El desamparo de las Pymes
Federico Li fli@uned.ac.cr | Martes 16 mayo, 2023
La creación de riqueza de un país se sustenta, en mayor medida, en la capacidad que tengan los habitantes de articular procesos productivos valiosos, pero esto no siempre acurre como consecuencia fortuita de las condiciones del mercado. La evidencia empírica en los países que se han recuperado de la pobreza como los Dragones asiáticos, s apoyaron en la implementación eficiente y eficaz en el desarrollo de un ecosistema apoyando al emprendedurismo, de fomento a los encadenamientos productivos, de suministro apropiado de servicios básicos administración, de apoyo en el perfeccionamiento mejoramiento de productos, de facilitación del crédito oportuno, entre otros. Todo lo anterior, con el fomento de la cultura de emprendimiento.
El crear y fortalecer empresariado implica enfrentar con éxito las decenas de controles burocráticos se requieren para estar presentes en el mercado, que se tornan difíciles de flanquear para las microempresas y, más aún, para los emprendimientos que se encuentran en su etapa más incipiente, como son las actividades de subsistencia o de autoempleo. Ahí el acompañamiento del ecosistema de apoyo debe, necesariamente, estar presente para potenciar el desarrollo del tejido empresarial.
El acompañamiento empresarial es primordial para reducir la perdida, cierre o fracaso de las microempresas y generar crecimiento económico desde la base, aumentar el empleo y mejorar la distribución del ingreso, entre otros objetivos. Costa Rica cuenta con muchas iniciativas gubernamentales enfocadas en esas tareas, diseminadas en diversas instituciones del Estado, la academia, ONGs e iniciativas privadas, lo que es de reconocer. Sin embargo, es necesario señalar que la coordinación, sincronización de esfuerzos, división de actividades y búsqueda de sinergias entre todos los actores de apoyo a las Pymes, debe ser una tarea permanente y de la mayor importancia. La experiencia muestra que los emprendedores nacionales no tienen claridad y certeza de donde recurrir en busca de apoyo, pero aun ignoran si existe esa opción.
Y si bien el MEIC tiene por ley la rectoría de la política de fomento a las pymes, la realidad es que los recursos con que cuenta la Dirección de Pequeñas y Medianas Empresas son pocos y presupuestariamente en retroceso. Pero lo positivo es que al menos las siguientes instituciones tienen programas enfocados en apoyar a la Pymes: MEIC (ente rector), MTSS, Procomer, MICCIT, MAG, INA, INAMU, IMAS, Sistema de Banca para el Desarrollo, Bancos Estatales, Universidades Estatales, algunas cámaras empresariales y diversas ONGs. Sin embargo, si no existen esfuerzos permanentes para coordinar, distribuir funciones y territorios, de sistematizar la acción; los esfuerzos se duplicarán, las acciones se concentrarán, el clientelismo aflorará y como resultados los impactos serán pocos.
De lo anterior se deduce que, sin que el MEIC pierda su condición de rector, es necesario articular los esfuerzos institucionales en un instituto de fomento a las Pymes, que concentre y represente a toda esa institucionalidad dispersa y donde se oriente con certeza a los emprendedores. El país cuenta con más de 133 mil pequeñas y medianas empresas (pymes) registradas, según datos del informe “Estado de Situación PYME en Costa Rica 2021”, elaborado por Digepyme del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC). Las pymes representan el 98% del parque empresarial, general casi un 35 % del PIB y aportan el 34 % del empleo formal.
No obstante, queda mucho por hacer, a manera de ejemplo: los índices de productividad emprendimientos es, en muchos casos solo una quinta parte del que presentan las empresas grandes, cientos de oportunidades de encadenamientos productivos se pierden porque las pymes nacionales no pueden suplir la demanda que generan empresas grandes, las oportunidades de escalar desperdician por la falta de asesoría y acompañamiento para insertarse en mercados internacionales, entre otras factores; que si los resolvemos el PIB crecería de manera más robusta y con mayor participación empresarial.
El reto por delante es la articulación permanente del ecosistema de las pymes, y es una oportunidad que el país no puede desperdiciar.
Como corolario, es muy importante que el apoyo se de a la Pymes y a los emprendedores a perseguir negocios escalables por medio de las tecnologías disruptivas las pymes que lo ameriten, con el apoyo de las nuevas oportunidades que proporciona la inteligencia artificial, la cual les permite sacar ventajas de apoyo administrativo.