Istmo reabre puertas comerciales
Natasha Cambronero redaccion@larepublica.net | Viernes 03 julio, 2009
Istmo reabre puertas comerciales
Empresarios temen que medida vuelva a instalarse
Luego de 48 horas, las fronteras de El Salvador, Guatemala y Nicaragua ayer volvieron a abrir sus puertas comerciales a Honduras.
Si bien el impedimento de tránsito vía terrestre de mercadería catracha pretendía presionar al gobierno de facto que se instaló en Honduras desde el domingo, este se suspendió por la presión de los exportadores.
Los empresarios mostraron su rechazo a la medida, pues no solo afectaba a la nación catracha, sino también al resto de los países.
Los exportadores reprocharon que asuntos políticos interfieran con aspectos comerciales.
“Los representantes del sector exportador nos unimos para manifestar los grandes problemas que se presentaron para el comercio de la región con la decisión de cerrar ciertas fronteras. El cierre fronterizo estaba teniendo un impacto muy fuerte, son muchas las empresas que exportamos a Honduras, y algunas lo hacen diariamente”, señaló Sergio Navas, vicepresidente de la Cámara de Exportadores de Costa Rica.
Aunque la barrera comercial ya se levantó, los industriales de la región temen que la medida vuelva a retomarse de no haber una mejora en la situación política en Honduras.
Además, son conscientes de los efectos que generará el toque de queda que instauró el nuevo gobierno.
“La restricción interregional ya se superó, pero internamente ahora en Honduras vamos a tener problemas; en la noche hay toque de queda tanto para personas como para mercancías, lo cual nos afecta la libre circulación y nos reduce las horas útiles”, dijo Juan María González, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones Industriales de Centroamérica y República Dominicana.
De momento, todavía no se ha cuantificado lo que representó el cierre fronterizo; sin embargo, en naciones como Guatemala se estima que superaron los $4 millones.
Mientras que en Tegucigalpa el Consejo Hondureño de la Empresa Privada, estimó que el istmo perdió unos $20 millones.
Desde las cero horas de ayer la aduana del Amatillo en la frontera entre Honduras y El Salvador reabrió sus puertas; no obstante, el tránsito era lento, ya que había una gran cantidad de vehículos esperando y además se daba prioridad al transporte de los productos perecederos.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net
Empresarios temen que medida vuelva a instalarse
Luego de 48 horas, las fronteras de El Salvador, Guatemala y Nicaragua ayer volvieron a abrir sus puertas comerciales a Honduras.
Si bien el impedimento de tránsito vía terrestre de mercadería catracha pretendía presionar al gobierno de facto que se instaló en Honduras desde el domingo, este se suspendió por la presión de los exportadores.
Los empresarios mostraron su rechazo a la medida, pues no solo afectaba a la nación catracha, sino también al resto de los países.
Los exportadores reprocharon que asuntos políticos interfieran con aspectos comerciales.
“Los representantes del sector exportador nos unimos para manifestar los grandes problemas que se presentaron para el comercio de la región con la decisión de cerrar ciertas fronteras. El cierre fronterizo estaba teniendo un impacto muy fuerte, son muchas las empresas que exportamos a Honduras, y algunas lo hacen diariamente”, señaló Sergio Navas, vicepresidente de la Cámara de Exportadores de Costa Rica.
Aunque la barrera comercial ya se levantó, los industriales de la región temen que la medida vuelva a retomarse de no haber una mejora en la situación política en Honduras.
Además, son conscientes de los efectos que generará el toque de queda que instauró el nuevo gobierno.
“La restricción interregional ya se superó, pero internamente ahora en Honduras vamos a tener problemas; en la noche hay toque de queda tanto para personas como para mercancías, lo cual nos afecta la libre circulación y nos reduce las horas útiles”, dijo Juan María González, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones Industriales de Centroamérica y República Dominicana.
De momento, todavía no se ha cuantificado lo que representó el cierre fronterizo; sin embargo, en naciones como Guatemala se estima que superaron los $4 millones.
Mientras que en Tegucigalpa el Consejo Hondureño de la Empresa Privada, estimó que el istmo perdió unos $20 millones.
Desde las cero horas de ayer la aduana del Amatillo en la frontera entre Honduras y El Salvador reabrió sus puertas; no obstante, el tránsito era lento, ya que había una gran cantidad de vehículos esperando y además se daba prioridad al transporte de los productos perecederos.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net