Opinión
Inversión segura
Fabio Parreaguirre fparreaguirre@larepublica.net | Jueves 23 mayo, 2019
Está claro que los costarricenses todavía no lo entienden así, pues lo consideran un gasto innecesario y no maximizan su significado de inversión hasta que lo utilizan.
El seguro es una inversión, en muchos casos, incomprendida; por una parte, si no se usa se le considera una pérdida de dinero; por otra, si se usa, se le llama “bendición”.
“¡Gracias a Dios tenía seguro!”, es la expresión que mucho dicen al momento de una eventualidad.
La educación financiera es un tema pendiente, más en lo que a seguros se refiere, algo que la Superintendencia, las aseguradoras, corredores o agencias deberán impulsar si quieren ver crecer este mercado.
Todas las inversiones tienen un riesgo menos el seguro, pues no solo minimiza riesgos de eventualidades, sino que cuida su billetera.
Por ahí es que debe venir la educación, en poner el sentido de experiencia, aunque en muchos casos dolorosa, ya que el seguro está hecho para minimizar siniestralidades.
Las personas concientizan más ante situaciones reales y cuando se les “monetiza”, por medio de ejemplos, las virtudes de un producto o servicio.
Es por esto, que indico que el seguro es una inversión, nunca un gasto, porque, así como un bono, un certificado a plazo o cualquier otro instrumento de entrega de dinero extra, el seguro me hace no tener que perder dinero – o incluso tener que pedir un préstamo – ante eventualidades.
Una comunicación asertiva no teórica, sino con ejemplos, vivencias, notas y videos es mi propuesta para convertir algo intangible en tangible.
El futuro no se puede predecir, pero sí asegurar.