Esclavitud laboral moderna
Eric Briones Briones redaccion@larepublica.net | Lunes 07 agosto, 2023
Eric Briones Briones
Doctor y Profesor en Derecho Laboral
Las personas trabajadoras, deben estar alertas, de las formas de esclavitud, del presente siglo, ya que, en muchos casos, la misma persona víctima, se pone en dicha situación, por su inocencia, su desesperada situación económica, avaricia y falta de malicia, ante el engaño atractivo de sus victimarios; de allí que resulte oportuno, tomar en cuenta, lo que de seguido se expone, según estudios que ha realizado la Organización Internacional del Trabajo:
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/documents/publication/wcms_651915.pdf
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_norm/---ipec/documents/publication/wcms_854797.pdf
Oportuno recordar, que las etapas históricas del derecho laboral, se desarrollan precisamente dentro de una primera que se denominó: “Esclavitud”, practicada por el Imperio Romano y los egipcios, en la época antes del nacimiento de Cristo; en donde conquistaban pueblos, los traían o importaban forzosamente a sus principales ciudades, con el fin de que trabajasen en agricultura, canteras y construcción, con el status de esclavos; lo que significaba que no tenían derechos, salvo el que se les proveyera de alimentación y abrigo para subsistencia mínima, a cambio de trabajar y trabajar, hasta fenecer. Ya en la etapa medioeval, se diluye esta forma de esclavitud con cadenas, no obstante, se construye un sistema laboral, enmarcado por el señor feudal y las corporaciones, que provocaban que nadie se superara de oficio, sin contar con la venia del maestro, en contubernio con los reyes.
Durante la revolución industrial y hasta la creación de la OIT, el escenario, era de jornadas extenuantes, sin seguridad social, prohibición de las uniones de trabajadores (Ley Chapelier) y estipendios a convenir, entre las partes, bajo el esquema romanístico de la locatio conductio, privatista. Superada la Segunda Guerra Mundial, los estados entran en un contexto de solidaridad y repartición de la riqueza, hasta los años 80´s, que, con la globalización y las nuevas tecnologías, se viene a provocar un nuevo escenario, en el ámbito laboral, enmarcado por las constantes movilizaciones de trabajadores (migración en muchos casos irregular), consecuencia de los problemas internos de sus países de origen.
En vista de este fenómeno, la OIT, ha emitido informes acerca de estimaciones mundiales sobre la esclavitud moderna, dentro de un contexto de trabajo forzoso, entendido, como aquel que no es voluntario o media un vicio en el consentimiento dado por la persona trabajadora. Siendo que según estimaciones en el año 2021, aproximadamente 50 millones de personas son víctimas de la llamada “esclavitud moderna” a nivel mundial.
Dentro de algunas de las manifestaciones de “esclavitud moderna”, que se señalan, destacan entre varias: A) Personas obligadas -bajo amenaza- a laborar en los hogares, agricultura, construcción e industria sexual, en cifras aproximadas de 25 millones de personas (más mujeres, que hombres), en todo el mundo, resaltando los continentes asiático y africano. B) Explotación sexual comercial forzosa. C) servidumbre por deudas entre personas trabajadoras, consecuencia de la carencia de acceso a los canales de crédito formales. D) Con preminencia en el sector privado, ya que en lo público el trabajo forzoso estatal, representa en algunos países un 14 por ciento. E) Personas trabajadoras menores y adultos obligados a excavar en busca de minerales o a realizar otros trabajos de minería y canteras, pescadores sometidos a trabajo forzoso a bordo de buques pesqueros, junto con personas obligadas a mendigar en la calle y/o a realizar actividades ilícitas. F) Personas trabajadoras, con retención salarial, amenazadas de violencia (física y sexual, tanto para ellas, como para sus familiares), sancionadas económicamente y físicamente, mediante abuso de su vulnerabilidad, entre otras.
Es que el trabajo forzoso es preocupante independientemente del grado de riqueza de un país; más bien -según las fuentes consultadas- más de la mitad del trabajo forzoso se presenta en “países de ingresos medianos altos o de ingresos altos”.
Finalmente, se recomienda a los países, para atemperar lo anterior y provocar un mundo libre de trabajo forzoso, el fortalecimiento de facultades y capacidades de los servicios públicos, que brindan las protecciones a las personas trabajadoras, junto con un sistema de reparación efectivo ante cualquier violación; respeto del derecho colectivo (asociación, negociación, etc.) y a sus organizaciones que lo promueven; ampliación de la cobertura de protección social, de manera que sea inclusiva, equitativa y no discriminatoria, para las personas migrantes; trabajo interinstitucional e internacional, de común esfuerzo en el combate del trabajo forzoso y la trata de personas con fines de trabajo forzoso en las actividades empresariales y las cadenas de suministro, entre otros. Esto por cuanto estar informados y tomar las previsiones del caso, con conocimiento real, hace ciudadanos, más educados y libres, en la toma de sus decisiones, dentro de esta vorágine social.