El cuerpo habla por nosotros
| Jueves 22 mayo, 2014
El cuerpo habla por nosotros
Los gestos le ayudan a comunicarse, pero también lo pueden delatar
¿Quién no ha oído la expresión “habla con las manos”?
Nuestras manos son fundamentales en la comunicación no verbal. Generalmente las palmas hacia arriba y abiertas indican sinceridad y honestidad, las palmas hacia abajo y abiertas significan una posición dominante y en ocasiones, poca honestidad. Si cerramos la mano y apuntamos con un solo dedo, suele indicar una posición dominante y algo agresiva.
El apretón de manos puede ir acompañado de otras acciones, como por ejemplo, poner la otra mano encima haciendo un bocadillo a la mano de la persona saludada. Si este se utiliza con gente conocida demuestra confianza, el efecto es el contrario con gente a la que no conocemos.
Los gestos con las manos también tienen su significado. Entrelazar las manos a la altura de la cara, apoyados los codos en la mesa o de pie a la altura de la cintura, puede reflejar una actitud negativa. A mayor altura mayor negatividad.
Al frotarnos las manos damos a entender una expectativa positiva, que esperamos algo bueno y que hay entendimiento entre las partes. Juntar las yemas de los dedos de ambas manos, significa un alto grado de confianza en uno mismo y una gran seguridad.
Cuando cruzamos y agarramos nuestras manos por detrás de la espalda denota un alto grado de seguridad en nosotros mismos y una clara posición dominante. En cambio, si lo que unimos en esa misma posición son nuestras muñecas es signo de intranquilidad e inseguridad.
Los pulgares representan la fuerza del carácter, por eso son utilizados para destacar ciertos gestos. Meterse las manos en los bolsillos dejando los pulgares fuera es signo de poder, de dominación, de seguridad. Lo mismo pero más disimulado, si es en los bolsillos traseros. También cruzar los brazos dejando los pulgares fuera, es signo de actitud dominante.
Se dice que la cara es el espejo del alma. Pero es mucho más que eso. Cuando la mano tapa la boca es señal de mentira. Tocarse la nariz en múltiples formas es indicativo de que se está contando algo falso, así como frotarse los ojos indica lo mismo.
Otros gestos que denotan mentira o al menos que no se está siendo sincero son: rascarse el cuello, tirarse del cuello de la camisa, apretar los dientes, reírse con la boca muy cerrada y los dientes apretados. No obstante, los gestos no se pueden interpretar por separado para no obtener conclusiones erróneas. Y una actitud sincera, positiva y amistosa siempre nos abrirá puertas y dejará de nosotros una impronta poderosa.
Oria García-Ordás Barrera
Presidenta de la Escuela Internacional de Protocolo y Marketing EIPM
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