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El poderoso efecto de la propincuidad

Álvaro Rojas alvaro.rojas@costaricacc.com | Jueves 10 marzo, 2022

Alvaro Rojas

El efecto de la propincuidad fue teorizado por primera vez por los psicólogos Festinger , Schachter y Back en lo que se denominó los estudios Westgate, realizados en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en 1950.

Este efecto se refiere a la consecuencia que se deriva de los encuentros físicos no planeados que suceden entre personas, por lo que el estudio llama “similitud en la naturaleza entre las cosas”; es decir, con situaciones de vida parecidas, como proyectos laborales, trabajar en industrias o posiciones similares. Por ejemplo, personas que trabajan en el mismo campo tienden a sentirse atraídas entre sí. Según los investigadores, la consecuencia es que estos encuentros presenciales generan alto grado de innovación.

Parte de los resultados de la investigación arrojaron que el principal y más importante epicentro para el desarrollo y la innovación empresarial sucede a través de la propincuidad, es decir, por medio de este tipo de encuentros.

Esta teoría fue el disparador para que grandes industrias y empresas propiciaran muchísimos espacios de encuentro, ya fuera en eventos, reuniones, convenciones, cocteles o, incluso, modificando los espacios físicos en sus oficinas por espacios que estimulen que las personas se encuentren con más frecuencia.

Estos encuentros generan conversaciones, intercambios de ideas, derrame de conocimiento y hace que las personas sirvan como conectores con otras para que muchos proyectos puedan nacer o avanzar con rapidez.

Según el psicólogo social Robert Zajonc, la presencia física de otros nos sirve como una fuente de estimulación y proximidad. Esta estimulación aumenta la probabilidad de que un organismo haga relaciones habituales, o bien, las desarrolle y este simple hecho hace que haya una mejora en la ejecución de tareas simples y cotidianas, además reduce la dificultad en la ejecución de tareas complejas. En sus palabras, el Zajonc llama al efecto de la propincuidad “el efecto de la mera exposición” y dice que las personas más cercanas físicamente son percibidas como más accesibles y esta proximidad puede incrementar la familiaridad, lo que a su vez aumenta la atracción y la confianza para generar nuevas ideas, concepto, desarrollo de negocios y por ende la innovación.

Sin duda alguna, las restricciones sanitarias de los últimos dos años han desacelerado grandemente esta poderosa fuente de innovación y desarrollo al restringir los encuentros físicos entre personas y ser sustituidos por encuentros virtuales, lo que reduce grandemente los efectos de la propincuidad.

Aunque los entornos virtuales nos han ayudado a sobreponernos a la falta de presencialidad de los últimos años y nos generan muchas otras ventajas, las recientes investigaciones en este campo demuestran que los encuentros físicos siguen siendo un poderoso entorno de contacto, interacción, amistad, influencia y desarrollo que no pueden llegar a ser sustituidos por la “proximidad virtual”.

El año 2022 inició con un fuerte levantamiento de las restricciones sanitarias en todo el mundo y nuestro país no es la excepción, lo que da la posibilidad de generar muchos más encuentros físicos que antes, encuentros con propósito que desaten nuevos alcances.

Esto nos pone a reflexionar en que debemos aprovechar estas circunstancias, que son óptimas para que las empresas y asociaciones profesionales empiecen a propiciar el encuentro físico por medio de eventos, reuniones, congresos y convenciones, logrando capitalizar los beneficios que los científicos han llamado “el poderoso efecto de la propincuidad” y despertar en sus organizaciones este potenciador y acelerador de la innovación que tanta falta nos hace para una pronta recuperación económica y social.






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