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Lunes, 1 de julio de 2024



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¿El impuesto a la energía solar? Debe existir, no hay alternativa

Mario Alberto Vargas mavs@ecicr.com | Miércoles 10 enero, 2024


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Ing Mario Alberto Vargas Soto Msc

En días pasados pude leer en la prensa nacional un interesante artículo de opinión con un título que puede sonar desproporcionado, loco o como prefiera usted llamarlo, “Impuesto al sol” aumenta tarifas para paneles solares hasta un 400% y le da la espalda a la energía renovable”. Este impuesto lo que pretende es grabar vía tarifaria la producción de energía eléctrica por fuentes solares se desprende del artículo.

Sin embargo, hay algunos temas que no se han explicado con la claridad necesaria para que la gente entienda que la generación solar para autoconsumo empresarial o residencial debe verse con sumo cuidado, ya que el beneficio económico individual no puede ir en detrimento de la calidad del servicio a empresas e individuos sin capacidad de inversión en este tipo de proyectos. La decisión de implementar un proyecto de generación de energía solar en una empresa, como cualquier otro proyecto de inversión debe ser planteado y defendido ante la dirrección en términos del cumplimiento de los objetivos de la empresa que normalmente son económicos ósea orientados al aumento de la rentabilidad de la empresa, o en algunos otros casos tienen que ver con el cumplimiento de objetivos de reducción de huella de carbón, objetivos ambientales, etc.

La producción de energía eléctrica por fuentes renovables como el sol o el viento son energías que no forman parte de la base de una pirámide de producción en la matriz energética de un país , ya que básicamente se aprovecha en presencia del recurso, sino hay recurso no se produce y punto, por lo tanto están en la parte más alta de la pirámide de la matriz de producción a diferencia por ejemplo de la geotérmica o la energía hidroeléctrica que si se colocan en la base porque son más confiables y “controlables” o previsibles sus entregas.

Los proyectos de generación fotovoltaica implementados en Costa Rica para autoconsumo de industrias, comercios, supermercados o incluso viviendas básicamente producen si hay recurso y entregan excedentes a la red si me sobra energía en relación con al consumo instantáneo , bajo este escenario contralar una red de generación puede ser complicado si se deja a la libre y cada quien se comporta de manera egoísta sin pensar que el sistema eléctrico nacional es una gran red compleja de entrega y demanda de energía, cuyo dominio está en el centro de control de energía del ICE para el caso de Costa Rica.

Hay un componente que forma parte de una red de autoconsumo del cual casi no se habla y son los sistemas BESS ( Battery energy storage system) por su nombre en inglés o Sistema de almacenamiento de energía por baterías.Si una empresa o persona realmente quiere llamarse a sí mismo como un auto generador para autoconsumo debería tener los paneles solares o turbinas de vientos como elementos de conversión de la energía solar o eólica en energía eléctrica aprovechable, pero también deberían tener bancos de baterías que les permitan seguir operando en ausencia del recurso. Y acá es donde nos topamos de frente contra una pared que se opone a la implementación de los proyectos y son básicamente los indicadores económicos de evaluación de proyectos por ejemplo la tasa interna de retorno. Los bancos de baterías son costos en implementación, costosos en espacio, costosos en mantenimiento y reposición al final de la vida útil de las baterias. Entonces desde el punto de vista financiero un proyecto de producción de energía solar acompañado de un sistema de almacenamiento de energía por baterías para poder desconectarme de la red eléctrica que mi compañía suplidora tiene a disposición en mi zona geográfica no es viable, las tasas internas de retorno no justifican la inversión y menos en un país donde la matriz energética ya de por sí está llegando casi al 99% con fuentes renovables, con las excepciones climáticas como este 2023 que obligan a generar con hidrocarburos los faltantes.

¿Entonces donde está la trampa?, hablemos de industrias o comercios únicamente para simplificar la explicación, estos negocios desean llenar de paneles solares sus techos aprovechar el recurso la mayor parte del día y abaratar sus costos de operación con una inversión relativamente baja y con una tasa interna de retorno muy atractiva , claro no tengo en la ecuación los BESS ( baterías de almacenamiento), entonces en ausencia del recurso como siempre tengo el respaldo de la compañía suplidora (ICE, CNFL,ESPH, JASEC, ETC) las cuales para el caso de Costa Rica son sumamente confiables ya que los períodos de salida de operación de los sistemas eléctricos en nuestro país se cuentan por horas al año , ni siquiera días y los parámetros de calidad ( Frecuencia y voltaje) son bastante confiables puedo prescindir de las baterías porque la continuidad de mi negocio está garantizada por estas empresas , pero pagada por otros.

Los sistemas eléctricos a grandes rasgos poseen tres componentes principales el primero es la generación (donde se produce el recurso), el segundo es la transmisión ( niveles de voltaje altos normalmente de 230 kV ) donde se transportan grandes cantidades de energía entre estaciones reductoras o elevadoras conocidas como subestaciones) y la distribución es el tercero ( niveles de distribución de 34.5 KV o 13.8 kV así como los niveles de entrega residencial o comercial que rondan los 240 Vac ) que básicamente son los postes que vemos frente a nuestras casas. La implementación y el mantenimiento de estos tres componentes básicamente se financia a través de los ingresos generados por la venta de energía eléctrica.

Todo este antecedente es para tratar de transmitir que no es conveniente como sociedad permitir que todos los usuarios de la red pretendan generar su propia electricidad libremente, vender sus excedentes pero tener siempre a la mano la seguridad y el respaldo de las compañías suplidoras dándole mantenimiento y soporte a las plantas generadoras, líneas de transmisión y sistemas de distribución con ingresos disminuidos producto de la caída en las ventas por la implementación de estos sistemas de autogeneración y peor aún financiados solo con los recursos de aquellos usuarios que no pueden hacer este tipo de inversiones y no tienen más opción que seguir comprando energía. Es así como queda en evidencia que en un país solidario que desee mantener una robusta infraestructura eléctrica como la que tenemos, todos deben de contribuir máxime si no me estoy desconectando del todo de la red lo cual es casi el 100% de los proyectos de autogeneración solar implementados en este país.

Esta claro que la producción de la energía eléctrica por medio de fuentes renovables es el futuro y debemos apoyarlo, pero con justicia y equidad para todos los usuarios de la red, es necesario que la ARESEP, MINAE, EMPRESARIOS, etc convoquen a un debate técnico que fijen nuevas reglas de coexistencia entre actores del sistema eléctrico nacional, que sean coherentes con los objetivos del desarrollo país y la sostenibilidad financiera de la matriz energética del país. Y si, es probable que al final del camino exista el impuesto al Sol y al viento.










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