Análisis recomienda aportes de acuerdo con lo que se aportó
“Hay que detener incremento en cotizaciones”, advierte la Academia de Centroamérica
Lejos de contribuir a la salida de crisis del IVM, disminuye el número de contribuyentes
Karla Barquero karlabarquero.asesora@larepublica.net | Miércoles 08 enero, 2020
Este año inició con un aumento en los aportes al régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM); sin embargo, si Costa Rica quiere adecuar ese régimen no debe seguir el camino de incrementos en las cotizaciones o en las edades de pensionarse.
Lo anterior es una advertencia que surge del estudio “El sistema de pensiones en Costa Rica y sus desafíos", elaborado por la Academia de Centroamérica.
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La consecuencia del ajuste de las cotizaciones es que más gente se salga del sistema, especialmente las personas de estratos más bajos que prefieren solventar sus necesidades próximas a aspirar por una pensión, comentó Édgar Robles, economista y exsuperintendente de pensiones encargado del análisis.
Ante este panorama, el estudio sugiere más bien realizar un esfuerzo para reducir el nivel de cotización actual, ya que se prevé que esto aumentaría la cantidad de cotizantes, un mayor empleo formal y un sistema más robusto que incentive el crecimiento económico.
Como salida se considera establecer una pensión mínima para toda la población, acorde con la línea de pobreza, y complementarla con una pensión basada en las contribuciones a lo largo de la vida laboral.
Es decir, lograr pensiones para cada persona de acuerdo con sus contribuciones a lo largo de su vida laboral y eliminar los subsidios existentes, pero sin abandonar el principio de solidaridad.
“El sistema propuesto generaliza el otorgamiento de una pensión mínima solidaria que debería ser financiada con impuestos directos. Cargar, como hoy, excesivamente los costos salariales causan un incremento en los costos de producción de las empresas, comprometen su competitividad y repercute en los precios de sus productos. Esta pensión sería capaz de eliminar la pobreza en vejez”, indica el análisis.
Esto podría ser viable por medio de una reforma que integre el sistema contributivo y el no contributivo, mediante la cual el Estado brinde esa pensión universal igual a la línea de pobreza, la cual sería financiada con impuestos generales.
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Mientras que la Caja pagaría una pensión adicional, bajo un sistema de reparto, basado en cuentas nocionales, mediante el cual se vincula el esfuerzo contributivo de cada trabajador, sean estos asalariados o cuentapropistas, con el monto de la pensión recibida.
Otro aspecto que toma en cuenta el estudio es la disminución de cargas sociales que pesan sobre el empleo formal, como las del programa de asignaciones familiares y que se trasladen a impuestos generales.
“La propuesta que hacemos es lograr que el sistema sea sostenible y evitar la pobreza en la vejez. Es definir el costo de la formalidad en el sistema, porque al lado de las cuotas de la Caja se cobran muchas cargas sociales que no tienen nada que ver con el asalariado”, explicó Robles.
¿Por qué el régimen está en crisis?
Este déficit surge porque el IVM otorga en promedio jubilaciones que duplican el monto al que podría acceder un retirado con base en sus cotizaciones.
El subsidio es pagado por una población activa que se ha ido encogiendo a lo largo del tiempo en relación con los pensionados.
Esto se da por:
- Envejecimiento
- Aumento en la informalidad