La economía circular: ¿El nuevo paradigma después del Covid?
Felipe Guadamuz Flores redaccion@larepublica.net | Jueves 14 enero, 2021
Volando Guayabazos
Ha llegado el momento de tomar ventaja sobre el cambio de época que se avecina por el Covid-19 y comenzar a formular políticas de negocios y públicas con miras hacia un salto gigantesco en ciencia y tecnología nunca antes visto. Como resultado, es hora de dejar de desperdiciar para más bien reutilizar, reciclar y ahorrar, no solo lo dice este columnista sino también Morgan Stanley en su análisis con respecto a la economía mundial para el 2021.
La peste negra llevó a Isaac Newton a formular su teoría de la gravedad y en un aspecto más amplio a la época de la Ilustración. De ella salieron los conceptos científicos, económicos, legales, filosóficos, en fin, una amplísima gama de crecimiento en todas las áreas del saber y esto también incluyó a la Revolución Industrial.
Posteriormente, las dos guerras mundiales del siglo XX llevaron a la revolución informática y el Covid 19 podría llevarnos a una revolución que podría ir más allá de la cuántica. Sin embargo, para poder lograr todos estos avances, la humanidad debe estar aquí y ahora y esto implica comenzar a aplicar ideas no tan nuevas, pero sí de mucha utilidad, como, por ejemplo, la economía circular.
Este tipo de economía busca crear un ciclo, he ahí el por qué se la he denominado circular, y así no desperdiciar los valiosos recursos naturales. Todavía en la escuela recuerdo que nos enseñaban que el agua era un recurso inagotable, pero tan solo hace unas semanas ya el agua se comenzó a cotizar en bolsa, lo cual no debería de sorprender, pues, ya son varias décadas en las cuales se ha venido advirtiendo sobre una eventual escasez del recurso hídrico.
Algunas tiendas y supermercados han tomado la decisión de no dar bolsas plásticas y que las personas utilicen bolsas de tela. Según un estudio realizado en Estados Unidos, para comenzar a compensar todo el gasto en la fabricación de una bolsa de tela, se tendría que utilizar 135 veces, sin embargo, hay supermercados acostumbrados a traer productos de mala calidad, incluyendo la bolsas de tela, que en menos de seis meses, yendo una vez por semana a hacer las compras, se deshilachan o comienzan a desprenderse las agarraderas.
Utilizar 135 veces una bolsa de tela, asumiendo que la persona realiza sus compras en el supermercado una vez por semana, implicaría utilizar esa bolsa durante dos años y siete meses seguidos, pero las bolsas de ciertos supermercados no duran ni seis meses. Más pareciera que toda la publicidad con bombos y platillos de que ya no usan bolsas plásticas no tomó en cuenta el costo real de fabricar esas bolsas.
Este es tan solo un ejemplo de esas ideas que parecieran ser la solución al problema cuando en realidad son más el problema para la solución. Lo mismo ocurre con los carros eléctricos y las baterías de litio. ¿Cuál es el costo real de fabricar una batería de litio o el desgaste mayor de los vehículos eléctricos en sus llantas con respecto a los costos de un vehículo normal?
Ser en vez de parecer. Muchas de estas ideas con respecto al medio ambiente no toman en cuenta los costos reales al planeta sino solo ciertos factores. Sin embargo, con el advenimiento de una economía circular, en medio de una pandemia y con una población mundial en crecimiento, esos aspectos de la economía circular como la reutilización adquirirán suma importancia para poder lidiar con el crecimiento demográfico y la correspondiente escasez de los recursos.
¿Será la economía circular la nueva “Gig Economy” o pasará más bien a formar parte de la “Gig Economy”? Es difícil de decir en este momento, pero lo que sí debe quedar claro es la necesidad real de comenzar a resolver los problemas antes de que pasen, no con ideas para aparentar pero que más bien llevan a que el caldo salga más caro que los huevos, como no usar bolsas plásticas, al menos que estas empresas vendan bolsas de tela de calidad y que efectivamente haya un compromiso real de los consumidores un llevar sus bolsas a los supermercados y así contribuir con el medio ambiente. Eso sí sería comenzar a aplicar una economía circular.