Hay que volarse al equipo económico
Albino Vargas Barrantes redaccion@larepublica.net | Lunes 21 septiembre, 2020
La ciudadanía cívico-patriótica activa y organizada debe impulsar una beligerante actividad tendiente a exigir la salida del Gobierno de los tres personajes que son denominados como "equipo económico" del mismo; con la finalidad de dar un fuerte golpe de timón en cuanto a un cambio de rumbo de varias de las fundamentales políticas macro-fiscales y tributario-impositivas que persisten, agravando la exclusión y la desigualdad sociales; las cuales, desde los recientes tiempos pre-pandémicos y en éstos, siguen impulsando el cataclismo de la República a las puertas del Bicentenario de su independencia política con respecto a España.
Se ocupa, al levantar esta bandera, de darle un alto contenido político real al concepto de Democracia Participativa, establecido en el artículo 9 de la actual (y maltrecha), Constitución Política. ¿Por qué afirmar lo anterior? La abrumadora mayoría del pueblo costarricense no está de acuerdo con el rumbo económico que lleva el país; disconformidad que ya estaba contundentemente clara antes de la llegada del covid-19. Sin embargo, este clamor popular no se escucha en los sectores gobiernistas de la hegemonía dominante representada, en cuanto a su gerenciamiento político-cotidiano, por las personas integrantes de ese equipo económico.
Por otra parte, el orden constitucional, para ser claros y precisos, ya viene sufriendo alteraciones de facto, desde el propio parlamento; y éste impulsa legislaciones salidas desde los despachos de las jerarquías políticas de ese equipo económico, el cual no responde a los intereses del bien común, sino a factores de poder real que no pasaron por las urnas electorales en el 2018. Hoy, el gobernado se siente traicionado por el gobernante, como nunca antes había sucedido desde que las estafas político-electorales se volvieron frecuentes con cada elección presidencial y diputadil.
Pilar Garrido Gonzalo, a la cabeza del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan), ejecuta una "cruzada fundamentalista" en contra del empleo público, buscando el establecimiento de un mega-ministerio de corte autoritario-totalitario, por encima de la división constitucional de poderes, piedra angular de la Democracia representativa. Sinceramente, aunque la comparación suene repugnante y desproporcionada, este tipo de ministerios "totales" tienen antecedentes en la Alemania nazi y en los regímenes de "Seguridad Nacional" que se dieron en el cono sur latinoamericano. La continuación de ella en Mideplan es peligrosa para la Democracia.
Elian Villegas Valverde, actual Ministro de Hacienda, no es la figura política idónea para ocupar una cartera como ésta; caracterizada la misma por el fenómeno de las “puertas giratorias”; es decir, esa clase de mandos que salen de y entran a la institución, rotando en el mundo de lo tributario fiscal; ya sea dizque combatiendo la evasión (cuando están dentro del ministerio), o procurando el pago impositivo al mínimo o no del todo (cuando están “del otro lado de la acera” ministerial).
Las últimas personas ocupantes de la máxima silla política ministerial en la cartera de Hacienda, estuvieron en esa “zona de confort” político ante el gran poder de los grupos de las “puertas giratorias”. Nótese que ningún anuncio de relevancia estratégica ha formulado don Elián en el tema del espantoso robo de impuestos, pese a que la cifra de 8 puntos porcentuales del PIB son realidad incontrastable actualmente.
Con respecto al tercer integrante del equipo económico gubernamental, el señor Presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), don Rodrigo Cubero Brealey, tecnócrata de larga trayectoria trabajando para el Fondo Monetario Internacional (FMI); está manejando las reservas internacionales del país, en dólares, casi como si fuese su “propiedad personal”; sin posibilidad alguna de que Costa Rica pueda considerar una utilización de parte de las mismas para la grave situación socioeconómica y de salud que estamos viviendo.
Aferrado al dogma de la ortodoxia neoliberal en el cuestionado criterio de la “independencia” del Banco Central, don Rodrigo desestima planteamientos de alta seriedad formulados por otros economistas costarricenses para los cuales la utilización de mil millones de dólares, o un poco más de esas reservas, no va a descalabrar el esquema macro-fiscal fundamental que tanto le preocupa a él. Todo lo contrario, esas visiones alternativas a las de don Rodrigo procuran un abordaje con mayor sentido humanista de la situación nacional crítica que miles y miles de compatriotas están viviendo en estos momentos.
Doña Pilar, don Elián y don Rodrigo deben irse del Gobierno. La presión popular organizada, pacífica, responsablemente articulada debe entrar en acción para lograrlo. Y, si bien, literalmente “volárselos” puede sonar grotesco; estamos hablando, también, en un plano simbólico. Es decir, obligarles a ir a una mesa de negociación nacional, con fuerte discusión sobre sus posiciones contrarias al bien común, con una oposición cívico-ciudadana, fortalecida por la movilización, la cual ha venido construyendo la necesaria visión alternativa a la de estas tres personas que, sin duda alguna, están llevándonos al desastre. Pero, sin esa articulación movilizadora y organizada desafiante, por más sólidas que sean las propuestas alternativas, los tres seguirán haciendo de las suyas en contra de la gente.
Albino Vargas Barrantes
Secretario General
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)