El manejo del conflicto emocional
El manejo del conflicto emocional
Cuando un conflicto está en el nivel de lo emocional, no se resuelve racionalmente, pues es precisamente eso, emocional. Un campo diferente del racional. De ahí que debamos evitar que los conflictos traspasen a niveles donde los argumentos racionales no tienen efectividad y nuestra psicología nos juega una mala pasada.
Menciono algunas maneras en que nuestra subjetividad nos “engaña” haciendo que las cosas parezcan algo peor de lo que son en la realidad.
-Módulo “Siempre/Nunca”: Sucede cuando generalizamos algo que sucedió una sola vez, y actuamos como si siempre fuera a suceder así. Por ejemplo, si en un momento conflictivo alguien nos recriminó algo, pensamos “Siempre me está recriminando”. Si fallé en una meta, pienso “Nunca lo voy a lograr”. Expresiones como “siempre, nunca, todo el tiempo, todo el mundo” son dañinas porque nos hacen sentir enojados o tristes, incluso antes de darnos una oportunidad o dársela a quienes nos rodean. Solución: Cuando nos sorprendemos pensando en fórmulas absolutas, debemos repensar nuestra posición y desaprobar el tipo de pensamientos todo o nada.
-Enfoque “Negativo”: Ocurre cuando nuestras percepciones reflejan solamente los aspectos negativos de una situación e ignoramos lo positivo. Es mucho más llamativo lo negativo y nos acostumbramos a lo positivo. Vemos la mancha en el mantel, pero no que hay 99% de superficie limpia. Nos autocastigamos por un fallo, y no pensamos en todos los aciertos que hemos logrado. Nos ensañamos con el error de alguien, y no vemos las 100 veces que lo ha hecho bien. Solución: Buscar lo bueno de las personas y situaciones. No se trata de ver el mundo como una novela rosa, sino de dar un balance a la realidad.
-Leer el futuro: Cuando predecimos que sucederá lo peor. Vamos a una negociación y ya estamos pensando por qué no va a salir y visualizamos que a la otra persona no le interesa lo que ofrecemos. Cuando llegamos a la mesa, expresamos una actitud incrédula, negativa, que inhibe la confianza y se convierte en una profecía de autocumplimiento. Pensar que sucederá lo peor es un mecanismo seguro de inducir a que eso suceda. Solución: Dejar de leer el futuro, disponernos positivamente a que sucederá algo bueno, ser optimistas con respecto al futuro.
-Leer la mente: Creemos saber lo que otros piensan sin que nos lo hayan dicho. Cuando hay algo que no entendemos de las palabras de otras personas, lo mejor es preguntar y no asumir sobre sus intenciones o motivaciones, pues normalmente hacemos suposiciones equivocadas. Solución: Hay que ignorar el diablillo que nos sugiere “Piensa mal y te quedarás corto”. Si batallamos para entendernos a nosotros mismos, es absurdo creer que entendemos a la perfección las intenciones ajenas. Preguntemos.
Germán Céspedes