Gas y petróleo refuerzan presencia de Rusia en Oriente Medio
Bloomberg | Miércoles 21 diciembre, 2016
Después de reinventarse a sí misma como potencia en Oriente Medio con el uso de la fuerza en Siria, Rusia está usando ahora su otro fuerte, la energía, para ampliar su influencia en la región.
Una serie de acuerdos está permitiendo a Rusia y los países del Golfo cooperar en áreas donde tienen intereses comunes, más allá de Siria, donde han apoyado a distintas facciones en una brutal guerra por el poder.
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Solo en el último mes, Rusia ha negociado el primer acuerdo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo y países fuera de la OPEP en 15 años para recortar la producción de petróleo, ha asegurado una inversión de $5 mil millones de Qatar en el gigante petrolero Rosneft PJSC, y después ha logrado que Rosneft acordara pagar hasta $2.800 millones por una participación en un yacimiento de gas egipcio.
“Rusia está muy interesada en aumentar su presencia en Oriente Medio de cualquier manera”, ha declarado Fyodor Lukyanov, presidente del Consejo de Asuntos Exteriores y Defensa de Rusia.
Es un reflejo de cómo los acontecimientos de la región se están combinando a favor del presidente ruso, Vladimir Putin, de una forma que no se ha dado antes.
Un enfriamiento de las alianzas de EE.UU. en el Golfo en los últimos años, el desastre que ha causado el bajo precio del petróleo en las economías que dependen de la energía y un reconocimiento de que Rusia ya no puede ser ignorada en cuestiones de seguridad regional se traduce en que Putin está ampliando cada vez más su acceso a la zona.
Empresas y diplomáticos rusos están abriéndose camino en los mercados de la era soviética del Norte de África e Irán, mientras reviven relaciones políticas, de comercio de armas y energía que se marchitaron tras la caída de la Unión Soviética. Rusia también ha forjado una relación sólida con Egipto a través de su presidente Abdel Fattah al-Sisi.
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Las ambiciones en el Golfo siguen siendo limitadas porque los lazos económicos y de seguridad de Estados Unidos están profundamente imbricados, ha declarado Lukyanov.
Y, si bien la geopolítica ha jugado un papel significativo, las principales motivaciones rusas para crear acuerdos para estabilizar el precio del petróleo y asegurarse la inversión en Rosneft han sido económicas, ha afirmado.
Los diplomáticos involucrados en el acuerdo entre Rusia y la OPEP perciben la amplia diplomacia del petróleo como un área de no-confrontación que ambos lados han utilizado para abrir canales a los más altos niveles para asegurarse un objetivo común, el de subir los precios del petróleo.
El acuerdo ha incluido conversaciones directas entre Putin y sus homólogos de Arabia Saudí e Irán, mientras que el acuerdo final salió de una llamada telefónica nocturna entre los ministros del petróleo de Rusia y Arabia Saudí.
De forma parecida, cuando Qatar compró una participación del 19,5 por ciento en Rosneft, en un acuerdo de 10.200 millones de euros ($10.600 millones) que también ha implicado a Glencore Plc este mes, parte del atractivo del pequeño emirato rico en petróleo era geopolítico, según una fuente relacionada con las negociaciones. Qatar vio la inversión como una vía hacia lazos políticos y de negocios, explicó la fuente, que ha declinado ser identificada debido a la sensibilidad del asunto.