Intereses altos provocarían desaceleración
Wilmer Murillo wmurillo@larepublica.net | Sábado 09 agosto, 2008
Después de crecer dos años a un ritmo del 8%, el PIB este año apenas subiría un 3,3%
Intereses altos provocarían desaceleración
• Crédito bancario también se contraería
• Empresas deberán ser más cautelosas con sus proyecciones
Wilmer Murillo
wmurillo@larepublica.net
Las tasas de interés se encuentran en franco ascenso como parte de un esfuerzo de la autoridad monetaria por reducir la inflación y estimular el ahorro.
Las tendencias alcistas de las tasas de interés que vienen dadas por las restricciones monetarias, proyectan una mayor desaceleración de la producción.
Además se espera que la política monetaria contractiva afecte el gasto interno, que se daría como resultado de una contracción del crédito.
El Banco Central rediseñó el programa monetario para lo que resta de este año y 2009, partiendo de los golpes externos que impactaron fuertemente el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y la inflación el primer semestre.
Este “enfriamiento” económico se dará en el contexto de la nueva política monetaria y cambiaria de corte restrictivo.
Para este año el Banco Central decidió bajar levemente su pronóstico de crecimiento real de la producción, pues pasó de un 3,8% a un 3,3%.
De lo anterior se infiere que para soslayar los riesgos de una inflación generalizada y un ensanchamiento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, se va a dar un menor crecimiento económico.
Lo anterior preocupa a algunos sectores empresariales, quienes señalan que la capacidad del país de alcanzar el desarrollo depende en gran medida del crecimiento de su producción total de bienes y servicios.
“El sector privado está enfrentando ya la desaceleración del crédito para actividades productivas por las nuevas regulaciones financieras, lo que dificultará las posibilidades del potenciar la inversión”, dijo Manuel Rodríguez, presidente de la Unión de Cámaras.
Las tasas de intereses mayores disminuyen la cantidad de proyectos que son rentables, por lo cual es de esperar que con un aumento de las tasas de interés, la inversión se vea reducida, afectando directamente la producción, dijo Manrique Lizano, analista del Grupo Financiero Acobo.
Con el alza de los tipos de interés también se prevé una disminución del consumo.
“Un aumento de las tasas de interés genera que muchos agentes económicos cambien sus hábitos actuales de consumo, prefiriendo ahorrar a una determinada tasa, para poder ejercer un consumo futuro de mayor cuantía al que podrían obtener actualmente”, adujo Lizano.
El aumento de los tipos de interés, junto con la contracción del crédito, tienden a afectar negativamente el crecimiento del PIB, confirmaron por su parte, economistas de la Academia de Centroamérica.
En ese sentido, Oscar Cabada, presidente de la Cámara de Comercio, considera que las empresas tendrán que ser cautelosas en el manejo de sus proyecciones, pues la rotación de inventarios será menor a partir de un menor crecimiento de las ventas.
“Las utilidades serán menores, producto del impacto de los recientes ajustes en el sistema cambiario”, señaló.
De acuerdo con el Banco Central, el comportamiento esperado para la economía de Estados Unidos incidirá también en la desaceleración prevista de la economía local, en particular la producción de empresas ligadas a regímenes especiales de comercio.
Adicionalmente, factores coyunturales como los que han afectado la producción de algunos bienes tecnológicos destinados en forma exclusiva a la exportación, continuarán incidiendo sobre la evolución negativa del PIB.
El refrán dice que “tras de cuernos palos”. Así, los ingresos que se generan en el proceso productivo, por ejemplo, continuarán afectados por el deterioro de los términos de intercambio, de forma tal que el ingreso nacional disponible real se estima crecerá solo un 3,6% en 2008, aunque tendería a recuperarse lentamente a partir de 2009, año en que reflejará un incremento del 3,8%.
Este año el país deberá cubrir una factura petrolera de ¢2.457 millones (8% del PIB), más elevada que la del año anterior.
El programa monetario revisado supone un precio para el coctel de hidrocarburos de $150 el barril este año.
Como resultado de lo anterior se prevé que la relación del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos respecto al valor nominal de la producción, aumente este año; aunado a la combinación de políticas restrictivas del lado de la demanda y la continuada desaceleración de las exportaciones.
Intereses altos provocarían desaceleración
• Crédito bancario también se contraería
• Empresas deberán ser más cautelosas con sus proyecciones
Wilmer Murillo
wmurillo@larepublica.net
Las tasas de interés se encuentran en franco ascenso como parte de un esfuerzo de la autoridad monetaria por reducir la inflación y estimular el ahorro.
Las tendencias alcistas de las tasas de interés que vienen dadas por las restricciones monetarias, proyectan una mayor desaceleración de la producción.
Además se espera que la política monetaria contractiva afecte el gasto interno, que se daría como resultado de una contracción del crédito.
El Banco Central rediseñó el programa monetario para lo que resta de este año y 2009, partiendo de los golpes externos que impactaron fuertemente el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y la inflación el primer semestre.
Este “enfriamiento” económico se dará en el contexto de la nueva política monetaria y cambiaria de corte restrictivo.
Para este año el Banco Central decidió bajar levemente su pronóstico de crecimiento real de la producción, pues pasó de un 3,8% a un 3,3%.
De lo anterior se infiere que para soslayar los riesgos de una inflación generalizada y un ensanchamiento del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, se va a dar un menor crecimiento económico.
Lo anterior preocupa a algunos sectores empresariales, quienes señalan que la capacidad del país de alcanzar el desarrollo depende en gran medida del crecimiento de su producción total de bienes y servicios.
“El sector privado está enfrentando ya la desaceleración del crédito para actividades productivas por las nuevas regulaciones financieras, lo que dificultará las posibilidades del potenciar la inversión”, dijo Manuel Rodríguez, presidente de la Unión de Cámaras.
Las tasas de intereses mayores disminuyen la cantidad de proyectos que son rentables, por lo cual es de esperar que con un aumento de las tasas de interés, la inversión se vea reducida, afectando directamente la producción, dijo Manrique Lizano, analista del Grupo Financiero Acobo.
Con el alza de los tipos de interés también se prevé una disminución del consumo.
“Un aumento de las tasas de interés genera que muchos agentes económicos cambien sus hábitos actuales de consumo, prefiriendo ahorrar a una determinada tasa, para poder ejercer un consumo futuro de mayor cuantía al que podrían obtener actualmente”, adujo Lizano.
El aumento de los tipos de interés, junto con la contracción del crédito, tienden a afectar negativamente el crecimiento del PIB, confirmaron por su parte, economistas de la Academia de Centroamérica.
En ese sentido, Oscar Cabada, presidente de la Cámara de Comercio, considera que las empresas tendrán que ser cautelosas en el manejo de sus proyecciones, pues la rotación de inventarios será menor a partir de un menor crecimiento de las ventas.
“Las utilidades serán menores, producto del impacto de los recientes ajustes en el sistema cambiario”, señaló.
De acuerdo con el Banco Central, el comportamiento esperado para la economía de Estados Unidos incidirá también en la desaceleración prevista de la economía local, en particular la producción de empresas ligadas a regímenes especiales de comercio.
Adicionalmente, factores coyunturales como los que han afectado la producción de algunos bienes tecnológicos destinados en forma exclusiva a la exportación, continuarán incidiendo sobre la evolución negativa del PIB.
El refrán dice que “tras de cuernos palos”. Así, los ingresos que se generan en el proceso productivo, por ejemplo, continuarán afectados por el deterioro de los términos de intercambio, de forma tal que el ingreso nacional disponible real se estima crecerá solo un 3,6% en 2008, aunque tendería a recuperarse lentamente a partir de 2009, año en que reflejará un incremento del 3,8%.
Este año el país deberá cubrir una factura petrolera de ¢2.457 millones (8% del PIB), más elevada que la del año anterior.
El programa monetario revisado supone un precio para el coctel de hidrocarburos de $150 el barril este año.
Como resultado de lo anterior se prevé que la relación del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos respecto al valor nominal de la producción, aumente este año; aunado a la combinación de políticas restrictivas del lado de la demanda y la continuada desaceleración de las exportaciones.