La Costa Rica análoga desnudada por el Covid-19
Jonathan Prendas jonathan.prendas@gmail.com | Lunes 22 junio, 2020
La Costa Rica análoga, arcaica y ligada al siglo pasado, fue desnudada completamente por el Covid-19. El principal golpe de realidad nos lo dio la pandemia en el campo de la educación, pero también nos puso rubor en temas esenciales para la reactivación económica como el poco avance en los trámites virtuales.
En cuanto al tema educativo, el virus nos mostró que Costa Rica no es capaz de continuar enseñándole a todos nuestros niños y jóvenes sobre Matemáticas, Ciencias y Estudios Sociales mediante métodos tecnológicos; profundizó las brechas, propiciando más desigualdad.
De acuerdo con el Ministerio de Educación Pública (MEP), la mitad de los estudiantes en este país (el 50% incluye a más de 500 mil personas) no tienen acceso permanente a internet, computadora, tableta o teléfono inteligente, y medio estudian con fotocopias. Algunos reciben material vía WhatsApp, cuando pueden pagar por una recarga en un dispositivo electrónico.
En esas circunstancias, muchísimos estudiantes no pueden evacuar sus dudas con los profesores y maestros, de hecho casi no tienen contacto con ellos. Entre los más pobres, el 10% no tiene conexión a internet y casi la mitad se logra conectar únicamente mediante un teléfono. Solo el 37% de ellos tiene buen acceso.
La educación no es la única rama que quedó desnuda. En media crisis ocasionada por el Covid-19, los costarricenses también se toparon de frente con el muro de la tramitología: todavía muchísimos trámites no pueden hacerse de manera virtual y sencilla.
Según la Encuesta Pulso Empresarial, los empresarios no ven resultados concretos en la simplificación de los trámites ni una agenda clara para mejorar el clima de negocios en el país. Los cambios son pocos, y avanzan lento a pesar de que el gobierno anunció una serie de medidas de transformación digital de cara a su cacareada celebración del Bicentenario.
Remiendos sí existen, pero han sido ineficaces. En mayo, el gobierno anunció la simplificación de 199 trámites en instituciones públicas, mediante el uso de la declaración jurada, pero esta iniciativa es un refrito de otra similar que el propio presidente Alvarado ya había firmado un año antes, sin ningún resultado concreto.
A este rezago, el gobierno respondió de manera cortoplacista, y propuso tomar ¢40.000 millones del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (FONATEL) para amortizar deuda, en lugar de usar ese dinero para reducir la brecha tecnológica en el país y dotar a todos los costarricenses de las herramientas necesarias para conectarse mejor con el mundo, con la educación, con el trabajo, con las oportunidades.
La tendencia de los países que apuestan por el desarrollo de su gente es tener gobiernos digitales abiertos, transparentes y que entienden la era digital. Buscan que cualquier persona pueda acceder a servicios públicos eficientes que mejoren su calidad de vida, permitan hacer negocios con más rapidez y disminuyan la cantidad de trámites.
No podemos darnos el lujo de perder más tiempo, de perder generaciones enteras, sumidas en el oscurantismo analógico, del conocimiento y de la eficiencia. El Covid-19 nos desnudó, pero no podemos renunciar a vivir mejor; Nueva República aboga porque el siglo XXI de verdad llegue a nuestro país.
Jonathan Prendas
Diputado
Nueva República