Elecciones en el choque de las civilizaciones
Felipe Guadamuz Flores redaccion@larepublica.net | Lunes 10 mayo, 2021
“Volando Guayabazos”
Felipe Guadamuz Flores
Ya comenzó la campaña electoral y la variedad del menú teórico da para satisfacer a casi todos los gustos. Desde la obsoleta maquinaria electoral del bipartidismo, hasta los movimientos sociales de otros partidos y, en el medio, un ochenta por ciento del electorado el cual sabe no cuál opción escoger. Las elecciones en el choque de las civilizaciones dejan clara la necesidad de nuevas opciones, una nueva perspectiva y, sobre todo, diferenciarse del rancio menú de los partidos tradicionales.
El electorado está cansado de las manipulaciones políticas y el daño que el PAC ha creado en la institucionalidad ha sido nefasto, pero no más al generado por los partidos tradicionales, para muestra se pueden analizar las irregularidades en las municipalidades. Como en política la percepción es realidad, el PAC ha hablado de ser el paladín de la ética, pero en la práctica quedó condenado por una estafa electoral y ante la ciudadanía queda igual o peor que cualquier partido político tradicional.
Agréguese a esto cómo se ha corrompido al Poder Judicial y podremos observar por qué el electorado está no solo desencantado, sino que desconfía de las instituciones del país. Sin embargo, a la hora de la campaña y de elegir, nada de esto pesa lo suficiente ante la división social generada en un país conservador cuando se atacan sus valores culturales.
El PLN comete un grave error apuntando a la ideología de ir más hacia la izquierda, porque no ha comprendido que las ideologías han cedido para dar espacio a los valores culturales. La evidencia empírica lo demuestra con dos ganes consecutivos del PAC y quizá un tercero, por la fuerza electoral representada en un candidato como Edgar Mora.
Es necesario entender que ya algunos especialistas mencionan que el mundo se dirige hacia una segunda globalización, producto de la Revolución Informática, la cual, tal como en el caso de la Revolución Industrial, permitió el inicio de la primera globalización a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Por ello, las políticas públicas a generarse no deben ser para las próximas elecciones sino para las próximas generaciones, entendiendo varias cosas. Primero, ya no se habla de ideologías sino de valores culturales. Segundo, la Revolución Informática muy probablemente nos llevará a una segunda globalización con cambios radicales, porque en la primera se mantenía la división del planeta en estados basados en divisiones territoriales, mientras en la segunda, la globalización partirá de las divisiones culturales. Tercero, los valores culturales han venido para quedarse y para el grueso de las poblaciones la ideología es cosa del pasado.
Así como en la primera globalización los estados defendieron su soberanía territorial, en la segunda globalización es muy probable que los estados defiendan su soberanía cultural y esto es algo que da pie a un cambio radical en las organizaciones políticas, empezando por los partidos.
Costa Rica se ha caracterizado desde la década de los sesenta del siglo XX por tener una maquinaria electoral y no partidos políticos como tales, pues a pesar de haber existido tanques de pensamiento, en la práctica privó más el populismo electoral que una ideología partidaria y la evidencia empírica así lo demuestra con más de trescientas treinta instituciones creadas como botines políticos para alojar a quienes pegaron banderas y ayudaron al gane de las contiendas electorales.
El PAC muy hábilmente entendió que las maquinarias electorales no ganaban elecciones y creó un movimiento social el cual ha demostrado su éxito electoral con dos ganes consecutivos atacando y dividiendo a la sociedad sobre los valores culturales y a una estrategia de diferenciación con respecto al bipartidismo la cual al final de cuentas fue más de lo mismo. Sin embargo, el gane del PAC ha sido la pérdida para la ciudadanía y por ello es importante el surgimiento de nuevos movimientos sociales que se diferencien de la maquinaria electoral y de la manipulación cultural, como bien apuntó un columnista hace unos días en este medio.
La Revolución Informática está en su apogeo y las nuevas luchas serán por defender la cultura más que a los territorios. Las organizaciones políticas deberán tomar en cuenta estos factores a la luz de una segunda globalización donde lo único que no ha cambiado han sido las palabras de Winston Churchill de pensar en las próximas generaciones y no las próximas elecciones, pero, para ello, se necesita abrir los ojos y ver la realidad del mundo por lo que es, no por lo que queremos o creemos que sea.
¿Implica esto no votar por un partido tradicional? No necesariamente, pero el partido tradicional deberá presentar propuestas que cumplan con los elementos antes mencionados, pues de lo contrario serían más de lo mismo y terminarían por perder las elecciones por no entender, como dijo un amigo, que ya no estamos ante la corrección política sino la corrección electoral. En otras palabras, no se trata de ser políticamente correctos, sino electoralmente correctos.