El Presidente del margen de error
María Cisneros redaccion@larepublica.net | Lunes 07 abril, 2014
Es el primer candidato de Acción Ciudadana en recibir más de un millón de votos
El Presidente del margen de error
Triunfó en la lucha contra el abstencionismo
Seis meses atrás, Luis Guillermo Solís ni siquiera estaba dentro del mapa de acción de sus contrincantes.
Ocupar como máximo un cuarto lugar en las elecciones era el escenario que vaticinaban las encuestas para la primera ronda del entonces candidato.
Pero, para Solís y su equipo, la realidad era otra.
El fervor que el pueblo les mostraba en las calles y las mediciones internas del partido, los llevó a poner oídos sordos a los sondeos que, hasta entonces, lo dejaban dentro del margen de error.
Alentar al pueblo a que saliera aún más a las calles con sus banderas y que fuera a votar con “alegría”, lema que tomó parte de campaña, fue la apuesta del Partido Acción Ciudadana.
Aun así, muchos prevalecieron escépticos ante un posible repunte en la intención de votos dirigidos al partido.
Seleccionar como cabeza de fracción a una persona desconocida para la mayoría, con excepción de sus alumnos de universidad, alimentaba la incredulidad.
Siete de cada diez costarricenses no sabían quién era Solís hace tan solo seis meses.
Una campaña que tuvo como eje central al mismo Solís, cambió el panorama electoral, dejando como resultado una contienda nunca antes vista.
“Soy Luis Guillermo Solís, un ciudadano como usted, y sería bueno que empecemos a conocernos”, fue el primer mensaje que llegó a los oídos de los ticos, que en ese momento lo desconocían casi por completo.
Pero, ahora muy conocido, conquistó a la mayoría de los que se acercaron a las urnas, logrando poco más del 30% de los votos en primera ronda.
“Gobernaremos Costa Rica” fue una de las frases en su discurso del cierre de ese encuentro electoral.
Presentar al candidato y una fuerza en redes sociales no antes vista, formaron parte de las tácticas que hicieron ganador a Solís el 2 de febrero.
Poco después de la primera vuelta electoral, de nuevo salieron a la luz las encuestas, esta vez favoreciendo sobremanera a Solís.
La renuncia de Johnny Araya llegó de inmediato, dejando al Partido Liberación Nacional sin campaña electoral y al pueblo sin debates.
Después del periodo de campaña más inusual del país, ayer dio fin la fiesta democrática.
El día de Solís inició a las 6 a.m. con un desayuno rodeado de su familia, en ese momento al dirigir unas palabras a sus hijos, algunas lágrimas llegaron a su rostro. Inclusive por la tarde admitió que ver tan cerca la posibilidad de ser Presidente lo hacía permanecer melancólico.
Lo mismo le ocurrió en la misa oficial en la Catedral Metropolitana, donde mantuvo el mismo sentimiento.
Acompañar a su padre a ejercer el voto también formó parte de su agenda mañanera.
Conocido como don Johnny en Paracito, el papá de Solís llegó a las urnas a eso de las 9.30 a.m. y admitió que habían tenido poco tiempo para verse en los últimos días pero que les quedaban cuatro años para conversar.
Luego de un fuerte ajetreo con los periodistas, ambos hicieron una oración en el lugar de votación, y el entonces candidato se preparó para dirigirse a su junta electoral en el Liceo de Curridabat.
De nuevo, las cámaras y la atención de sus simpatizantes le dificultaron su paso, muchos quisieron abrazarlo pero pocos alcanzaron a siquiera darle la mano.
Al finalizar, su mensaje fue claro “estoy pidiendo a las personas que no han votado, que parecen ser muchas, que lo hagan rápidamente en las próximas horas”.
Sus palabras cerraron con un “Salir a votar, salir a votar esa es la consigna”.
Su agenda siguió llena de entrevistas con diversos medios de comunicación, pero era el turno de asistir a las urnas de Helio Fallas y de Ana Elena Chacón.
El primero apostó por afirmar la meta del partido de alcanzar el millón de votos; mientras que Chacón aseguró que no se veían, en ese momento, como los ganadores y que el resultado del conteo de votos sería los que sí los haría celebrar.
La recepción de resultados se realizó en Plaza Roosevelt, lugar donde inició el festejo electoral, que prevaleció hasta largas horas de la noche.
María Fernanda Cisneros
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