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Igual que en Haití: alcantarillado colapsado

Oscar Rodriguez orodriguez@larepublica.net | Viernes 31 agosto, 2012




Actualizar redes de agua residual costaría $200 por persona
Igual que en Haití: alcantarillado colapsado

Contaminación constituye amenaza a abastecimiento y playas

La situación nacional en el tema de líquidos residuales es tan caótica que está al nivel de Haití, el país más pobre del continente, dado que el agua está en camino a ser envenenada a causa de este problema.
Muy poca agua recibe tratamiento, y el riesgo es que en un corto plazo contamine las fuentes de agua potable, además de atentar contra la economía.
Para revertir el problema del nulo tratamiento de las aguas residuales, cada uno de nosotros tendría que pagar más de $200 para resolver el rezago, así como la necesidad de inversión.
El país actualmente dispone de apenas $40 por ciudadano, dejando la amenaza de contaminación a las fuentes de agua, ríos y playas, con un efecto adverso en la salud de las personas, así como en la producción nacional.
El riesgo inminente es en la contaminación de las fuentes de abastecimiento, usadas para que usted reciba agua potable en su casa o empresa.
De hecho, los episodios de detección de material contaminante aumentó en las plantas en las que se trata el agua para consumo humano en los últimos años.
Se calcula que diariamente caen al río Virilla más de 250 mil metros cúbicos de aguas sin ningún tipo de tratamiento.
Este río, junto con el Reventazón, reciben el 70% de los desechos fecales del país.
Hay también contaminación química, el año anterior se detectó por primera vez arsénico en el agua potable de Guanacaste, con niveles que duplicaron el valor máximo permitido.
Tomar agua con este químico puede generar enfermedades en la piel, pulmones, vejiga e hígado.
La baja calidad del agua podría además golpear la producción, incluido el turismo, dado que algunas de las playas con mayor afluencia de visitantes —Cahuita, El Coco, Carrillo, Jacó y Montezuma— tiene altas concentraciones de contaminación.
Asimismo, si se detecta una mayor afectación de fuentes de agua en zonas de crecimiento económico podría limitarse aún más el otorgamiento de permisos de construcción para desarrollo en Guanacaste y el Oeste de San José.
Por su parte, las compañías en que el agua es fundamental para su negocio, principalmente las de bebidas, enfrentarían dificultades si sus fuentes de abastecimiento sufren algún tipo de contaminación a causa de terceros.
Para evitar que este problema se convierta en una emergencia, el país necesita invertir casi $1 mil millones para mejorar y ampliar el alcantarillado sanitario actual, y responder al crecimiento.
Usted pagaría ese dinero a través de su factura e impuestos, dado que la mayoría de la infraestructura será financiada a través de préstamos con respaldo estatal.
Actualmente solo un 16% de la población, la mayoría del Area Metropolitana, tiene alcantarillado.
Además, el 96% de las aguas servidas de Costa Rica no reciben algún tipo de tratamiento antes de ir a parar a los ríos.
Pese a la urgencia por resolver el problema de las aguas residuales, apenas se tiene previsto menos de una cuarta parte de lo necesario.
Los recursos, poco más de $150 millones, están a disposición estatal para la construcción del Alcantarillado Metropolitano, proyecto que tiene más de seis años de atraso.
Además el proyecto es catalogado como el más importante en temas sanitarios en 25 años.
Los restantes $750 millones tendrían que salir de nuevos créditos y de las tarifas que los usuarios pagan por los servicios de alcantarillado y agua potable.
Los recursos generados por este último servicio financiarían, mediante subvención los desarrollos.
Máxime porque la intención estatal de incrementar sus ingresos por el cobro de los servicios fue aceptada parcialmente.
El resultado es que los ingresos de Acueductos y Alcantarillados, principal proveedor nacional, crecerán menos impactando negativamente las inversiones a 2015.
Por ahora, los únicos trabajos para recolección de aguas residuales realizados —en los últimos tres años— son pequeñas obras correctivas en Limón, Cañas y Liberia.
Ante la falta de respuesta pública, los desarrolladores inmobiliarios y los empresarios optan por la utilización de tanques sépticos.
Por eso, casi un 80% de la población usa este sistema en el tratamiento de sus desechos sanitarios.

Oscar Rodríguez
orodriguez@larepublica.net






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