El empujón vino de afuera
Luis Fernado Rojas lrojas@larepublica.net | Miércoles 11 septiembre, 2013
El empujón vino de afuera
Estados Unidos y Honduras facilitaron la clasificación de la Tricolor al Mundial
Si bien Costa Rica hizo a medias su parte, dejándose empatar en tiempo de descuento, Estados Unidos y Honduras la ayudaron a cuadrar los números, para dejar de una vez por todas definida su clasificación al mundial y poder celebrar así con dos fechas de anticipación el pase a Brasil.
En Columbus el equipo de Jurgen Klinsmann le aplicó el menú de la casa a los mexicanos, el mismo de siempre, el 2-0 que pareciese estampado en el tablero cuando se enfrentan ahí estas dos selecciones y por supuesto eso puso a celebrar a los ticos, que para entonces ganaban uno a cero.
Eddie Johnson al 49' mediante un cabezazo ante una mala salida de Jesús Corona y luego el “Capitán América”, Landon Donovan, al 78', sepultaron los sueños de renacimiento azteca en el Crew Stadium.
Las cornetas empezaban a sonar en San José, se venía la celebración, pero el gol en tiempo de descuento del jamaiquino Germaine Anderson, silenció por unos minutos el ambiente triunfalista en el territorio nacional.
Por todo lado la gente preguntaba ¿Ahora qué? Y la respuesta: necesitábamos que Panamá no le ganara a Honduras, que en ese momento, con gol de Carlo Costly al minuto 27', triunfaba por la mínima.
Entonces en Costa Rica, y los ticos en Jamaica, y los jugadores nacionales en el camerino, se pegaron a las transmisiones televisivas y radiales de lo que sucedía en suelo catracho, haciendo de ese partido una extensión del juego que acaba de terminar, pero ahora los ticos apoyando a “muerte” a los hondureños.
El gol del panameño Gabriel Torres igualando el marcador, al inicio de la segunda parte cayó como un mal presagio. Pero el de Wilson Palacios, retomando la ventaja hondureña al 60', después de una gran jugada de lujo ante Felipe Baloy, hizo retornar la alegría a los costarricenses, y los puso a 30 minutos de celebrar su regreso al mundial.
Fueron 1.980 segundos (con la reposición) de una espera que se hizo larga, eterna, y hasta un toque angustiosa cuando Roberto Chen, en el minuto 90', igualó nuevamente las cifras. Faltaba el descuento; en el camerino en Kingston los nacionales contaban los segundos, en el estadio los ticos esperaban, en Costa Rica más de uno rezaba, todos querían la clasificación de una vez; nadie deseaba esperar y se dio, el partido terminó, la nacional a Brasil, y Honduras, Panamá y México a disputarse lo que quedó.
Luis Rojas
lrojas@larepublica.net