El efecto contagio se presenta cuando el cliente no atiende oportunamente sus obligaciones con alguno de los integrantes del sistema financiero nacional. Debido a que la información de todos los deudores se debe reportar mensualmente a la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), esta la procesa para obtener el nivel de comportamiento de pago histórico en el sistema.
“Todas las entidades financieras tienen acceso a esa información y las posibilidades para calificar como sujeto de crédito disminuyen si se observa que los clientes no están atendiendo adecuadamente sus obligaciones en alguna de las entidades”, dijo Guillermo Quesada, gerente general de Bancrédito.
“Efectivamente los solicitantes de crédito se han visto afectados en buena medida por esta situación, por cuanto se presenta una disminución de sus ingresos producto de la crisis”, dijo Rivera.
Con respecto a las cifras sobre clientes afectados, los bancos se muestran reacios a divulgarlas. Esta información, además, la maneja cada una de las entidades.
A pesar de que no hay suficiente información sobre personas y empresas contaminadas, son principalmente aquellas que desarrollan o prestan servicios en ciertas actividades económicas las que han experimentado una disminución significativa en sus ingresos producto de una merma en la demanda de los productos o servicio, añadió Rivera.
En el caso de Bancrédito, entidad que accedió a otorgar la información, en lo que va del año en las diferentes oficinas se ha hecho un total de 3.600 arreglos de pago.
Lo anterior y la gestión permanente de seguimiento de la cartera de crédito han permitido reducir el nivel de morosidad”, dijo Quesada, gerente general.
Aproximadamente, en el BCR suman alrededor de ¢70 mil millones los arreglos, solo en el área empresarial.
Pero recuperar el buen nombre es otra historia. Llevará años en todos los casos.
En el caso del Banco Nacional el monto de los arreglos de pago suma ¢14.350 millones, dijo Marco Flores Stoviak, director de Crédito.
El récord crediticio puede mejorar conforme vayan normalizando sus niveles de morosidad, lo cual puede llevar en promedio, para que empiece a mejorar su calificación, unos 24 meses”, explicaron los gerentes consultados por LA REPUBLICA.
Algunas empresas inclusive, ante la posibilidad de “enfermar” su crédito consideraron prudente detener algunas inversiones que tenían previstas, esperando que la situación mejore y evitando de esa manera comprometer la estabilidad de la empresa.
Efecto “contagio” enferma a deudores bancarios
• Los clientes bancarios necesitarán hasta 24 meses para poder limpiar sus expedientes
• Algunas empresas hasta dejaron de pedir crédito para no comprometer su estabilidad
Wilmer Murillo
wmurillo@larepublica.net
Nada tiene que ver con la fiebre porcina. Pero el llamado efecto “contagio” que está golpeando la salud financiera de los clientes de la banca comercial pública y privada, es igualmente demoledor.
Este es producto de la crisis experimentada a nivel mundial, además de un incremento en las tasas de interés activas que limitan de forma significativa la capacidad de pago de algunas personas físicas y jurídicas y por ende la posibilidad de acceder al crédito.
Como ocurre con una epidemia, este efecto recorre todo el sistema financiero costarricense, y las víctimas aunque no caen muertas podrían tardar hasta 24 meses para recuperar su salud y ser nuevamente admitidas como clientes bancarios.
Existe actualmente una central de deudores donde todas las operaciones que hay en el sistema bancario nacional se registran. Cualquier atraso en la atención de las facilidades crediticias afecta globalmente el récord de pago y el crédito de un cliente.
“Algunas actividades por su comportamiento de pago, pueden impactar el récord general del cliente, si esto se da masivamente actividades determinadas, por ejemplo consumo, pueden afectar otras, por ejemplo vivienda”, explicó Mario Rivera Turcios, gerente general del Banco de Costa Rica.
El efecto contagio se presenta cuando el cliente no atiende oportunamente sus obligaciones con alguno de los integrantes del sistema financiero nacional. Debido a que la información de todos los deudores se debe reportar mensualmente a la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), esta la procesa para obtener el nivel de comportamiento de pago histórico en el sistema.
“Todas las entidades financieras tienen acceso a esa información y las posibilidades para calificar como sujeto de crédito disminuyen si se observa que los clientes no están atendiendo adecuadamente sus obligaciones en alguna de las entidades”, dijo Guillermo Quesada, gerente general de Bancrédito.
“Efectivamente los solicitantes de crédito se han visto afectados en buena medida por esta situación, por cuanto se presenta una disminución de sus ingresos producto de la crisis”, dijo Rivera.
Con respecto a las cifras sobre clientes afectados, los bancos se muestran reacios a divulgarlas. Esta información, además, la maneja cada una de las entidades.
A pesar de que no hay suficiente información sobre personas y empresas contaminadas, son principalmente aquellas que desarrollan o prestan servicios en ciertas actividades económicas las que han experimentado una disminución significativa en sus ingresos producto de una merma en la demanda de los productos o servicio, añadió Rivera.
En el caso de Bancrédito, entidad que accedió a otorgar la información, en lo que va del año en las diferentes oficinas se ha hecho un total de 3.600 arreglos de pago.
Lo anterior y la gestión permanente de seguimiento de la cartera de crédito han permitido reducir el nivel de morosidad”, dijo Quesada, gerente general.
Aproximadamente, en el BCR suman alrededor de ¢70 mil millones los arreglos, solo en el área empresarial.
Pero recuperar el buen nombre es otra historia. Llevará años en todos los casos.
En el caso del Banco Nacional el monto de los arreglos de pago suma ¢14.350 millones, dijo Marco Flores Stoviak, director de Crédito.
El récord crediticio puede mejorar conforme vayan normalizando sus niveles de morosidad, lo cual puede llevar en promedio, para que empiece a mejorar su calificación, unos 24 meses”, explicaron los gerentes consultados por LA REPUBLICA.
Algunas empresas inclusive, ante la posibilidad de “enfermar” su crédito consideraron prudente detener algunas inversiones que tenían previstas, esperando que la situación mejore y evitando de esa manera comprometer la estabilidad de la empresa.