Festín de contrataciones
Oscar Rodriguez orodriguez@larepublica.net | Lunes 26 marzo, 2012
Aumentaron en 60 mil los burócratas en cinco años
Festín de contrataciones
Planilla estatal pasó de $3,2 mil millones a $8,6 mil millones
En momentos en que se pretende aplicar un nuevo paquete tributario, el incremento en la planilla estatal implica un costo que casi se triplica al pasar de $3,2 mil millones en 2007, a $8,6 mil millones durante este año. Una parte crucial de la actual crisis fiscal.
El Estado ha aumentado los burócratas en 60 mil personas, o sea en un 20% en los últimos cinco años.
El Gobierno se propuso hacer una revisión de su sistema de contratación, pero cedió ante presiones sindicales y ahora no lo hará.
La decisión de aumentar los burócratas tiene un costo trascendental en las finanzas públicas.
La cantidad de dinero que el Estado destina a su planilla aumentó en más del 170% en los últimos cinco años.
Esta nómina toma en cuenta el Gobierno central y entes autónomos. Además incluye universidades, municipalidades y bancos.
Contratar más burócratas, sin tener el dinero, provocó el actual déficit fiscal, que se estima en un 5,5% para este año.
El deterioro en las cuentas gubernamentales es la principal razón por la cual el Gobierno y el Partido Acción Ciudadana insisten en el plan de nuevos impuestos.
Sin embargo, darle más recursos al Estado que no para de crecer no es bueno, argumentan los críticos del proyecto.
“Nos oponemos a más tributos para financiar un gasto público descontrolado y creciente, sin ningún compromiso del Gobierno, para realizar las correcciones”, dijo Arnoldo André, presidente de la Cámara de Comercio.
Además, este crecimiento afecta la economía, ya que el dinero para nuevas obras se destina a la contratación de más trabajadores.
Por cierto que este festín de contrataciones estatales generó el incremento de puestos más grande en las últimas dos décadas.
El crecimiento de empleados públicos dobló al del sector privado que, en los últimos cinco años, tuvo una variación del 9%, frente al 20% del Gobierno, aunque el dato no incluye universidades, municipios ni bancos.
El aumento de la planilla, en varios aspectos es positivo, como la contratación de más maestros.
El problema con el incremento de burócratas es que en muchos casos no han ayudado a dar mejores servicios públicos.
Por ejemplo, la Caja Costarricense de Seguros Social aumentó su planilla en casi 11 mil empleados, pero la mayoría fueron cargos administrativos, en vez del área médica.
De hecho, dos sondeos de LA REPUBLICA mostraron que el público cree que ha empeorado la atención en la Caja y la seguridad ciudadana.
El estímulo al empleo público comenzó con el fin de activar la economía nacional, durante el periodo de crisis, ante la ralentización del empleo privado.
La iniciativa nació en el denominado Plan Escudo en la administración de Oscar Arias. Sin embargo, una medida temporal se convirtió en norma.
También, el Gobierno desechó revisar el actual sistema de empleo público, ante la presión sindical.
El objetivo era regular el crecimiento de los burócratas, argumentaba una directriz presidencial en noviembre pasado.
Sin embargo, la administración de Laura Chinchilla aceptó negociar con los líderes gremiales los cambios en la contratación de burócratas.
Los sindicatos advirtieron que no renunciarán a la rebaja de sus derechos laborales.
Con lo cual la posibilidad de hacer alguna reforma que frene el crecimiento del Estado es poco probable.
Uno de los problemas principales es que no hay forma de limitar el aumento de la planilla de más de 200 instituciones descentralizadas.
Son los propios jerarcas de estos entes quienes determinan sus propios límites.
La Contraloría General de la República y el Gobierno solo pueden instarles a contratar menos personal, pero no obligarlos a detener el crecimiento de la planilla, pese a que son entes públicos.
En el caso del Poder Ejecutivo, el Congreso y la Corte sí se puede impedir el aumento de empleos.
Pero no ha habido compromiso para detener la glotonería en la contratación.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net
Festín de contrataciones
Planilla estatal pasó de $3,2 mil millones a $8,6 mil millones
El Estado ha aumentado los burócratas en 60 mil personas, o sea en un 20% en los últimos cinco años.
El Gobierno se propuso hacer una revisión de su sistema de contratación, pero cedió ante presiones sindicales y ahora no lo hará.
La decisión de aumentar los burócratas tiene un costo trascendental en las finanzas públicas.
La cantidad de dinero que el Estado destina a su planilla aumentó en más del 170% en los últimos cinco años.
Esta nómina toma en cuenta el Gobierno central y entes autónomos. Además incluye universidades, municipalidades y bancos.
Contratar más burócratas, sin tener el dinero, provocó el actual déficit fiscal, que se estima en un 5,5% para este año.
El deterioro en las cuentas gubernamentales es la principal razón por la cual el Gobierno y el Partido Acción Ciudadana insisten en el plan de nuevos impuestos.
Sin embargo, darle más recursos al Estado que no para de crecer no es bueno, argumentan los críticos del proyecto.
“Nos oponemos a más tributos para financiar un gasto público descontrolado y creciente, sin ningún compromiso del Gobierno, para realizar las correcciones”, dijo Arnoldo André, presidente de la Cámara de Comercio.
Además, este crecimiento afecta la economía, ya que el dinero para nuevas obras se destina a la contratación de más trabajadores.
Por cierto que este festín de contrataciones estatales generó el incremento de puestos más grande en las últimas dos décadas.
El crecimiento de empleados públicos dobló al del sector privado que, en los últimos cinco años, tuvo una variación del 9%, frente al 20% del Gobierno, aunque el dato no incluye universidades, municipios ni bancos.
El aumento de la planilla, en varios aspectos es positivo, como la contratación de más maestros.
El problema con el incremento de burócratas es que en muchos casos no han ayudado a dar mejores servicios públicos.
Por ejemplo, la Caja Costarricense de Seguros Social aumentó su planilla en casi 11 mil empleados, pero la mayoría fueron cargos administrativos, en vez del área médica.
De hecho, dos sondeos de LA REPUBLICA mostraron que el público cree que ha empeorado la atención en la Caja y la seguridad ciudadana.
El estímulo al empleo público comenzó con el fin de activar la economía nacional, durante el periodo de crisis, ante la ralentización del empleo privado.
La iniciativa nació en el denominado Plan Escudo en la administración de Oscar Arias. Sin embargo, una medida temporal se convirtió en norma.
También, el Gobierno desechó revisar el actual sistema de empleo público, ante la presión sindical.
El objetivo era regular el crecimiento de los burócratas, argumentaba una directriz presidencial en noviembre pasado.
Sin embargo, la administración de Laura Chinchilla aceptó negociar con los líderes gremiales los cambios en la contratación de burócratas.
Los sindicatos advirtieron que no renunciarán a la rebaja de sus derechos laborales.
Con lo cual la posibilidad de hacer alguna reforma que frene el crecimiento del Estado es poco probable.
Uno de los problemas principales es que no hay forma de limitar el aumento de la planilla de más de 200 instituciones descentralizadas.
Son los propios jerarcas de estos entes quienes determinan sus propios límites.
La Contraloría General de la República y el Gobierno solo pueden instarles a contratar menos personal, pero no obligarlos a detener el crecimiento de la planilla, pese a que son entes públicos.
En el caso del Poder Ejecutivo, el Congreso y la Corte sí se puede impedir el aumento de empleos.
Pero no ha habido compromiso para detener la glotonería en la contratación.
Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net