La gobernanza de la Inteligencia Artificial
María Pilar Corrales Vargas mariapilar.corralescr@gmail.com | Martes 15 octubre, 2024
María Pilar Corrales Vargas
La ciudadanía se encuentra escéptica con la aparición de la inteligencia artificial, pensando en que serán reemplazados por un computador, sin embargo se está dejando de lado los avances científicos y tecnológicos revolucionarios que la misma trae para que se ejecuten mejor los trabajos como herramientas y no como reemplazos, los cambios a nivel industrial, o empresarial, y la transformación radical de la estructura sociopolítica del Estado.
La importancia de la IA se da en el sector privado como en el sector público, ya que pretende mejorar significativamente la eficiencia, la toma de decisiones y la innovación.
Actualmente se encuentra el reto de regular la nueva tecnología que esta emergente para lograr potenciarla adecuadamente pero sobre todo mitigar sus riesgos y equilibrar los intereses y desigualdades en su acceso. Pero se cuenta con un enorme rezago normativo y un acceso limitado a la información referente a la inteligencia artificial, sus usos, limitaciones, riesgos, y beneficios.
Algunos órganos y países han tenido avances, como la creación de un órgano asesor de alto nivel en inteligencia artificial por parte de las Naciones Unidas, la primer cumbre de lideres mundiales en donde se abordó los riesgos para la seguridad generados por la IA, visibilizando la importancia de crear regímenes de gobernanza para la inteligencia artificial, y con ello propiciar la innovación a los problemas socioeconómicos de un Estado. Asimismo Estados Unidos, Canadá, Argentina y la Comisión Europea ya han elaborado normativa importante en la materia, como la regulación de la toma de decisiones estandarizada, el uso de la tecnología para la redacción de sentencias, medición de riesgos y requisitos, entre otras regulaciones.
Costa Rica debe de basar la regulación de la inteligencia artificial propiciando su innovación desde el ámbito público como empresarial y sin imponer límites innecesarios, ya que es un recurso de gran valor para el desarrollo de un país. Al ser hiper evolutiva, la IA es impredecible por lo que la normativa debe de tratar de ir de la mano a su desarrollo y no quedarse rezagada, o peor aún constituir normativa inflexible.
Es decir, la normativa debe de contener una serie de características como contar con un sistema que proteja de las potenciales desventajas catastróficas, con una estructura ágil, multidisciplinaria, adaptativa, es decir eliminar los patrones burocráticos de la institucionalidad y optar por una adecuada simplificación de trámites, formular alianzas público privadas para el desarrollo con el sector empresarial como colaboradores para no tener un carácter de inclusividad, sino estar intrínsecos en la generación de las nuevas tecnologías. Asimismo debe de ser impermeable, es decir evitar incumplimientos, mediante mecanismos herméticos y con sistemas de adhesión sencillos, fomentando la participación ciudadana y empresarial. En la misma línea de lo anterior, el trabajo interinstitucional es fundamental para una estructura consolidada.
Realizar un sistema de gobernanza de la IA es un desafío enorme para el país pero debe de ser abarcado con prontitud mediante un trabajo conjunto de los poderes del Estado, para evitar los potenciales riesgos de un desarrollo sin regulación, pero además el reto es brindar una regulación ágil, eficiente y flexible, con una institucionalidad sólida y para ello el primer paso es cambiar la forma en como pensamos sobre las nuevas tecnologías, ya que es fundamental trabajar la resistencia al cambio de la población y razonar en la IA como herramienta y no como sustitución del ser humano. La gobernanza de la IA es asegurar la seguridad y ética de estas nuevas tecnologías