INA apunta al remozamiento
Gabriela Masis gmasis@larepublica.net | Viernes 20 mayo, 2011
Para su renovación hará una inversión cercana a los ¢35 mil millones
INA apunta al remozamiento
Al año, Instituto gradúa cerca de 300 mil personas en distintas áreas técnicas
El Instituto Nacional de Aprendizaje inició un proceso de remozamiento para atender las demandas de un mundo más competitivo y con mayores exigencias, a fin de ofrecer una educación más especializada. Al respecto, Olman Segura, presidente ejecutivo de la institución habla a LA REPUBLICA de cómo responderán al nuevo contexto.
La presidenta Laura Chinchilla habla de la necesidad de profundizar en la educación técnica, en ese sentido, ¿que está atendiendo el Instituto Nacional de Aprendizaje?
Como parte de los cambios en la educación técnica, estamos revisando el currículum, el programa, renovando el equipo, e incluso revisando el tipo de instrucción del cuerpo docente.
El primer año se orientó hacia ese ponerse al día, en el Instituto avanzamos en la actualización de los programas ante las necesidades del país, como por ejemplo pasar de la enseñanza en la reparación de equipos mecánicos, a la de equipos digitalizados, o electrónicos.
En esa preparación se han invertido recursos y se ha enviado personal al exterior a que se actualice, para así tener una nueva oferta en los procesos de educación técnica.
¿Para ese remozamiento cuánto se requiere?
Tenemos ¢15 mil millones de superávit. Pero no nos alcanza. Para los 12 equipos de trabajo y para las 54 sedes regionales se requieren ¢10 mil millones para equipos; para desarrollo de infraestructura, ¢23 mil millones; adicionalmente, para nuevas tecnologías se invierten ¢1.000 millones por año y para la actualización del personal en dos años se han invertido ¢800 millones.
¿Qué visualizan como parte de esa renovación?
Todo esto se hizo bajo preceptos académicos y de planificación bajo la consulta a empresarios para conocer sus necesidades.
Como producto de eso se iniciará un proceso novedoso, como es la reparación de autos híbridos, con el establecimiento de un convenio con la Mitsubishi para conocer el funcionamiento de los carros eléctricos.
La idea es estarse renovando y que el trabajo de la institución avance.
Hay una descompensación entre la oferta académica y las necesidades reales, tal vez el futuro del país está en la formación de un supertécnico.
En ese sentido hay conversaciones con el Ministerio de Educación, para coordinar con los colegios técnicos.
Estamos incentivando áreas como la de aviación, aeroespacial y aeronáutica; al respecto, se está diseñando una carrera para supertécnicos, para lo cual hay contactos con Franklin Chang.
¿Se piensa en la educación técnica como una alternativa?
En Alemania, Dinamarca, Italia y los países nórdicos la educación técnica es una alternativa desde el principio del proceso educativo. En el país vamos hacia esa tendencia.
Sin embargo, el INA en la actualidad tiene una demanda muy grande.
La matrícula es de 30 mil y se gradúan anualmente unas 300 mil personas.
Hay carreras muy demandadas, ¿hay capacidad para enfrentarlo?
En efecto, en áreas de alta demanda se buscan alternativas. Por un lado se aumentan los profesores, se contratan centros privados y públicos, en lo que se han invertido este año ¢1.500 millones. Por ejemplo para la educación de inglés se contrató con el Centro Cultural Norteamericano o el de Inglaterra.
También se impulsan sistemas de educación convergentes, que mezclan la educación por televisión, los sistemas de Internet y el Skype. Como parte de ello se han firmado convenios con el Sistema Nacional de Radio y Televisión.
Hoy ha surgido competencia con la creación de centros privados para la educación técnica.
El Instituto Costarricense de Electricidad y la Dos Pinos tienen sus propias iniciativas. Pero nosotros capacitamos parte de sus funcionarios.
Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net
INA apunta al remozamiento
Al año, Instituto gradúa cerca de 300 mil personas en distintas áreas técnicas
El Instituto Nacional de Aprendizaje inició un proceso de remozamiento para atender las demandas de un mundo más competitivo y con mayores exigencias, a fin de ofrecer una educación más especializada. Al respecto, Olman Segura, presidente ejecutivo de la institución habla a LA REPUBLICA de cómo responderán al nuevo contexto.
La presidenta Laura Chinchilla habla de la necesidad de profundizar en la educación técnica, en ese sentido, ¿que está atendiendo el Instituto Nacional de Aprendizaje?
Como parte de los cambios en la educación técnica, estamos revisando el currículum, el programa, renovando el equipo, e incluso revisando el tipo de instrucción del cuerpo docente.
El primer año se orientó hacia ese ponerse al día, en el Instituto avanzamos en la actualización de los programas ante las necesidades del país, como por ejemplo pasar de la enseñanza en la reparación de equipos mecánicos, a la de equipos digitalizados, o electrónicos.
En esa preparación se han invertido recursos y se ha enviado personal al exterior a que se actualice, para así tener una nueva oferta en los procesos de educación técnica.
¿Para ese remozamiento cuánto se requiere?
Tenemos ¢15 mil millones de superávit. Pero no nos alcanza. Para los 12 equipos de trabajo y para las 54 sedes regionales se requieren ¢10 mil millones para equipos; para desarrollo de infraestructura, ¢23 mil millones; adicionalmente, para nuevas tecnologías se invierten ¢1.000 millones por año y para la actualización del personal en dos años se han invertido ¢800 millones.
¿Qué visualizan como parte de esa renovación?
Todo esto se hizo bajo preceptos académicos y de planificación bajo la consulta a empresarios para conocer sus necesidades.
Como producto de eso se iniciará un proceso novedoso, como es la reparación de autos híbridos, con el establecimiento de un convenio con la Mitsubishi para conocer el funcionamiento de los carros eléctricos.
La idea es estarse renovando y que el trabajo de la institución avance.
Hay una descompensación entre la oferta académica y las necesidades reales, tal vez el futuro del país está en la formación de un supertécnico.
En ese sentido hay conversaciones con el Ministerio de Educación, para coordinar con los colegios técnicos.
Estamos incentivando áreas como la de aviación, aeroespacial y aeronáutica; al respecto, se está diseñando una carrera para supertécnicos, para lo cual hay contactos con Franklin Chang.
¿Se piensa en la educación técnica como una alternativa?
En Alemania, Dinamarca, Italia y los países nórdicos la educación técnica es una alternativa desde el principio del proceso educativo. En el país vamos hacia esa tendencia.
Sin embargo, el INA en la actualidad tiene una demanda muy grande.
La matrícula es de 30 mil y se gradúan anualmente unas 300 mil personas.
Hay carreras muy demandadas, ¿hay capacidad para enfrentarlo?
En efecto, en áreas de alta demanda se buscan alternativas. Por un lado se aumentan los profesores, se contratan centros privados y públicos, en lo que se han invertido este año ¢1.500 millones. Por ejemplo para la educación de inglés se contrató con el Centro Cultural Norteamericano o el de Inglaterra.
También se impulsan sistemas de educación convergentes, que mezclan la educación por televisión, los sistemas de Internet y el Skype. Como parte de ello se han firmado convenios con el Sistema Nacional de Radio y Televisión.
Hoy ha surgido competencia con la creación de centros privados para la educación técnica.
El Instituto Costarricense de Electricidad y la Dos Pinos tienen sus propias iniciativas. Pero nosotros capacitamos parte de sus funcionarios.
Gabriela Masís
gmasis@larepublica.net